Movimiento obrero. Su brutal situación:
Morir en el tajo:
-664 trabajadores han fallecido por accidente laboral hasta octubre.
Aumentan los accidentes leves, graves y mortales (¡10,3% más que en 2023!).
664 trabajadores fallecieron en accidente laboral en los diez primeros meses del año, 62 más que en igual periodo de 2023, lo que en términos relativos implica un aumento del 10,3%, según datos provisionales del Ministerio de Trabajo y Economía Social.
Los accidentes mortales en jornada de trabajo subieron un 8,8% en los diez primeros meses del año, al registrarse 533 fallecidos, 43 más que en igual periodo de 2023, mientras que los siniestros ‘in itínere’ con resultado de muerte aumentaron un 17%, hasta un total de 131 fallecidos, 19 más que entre enero y octubre de 2023.
Dentro de los accidentes mortales en jornada de trabajo, el sector servicios registró el mayor número de fallecidos, 270, con un incremento del 14,4% frente al periodo comprendido entre enero y octubre de 2023.
También elevó su cifra de siniestros mortales con respecto a los diez primeros meses del año pasado el sector de la construcción, donde fallecieron 115 trabajadores, 9 más que en 2023 (+8,5%), y la industria, donde murieron 96 trabajadores, 11 más que en el mismo periodo del año anterior (+12,9%).
La estadística de Trabajo revela además que de los 664 trabajadores que perdieron la vida en un accidente laboral hasta octubre, 608 eran asalariados, 69 más que en 2023 (+12,8%), y 56 eran trabajadores autónomos, siete menos que un año antes (-11,1%).
-Castilla La Mancha: 45 trabajadores han muerto en el trabajo en lo que va de 2024.
Sólo hasta septiembre, se habían registrado 20.568 siniestros. 19.100 durante la jornada laboral y 1.469 in itinere. En diciembre ha habido dos accidentes laborales mortales.
-10 de diciembre: Un trabajador con discapacidad muere tras un accidente laboral en Chiva, Valencia.
Un trabajador de 56 años, J. B., con discapacidad, ha perdido la vida tras un accidente laboral ocurrido en Chiva. La víctima, empleado durante una década en Moymaval, S.L., un Centro Especial de Empleo, sufrió graves heridas tras la caída de un palet desde más de tres metros de altura.
El trabajador fue rápidamente ingresado en el hospital, pero falleció pocos días después.
Esta muerte y las condiciones laborales en la empresa evidencian falta de formación, protección y adaptaciones necesarias para los operarios, muchos de ellos con diversos grados de discapacidad.
-11 diciembre: Fallece, por aplastamiento, un trabajador de la construcción en Zaragoza.
El trabajador de 41 años, de la empresa Construcciones ACR, murió aplastado por una cubeta de hormigón en las obras de construcción de un edificio de viviendas.
Se desplomó sobre él un cubo de hierro con hormigón líquido que se desprendió desde una de las grúas, cuando la sirga que sujetaba la carga se rompió, provocando su muerte en el acto.
Van 35 muertes en accidente de trabajo en Aragón en lo que va de año.
-12 diciembre: Fallece un trabajador al caer desde ocho metros de altura en Beniparrell, Valencia.
Un trabajador de 55 años, Raúl G. A., y vecino de Chiva, falleció tras precipitarse desde una altura de unos ocho metros cuando precisamente ya había terminado los trabajos de reforma de la cubierta de dicha nave y habían retirado la red de seguridad.
Subió de nuevo a la cubierta, mientras su compañero recogía el resto de herramientas, por si se hubiera quedado alguna arriba y comprobar que todo estaba correctamente, cuando accidentalmente pisó una lámina de metacrilato, que cedió, y cayó al vacío, muriendo en el acto.
Derecho a Vivienda:
-Miles de personas se manifestaron en Bilbao contra el negocio de la vivienda.
Reportaje en Insurgente.
UNO
Ha llegado el día, y miles de personas han salido a las calles de la capital bizkaina (Bilbo) secundando la convocatoria de los sindicatos de vivienda de Euskal Herria que ha contado con la adhesión de más de 220 organizaciones.
El lema ha sido muy claro, sin lugar a la equivocación: “Por el derecho a la vivienda, acabemos con el negocio”. Y conviene subrayar esto porque algunas de las adhesiones defendieron en su día la Ley de Vivienda (y hoy también la defienden) como un gran logro, cuando en realidad está más que demostrado que no ha solucionado absolutamente nada y sigue negando lo que en la propia manifestación se ha reivindicado.
La vivienda nunca será un derecho que se pueda materializar mientras siga siendo un negocio. Las instituciones burguesas, bien sean locales, provinciales, autonómicas o al más alto nivel, nunca podrán garantizar dicho derecho, porque no pueden y, además, no tienen voluntad para hacerlo. En el sistema capitalista, las instituciones y los partidos-empresas que las gestionan siempre trabajarán al servicio del capital. Y esto choca frontalmente con los intereses de la clase trabajadora, a la que, como mucho, en el intento de calmarla o desactivarla, le proporcionarán algunas migajas. El pan, en este y otros muchos casos, se lo come la clase explotadora.
Por eso debemos tener muy claro que, para que la vivienda sea universal, gratuita y de calidad, tenemos que construir el Estado Socialista.
DOS
Los sindicatos de vivienda convocantes consideran que “toda la clase trabajadora está empobrecida” y que “la vivienda es una de las mayores causas”. Este problema “siempre ha existido, pero ahora vemos como empeora en el sistema capitalista”. Y señala que, si para el proletariado es un gran problema, para otros es un negocio redondo: “fondos buitre, grandes inversores, industria turística, bancos, instituciones públicas y rentistas de todos los tamaños”.
Entre tanto, las mejoras que aportan los políticos institucionales (del sistema) son falsas, porque “de derechas a izquierdas, todos comparten una misma idea: que para solucionar el problema de la vivienda, debe fomentarse el negocio”, lo que es del todo incierto.
Por otra parte, dichos sindicatos aseguran (para eso están las estadísticas) que “no estamos ante un problema de oferta, sino ante un problema de acceso a la vivienda”, ya que “si no hay viviendas no es porque no existan, sino porque sirven a intereses especulativos”, de modo que la solución que aportan los políticos y sus instituciones de activar el ciclo constructor es sumamente contradictoria.
Los agentes que han organizado la manifestación han expresado con toda contundencia que “no hay política de vivienda que pueda conciliar los intereses de los especuladores con los de nuestra clase”. Y han añadido: “Hay que decidir; o a favor del negocio o en defensa del derecho a la vivienda”, porque “si hay que tomar medidas de urgencia, que se rasque el bolsillo de los especuladores y que no se utilice el dinero público para engordar aún más sus carteras”. Y es que, “mientras la vivienda siga siendo una mercancía, no será un derecho”.