Muro de solidaridad y denuncias:
Solidaridad represaliados:
-Sobre la salud de Amadeu Casellas
Salud kompas, hace unas semanas que no hemos podido enviar información sobre la situación de Amadeu y por ello lo hacemos ahora para compartir con vosotrxs noticias que, si no se puede decir que sean «buenas», sí que en esta ocasión son tranquilizadoras.
El pasado miércoles pude hablar con Amadeu y me ha explicado que, aunque para caminar debe ir con muletas, ya está dado de alta en el hospital, y lo mejor, en libertad…
Dada la situación por la que ha pasado, desde la prisión enviaron al hospital a una asistenta y un carcelero para llevarle los papeles que debía firmar para su libertad, mientras aún estaba hospitalizado aunque ya fuera de la UCI. Sospecho, y esto no me lo explicó Amadeu, que las circunstancias de salud y recuperación que debía seguir Amadeu, en la prisión debieron valorar que ni tenían medios ni disponibilidad para su rehabilitación manteniéndolo en el tercer grado de prisión. Es por ello que en estos momentos, si bien debe ir todavía con muletas hasta que recupere la fuerza en las piernas, ya se mueve por las calles para hacer su vida y continuar con las rehabilitaciones y ejercicios.
Su situación personal no es la más deseable, pues en sus condiciones no puede desempeñar ninguna actividad que le permita mantener unos gastos mínimos de subsistencia pero, por el momento, sus amigxs y compañerxs le están apoyando también en ese sentido para que pueda superar todos esos contratiempos, tenga para comer y techo.
Esperamos que su evolución siga en la misma línea de recuperación y, cuanto antes, sea él mismo quien os lo pueda explicar con sus propias palabras.
17-8-2024
Abrazos fraternos y anárquicos
opcionrevolucion@riseup.net
–https://www.llibertatamadeu.org/2024/06/17/desde-una-profunda-rabia-que-se-inflama/
Guerra sucia:
-El proxeneta de Aduna: la punta del iceberg de una macrored de clubes de alterne juzgada por fraude fiscal.
Las mujeres que trabajaban en el Club Txapela eran desplazadas periódicamente a otras casas controladas por los proxenetas del “clan La Rosa”, vinculado a 1.700 locales en todo el país.
En junio de 2023, la Audiencia Nacional abrió juicio oral contra ellos por defraudar a la Hacienda y les impuso una fianza de 2.000 millones de euros.
La Diputación de Gipuzkoa ha aprobado una declaración institucional de rechazo “firme y contundente“ ante las agresiones sexuales denunciadas en el club de Aduna (Tolosaldea, Gipuzkoa) después de conocerse que “18 mujeres estaban siendo explotadas sexualmente” en un club de alterne del municipio guipuzcoano: el “club Txapela”. Tras ser detenido por la Policía española, el propietario, cuya filiación no ha desfilado por el abanico de noticias publicadas por medios de comunicación públicos y privados, ha sido puesto en libertad con cargos.
La denuncia interpuesta por una de las mujeres explotada en el establecimiento ha quedado en manos del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Tolosa.
La investigación policial comenzó cuando unas mujeres que habían trabajado en el citado club informaron a agentes de la Policía española que “habían coincidido con un grupo de mujeres que trabajaban ejerciendo la prostitución sin ningún tipo de contrato ni cobertura médica”. Además, “estas mujeres tenían que pagar a los responsables del local una cantidad fija de dinero por trabajar en el local por un periodo de tiempo que no solía exceder las tres semanas, teniendo luego que desplazarse a otros locales”.
Este episodio es la punta del iceberg de un entramado de explotación cuyas víctimas siguen sumergidas bajo un manto negro que cubre el fondo: la impunidad del grupo proxeneta “clan La Rosa” de Gipuzkoa. Pero desde junio de 2023, la Audiencia Nacional está inmersa en el juicio vinculado a este grupo guipuzcoano de empresarios de clubes de alterne.
Según las denuncias de las mujeres explotadas sexualmente en el “club Txapela”, que gestionaba el proxeneta de Aduna, estas eran periódicamente trasladadas a locales controlados por este clan, a su vez relacionado en la década de los años 90 por diversos medios de comunicación y el “informe Navajas” con la red del entonces máximo responsable del cuartel de Intxaurrondo, el general de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo que se puso al servicio de los GAL.
A diferencia de la cantidad de tinta gastada en la literatura sobre las conexiones del cuartel de Intxaurrondo de la Guardia Civil con la guerra sucia y el narcotráfico, todavía queda mucho por escribir sobre sus vínculos con el proxenetismo. El libro La red Galindo (Txalaparta, 1993) del periodista Pepe Rei contiene una lista de cerca de medio centenar de clubes de alterne de Gipuzkoa, dos de ellos ubicados en Tolosaldea: Biotza y Benta Zarra. El libro está basado en un documento oficial del fiscal Luis Navajas, luego ocultado, que sostenía que dicha sede policial era un foco de corrupción.
Respecto a la propiedad del club, si bien la Diputación de Gipuzkoa ha preferido poner el foco de sus declaraciones en las mujeres que trabajaban en régimen de explotación en el club de Aduna, según la documentación a la que ha tenido acceso Hordago-El Salto, el establecimiento había estado regentado durante los últimos años por Hermenegildo R.G. Lo hacía en calidad de arrendatario del inmueble. En este edificio domicilió una empresa que administraba, Rodrier Hostelería SL, dedicada a servicios de alojamientos y pensión. A su vez, este empresario administra junto a una abogada la empresa de hostelería donostiarra Almerier Restauración SL.
En julio del año pasado, la Audiencia Nacional abrió juicio oral por fraude fiscal a los responsables de esta red de clubes de alterne, es decir, al “clan La Rosa” sostenido por grandes empresarios, y les obligó ahora a depositar hasta 2.000 millones de euros en concepto de fianzas. La principal firma implicada es Larratruk, que contaba con cajeros falsos para pagar en los establecimientos. Su tecnología fue utilizada para blanquear dinero y defraudar a la Hacienda por la gran mayoría de los más de 1.700 clubes de alterne del Estado español.
El domicilio social de Larratruk en la comarca guipuzcoana de Tolosaldea, donde se ubica el club Txapela de Aduna, contaba con un entramado de datáfonos para pagos con tarjetas de crédito utilizado para defraudar a la Hacienda por los clubes de alterne, un fraude que ya fue denunciado en el año 2000 por la revista Ardi Beltza, dirigida por el periodista Pepe Rei.
Este mismo medio entrevistó a un proxeneta que denunció ante la Ertzaintza algunas conexiones con negocios de prostitución por parte del general Enrique Rodríguez Galindo, exmáximo responsable del cuartel de la Guardia Civil de Intxaurrondo. En sus declaraciones, el entrevistado señaló que algunos grupos de proxenetas se valían de sus conexiones con Intxaurrondo para eliminar a la competencia.
El proceso judicial abierto en junio de 2023 contra el “clan La Rosa” y Larratruk tiene su origen en la “operación Pompeya” acometida en 2015 contra una treintena de grandes clubes de alterne del Estado español, cinco de ellos de Gipuzkoa: L’Arroxa, La Rosa, Frontera, Errotaberri y Ontza, este último descrito como un local “popular” por el diario jeltzale Deia. Durante las últimas décadas, la impunidad de su actividad les llevó a expandirse por toda la península. En la provincia guipuzcoana también gestionaron el Clipper, y en todo el Estado controlaron 35 clubes hasta el año 2015, muchos de ellos han seguido abiertos por medio de testaferros.
Los propietarios de estos cinco clubes de Gipuzkoa habían sobrevivido a la caída del general Enrique Rodríguez Galindo en el año 2000, condenado a 71 años de prisión por el secuestro y asesinato de José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, dentro del llamado caso GAL. Comenzó entonces a desmoronarse “la red Galindo”, pero el “clan La Rosa” continuó expandiendo su red por todo el Estado.
*“El rey de los burdeles”
Para el año 2000, el clan había pasado a controlar los mayores clubs de Madrid y Barcelona, consiguiendo para ello multimillonarios créditos de las entidades bancarias y convirtiéndose en el grupo más poderoso del Estado. Una década más tarde, en 2010, la revista Interviú presentó en portada al líder del “clan La Rosa”, Antonio Herrero, como “el rey de los burdeles”.
La expansión de su negocio generó en 2009 un conflicto con la competencia que provocó el afloramiento de una mafia policial en Barcelona a raíz de una operación judicial contra los macro-clubes Riviera y Saratoga. Además, en Barcelona se hicieron con el club La Mansión, mientras que en Madrid gestionaban otros grandes establecimientos: Flower Park, Belle Epoque, Factory, Mississippi, Lovely, L’Amour, SKP y Kikx. Es decir, en estas dos capitales llegaron a controlar hasta 11 clubes.
Durante su expansión, el clan guipuzcoano detrás de la red de clubes vinculada al fraude fiscal creó una empresa de seguridad privada y fichó a dos exaltos mandos de la Ertzaintza para dirigirla…