Estados Unidos. Así expolia y masacra.
Agenda
Irán 1951- 1979
Primera Intervención encubierta tras la IIª Guerra Mundial
-y II-
Viene del domingo 4 de agosto
… /… Advertido Mosaddegh de la conspiración, el complot fue abortado, el sha huyó a Bagdad y los partidarios del Frente Nacional y los comunistas, salieron a las calles a expresar su indignación en protestas masivas.
Inmediatamente otro nuevo golpe se puso en marcha. Los ayatolás comenzaron a enardecer a los manifestantes religiosos contra el gobierno. Agentes provocadores se infiltraron en las movilizaciones para sembrar el terror. Haciéndose pasar por comunistas, saquearon o destruyeron negocios privados y tiendas, incluidos los bazares, instigaron el terror y la violencia contra los comunistas, a los que también responsabilizaron de las explosiones habidas en las casas de algunos ayatolás realizadas por la CIA, a fin de alimentar la “amenaza comunista” y el “que vienen los rojos”.
El ejército, con el apoyo de estos “manifestantes”, asaltó los edificios del gobierno y Mosaddegh fue detenido y destituido. Más de doscientos manifestantes resultaron muertos. Los comunistas sufrieron la mayor parte de la represión. Más de cincuenta miembros del Partido Tudeh fueron asesinados y más de doscientos fueron condenados a cadena perpetua.
Tras la ejecución del golpe, los EEUU impusieron a los británicos el fin de su monopolio sobre el petróleo. A partir de entonces varias compañías petroleras estadounidenses, junto a las británicas y francesas, extraerían el petróleo de Irán. Repuesto el sha en el trono, con ayuda, ahora de los Estados Unidos, se formó el SAVAK: una policía secreta para dar un sólido sostén represivo al régimen.
Durante los siguientes 26 años el despótico régimen del sha se mantuvo mediante el terror y demagógicos gestos populistas; mientras, se enriquecía a manos llenas con los beneficios del petróleo, despilfarrándolos en astronómicos gastos militares. A fin de afianzar el apoyo estadounidense concedió inmunidad diplomática a todos los militares norteamericanos y a sus familias. Estos privilegios desataron las protestas de los ayatolás, encabezados por Jomeini. La detención de este, provocó una catarata de manifestaciones en muchas ciudades exigiendo su liberación inmediata. El sha mandó sacar el Ejército a la calle y durante medio año se produjo una sublevación popular que se saldó con casi veinte mil bajas entre muertos y heridos y la expulsión de Jomeini del país.
A pesar de la brutal represión, las manifestaciones masivas se sucedieron. En diciembre de 1978, un millón de personas se concentraron en la capital, Teherán, decididas a luchar hasta derrocar al sha. Además de los musulmanes, en esas masivas luchas también participaron los comunistas del Partido Tudeh y otras organizaciones marxista-leninistas formadas por guerrilleros fedayines. Finalmente, a principios de 1979, el sha fue expulsado del país y Jomeini regresó para establecer una República Islámica. Con la llegada de los islamistas, todos los grupos y partidos laicos, y en especial los comunistas, fueron perseguidos y prohibidos.
La República Islámica, desde su creación, ha estado sometida a todo tipo de sanciones, bloqueos, agresiones y chantajes. Su apoyo a la causa palestina, su resistencia al estado de Israel y su alineamiento en el movimiento de países que forman los BRICS, han convertido a Irán en un objetivo a destruir por los imperialistas.