Estados Unidos: Así expolia y masacra
Agenda
Indonesia – 1965
El mayor exterminio de comunistas
-III de IV-
Viene del domingo 22 de septiembre
… /… a la que incluso se sumaba también Sukarno porque, según él, había que “aplastar a los generales que se han convertido en protectores de los elementos contrarrevolucionarios”. Las fuerzas de izquierda tomaron las calles; manifestantes comunistas sitiaron un consulado estadounidense y la Unión Popular de Jóvenes y Mujeres organizó una manifestación masiva en Yakarta contra la inflación y la crisis económica.
Por su parte el Movimiento 30 de Septiembre formado por jóvenes oficiales de izquierda en las Fuerzas Armadas, arrestó a un grupo de generales que conspiraban con los militares yanquis, con intención de abortar sus planes. Los altos jefes militares, inicialmente arrestados, aparecieron asesinados, pero el principal de los comandantes se evadió y, junto con el comandante Suharto, lanzaron un contraataque derrotando a las fuerzas del Consejo Revolucionario. El Ejército, liderado ahora por el derechista general Suharto, se hizo con el control directo del país. En esos momentos, cuando ya las fuerzas militares populares habían sido derrotadas, los dirigentes del PCI, sin planes que estuvieran a la altura de lo que se avecinaba, a toro pasado, declararon su “apoyo” al Consejo Revolucionario y al Movimiento 30 de Septiembre.
Los militares comenzaron a divulgar que había sido el Partido Comunista, con intención de dar un golpe de Estado, el que había llevado a los militares detenidos a una base militar, para asesinarlos de la manera más inhumana y horripilante. Aseguraban que el PCI tenía amplios listados de personas a las que tenían previsto matar y fosas comunes ya preparadas. Afirmaban que China había entregado en secreto armas a los comunistas. Para alimentar en todo el país el odio a los comunistas, se utilizaron falsedades disparatadas e incendiarias que han sido desde entonces un dogma oficial inalterable de lo sucedido. Algo de lo que, todavía hoy, no se puede hablar por temor a represalias.
Tanto la movilización popular como la rebelión de los militares jóvenes y el uso que hicieron de los jefes militares que aparecieron muertos, fueron el detonante para la masacre. Ya tenían el pretexto para iniciar el exterminio de comunistas. Quemaron el edificio del Comité Central, la redacción del órgano central del PCI y su imprenta y por todo el país, fanáticos islamistas comenzaron a matar comunistas de la forma más brutal. El terror anticomunista de octubre de 1965 costó la vida a centenares de miles de miembros del PCI, mientras que sus dirigentes esperaban que Sukarno los protegiera. Muy al contrario, el propio Sukarno entregó a los militares golpistas a un ministro comunista; fue ejecutado junto a otros tantos más dirigentes del PCI. En 1966, por imposición de Suharto, el presidente Sukarno, el amigo de Jruschov, prohibió la existencia del Partido Comunista, de los sindicatos y de otras organizaciones de masas dirigidas por comunistas.
El Gobierno de Estados Unidos, dicho con sus propias palabras, ayudó a: “Difundir el relato de la culpabilidad, la traición y la brutalidad del PCI (…es tal vez la asistencia inmediata más necesaria que podemos ofrecer al Ejército,…sin que se identifique como una actuación exclusiva o fundamentalmente estadounidense)” «El Ejercito ahora tiene la ocasión de actuar contra el Partido Comunista si se mueve con velocidad», «Es ahora o nunca». Asimismo reconocía al Ejército como líder verdadero del país, a pesar de que Sukarno siguiera siendo en términos legales el presidente de Indonesia.
Un comandante militar, furibundo anticomunista, inició una arrolladora gira dando discursos a multitudes musulmanas reunidas a toda prisa para alertar que: «Los del PCI son infieles ¡Los destruiré hasta la raíz! Si encontráis en la aldea a miembros del PCI y no los matáis, ¡seréis vosotros a los que castigaremos!», «¡Aplastad al PCI! ¡Aplastad al PCI! ¡Aplastad al PCI!». Los asistentes entendían que se les estaba ordenando ayudar a matar a los comunistas o serían ellos los que perderían la vida.
Se cree que los asesinatos en masa empezaron en la isla de Sumatra. Algunos de ellos fueron «espontáneos», llevados a cabo por civiles que actuaban por su cuenta, sin miramiento alguno, después de recibir consignas como estas. … /…
Continúa el domingo 6 de octubre.