Muro de solidaridad y denuncias:
Nazismo impune:
-Agresión de 10 neonazis a dos jóvenes por una camiseta antifascista en Valladolid.
El 27 de agosto, dos jóvenes, uno militante del PCTE, fueron agredidos por portar una camiseta antifascista.
La madrugada del 27, en el bar Desierto Rojo, en el que fueron agredidos cuando uno de ellos, sin mediar palabra con nadie, se disponía a pedir en la barra.
En ese momento, dice el comunicado del PCTE, un individuo comenzó a increpar a uno de los dos jóvenes citados por el simple hecho de vestir una camiseta en la que se podía leer la palabra ‘antifascista’ y comenzó también a darle puñetazos, momento en el que el acompañante del agredido trató de intervenir ya que su amigo se encontraba caído en el suelo. Fue entonces cuando más acompañantes del fascista agresor se encararon con este último y trataron de agredirle. En ese momento, el portero del local actuó, expulsando del mismo al supuesto grupo de agresores, pero también a una de las víctimas, mientras le explicaba la situación «Echó igualmente a uno de los agredidos, quien le explicaba la situación, dejándole en la calle a merced de 8-10 fascistas que empezaron a darle puñetazos y patadas en la cabeza mientras estaba tirado en el suelo, con la complicidad de los porteros de la discoteca».
«En las últimas semanas hemos revivido la presencia de fascistas en las zonas de ocio de Valladolid y esta agresión confirma la escalada de violencia e impunidad de los fascistas en esta ciudad, por lo que llamamos a todos los trabajadores a organizarse y extremar precauciones ante estos hechos».
Dos de los fascistas agresores han sido identificados por la policía, que ‘prosigue la investigación’.
Odio y bulos en internet:
-Nadie es absolutamente anónimo en internet, pero se aplica doble rasero.
La línea entre lo que es aceptable publicar en una red social y lo que no lo es lleva años condicionando importantes regulaciones europeas como el Reglamento General de Protección de Datos y, más recientemente, la Ley de Servicio Digitales (DSA) y la Ley de Redes Digitales (DNA). Precisamente la DSA pone el foco directamente en la protección de los ciudadanos contra actividades ilegales y nocivas en línea y la difusión de desinformación.
Pero mientras en España hay raperos presos condenados por tuits, el nazismo tiene total libertad de expresión en redes.
Todo es un debate para el mayor control de las opiniones contrarias, entre parece que no están los bulos y el odio constante hacia grupos étnicos, por su tendencia sexual, o el blanqueo del fascismo.
Que quede muy claro:
-El anonimato absoluto no existe.
Toda publicación deja una huella digital, la dirección IP desde la que se realiza la conexión a internet, la geolocalización, el tiempo de uso o cuándo se ha utilizado, entre otros. La gran mayoría de bulos fascistas y racistas pudieran estar perfectamente identificados.
-Ya hay una muy extensa normativa.
La misma que vela por la libertad de expresión del general fascista que quería fusilar a 26 millones de españoles, y que condena a numerosos tuiteros por opinar sobre el Rey.
-Los bulistas ya tienen libertad de expresión.
Todos los días hay que leer mentiras que jamás se borran sobre la nacionalidad (extranjera, claro) de asesinos, mafias migrantes, robos muy españoles que ellos dicen foráneos…
-Las redes han privatizado y vehiculizado la información.
Las plataformas de comunicación social han ido acaparando el poder como altavoces de la opinión pública. Son unas pocas compañías gigantescas en manos de monopolistas fascistas que han ido engordando con millones de usuarios durante las dos últimas décadas sin ninguna responsabilidad legal. La ‘privatización’ de la libertad de expresión es un arma de doble filo: por un lado, impera el criterio de gigantes empresariales como Meta (Facebook, Instagram), Google (YouTube), Amazon (a través de sus búsquedas de productos o en Twitch), TikiTok o X (antes Twitter), que son los que deciden, con sus algoritmos que nos son auditables, qué información mostrar a según quién use sus servicios.
Además, estas compañías se amparan en sus términos y condiciones, que aceptamos alegremente y que pueden ser, en un momento dado, un arma perfecta para silenciar o bloquear ciertas voces incómodas. Es decir, las plataformas de publicación de contenidos no sólo se lavan las manos (por ejemplo, negándose a colaborar con la Justicia) cuando hay problemas, sino que son ellas las que establecen el relato que más les conviene para sus gigantescos beneficios.
*Con otras redes ajenas a ese enorme conglomerado de control informativo en España, como Telegram, ya hemos visto lo que pasa, con la detención de su fundador Pavel Durov, acusando que su red no ha tomado medidas para frenar el uso delictivo. La aplicación está acusada de “no cooperar con las autoridades en materia de tráfico de drogas, contenido sexual infantil y fraude”.
-Cosas prohibidas y autorizadas.
Ofensa a los sentimientos religiosos. Artículo 525 del Código Penal. Si eres católico, claro. Todos los días hay cientos de bulos antimusulmanes en las redes y no pasa nada.
Humillación a las víctimas del terrorismo. Artículo 578 del Código Penal. Si has sufrido el Terrorismo de Estado, y lo denuncias en redes, pantallita de censura ‘apología del terrorismo’.
Violencia. Ejemplo: Vas a buscar fotos sin capar o blanquear del genocidio sionista en Palestina y al replicarlas te ponen “Medio controlado por Rusia”.
En: Público y propios.
Violencia es la vuestra:
-El Ayuntamiento de Valdemoro elimina los puntos violeta y recomienda a las mujeres gritar “fuego” ante una agresión.
En las fiestas locales de Valdemoro, en la Comunidad de Madrid, no hay punto violeta. En vez de eso, el Ayuntamiento del municipio lanza una recomendación para las celebraciones en estos días de septiembre: “Si sufres una agresión, grita ‘fuego’ o pide ayuda a la gente”, reza en la web de los festejos de este año.
“Es gravísimo que eliminen los puntos violeta teniendo los índices de violencia tan altos, es inconcebible”, valora Rosa San Segundo, catedrática y presidenta de la Plataforma Universitaria de Estudios Feministas y de Género, que añade que “gritar ‘fuego’ es propio del siglo XIX”.
“Es una falta de respeto pedir a las víctimas que griten: iFuego! en caso de agresión, y demuestra además un desconocimiento de la labor indispensable que realiza esta herramienta”, dicen desde el Ministerio de Igualdad.
Los puntos violeta son una forma demostrada de evitar agresiones a mujeres, desarrollada desde hace años en numerosas localidades y festejos. PP y Vox los anulan para usar medios demostrádamente contraproducentes. Violencia machista, la vuestra, con fuego y sin punto especializado.
Politi-corrupción:
-El marido de Aguirre consigue que abra el ‘hostel’ construido sobre una residencia de ancianos y autorizado por Almeida.
El edificio fue vaciado por la hermandad que preside, antes de ser entregado a una empresa hotelera con los mismos administradores que están detrás del hotel del antiguo convento de Las Recogidas, en Madrid.
El número 1 de la madrileña calle Pez era hasta el año 2016 un espacio para la ayuda social. Este edificio situado a un paso de la Gran Vía albergaba una residencia de ancianos que la Hermandad del Refugio, su entidad propietaria, había dedicado a “la acogida a los humildes”. La organización, dedicada a ofrecer caridad a los desfavorecidos de la sociedad, decidió poner fin entonces a una actividad que por entonces contaba con 45 camas y 26 trabajadores.
Decían que era para “mantener su viabilidad, los precios que estamos pidiendo a los residentes (1.600 euros al mes) son precios de mercado, muy alejados de nuestro objetivo inicial, y hemos tenido que dejar de mantener la acogida a los humildes”.
Los planes reales de sus responsables: convertir la residencia de ancianos en un alojamiento turístico, con mucha mayor rentabilidad. Lo hizo primero firmando un contrato en 2020 con la empresa Asistencia y Ayuda Yadisema SL, a la que cedía las obras y su posterior explotación durante los próximos 20 años, y luego a través de un plan especial pedido al equipo de Almeida por el que proponía levantar un hostel (una especie de albergue pero con tintes más modernos) con el que facturar más de tres millones de euros anuales. El consistorio aprobó en 2022 el proyecto con los votos a favor del PP, Ciudadanos y Vox…