Memoria histórica imprescindible:
-Hallan una fosa común de la Guerra Civil en la localidad soriana de Renieblas con al menos dos cuerpos.
El hallazgo se produce tras varios intentos sin resultado cuyo objetivo era localizar los restos mortales de Pedro Izquierdo Lasanta, electricista soriano asesinado en el verano de 1936.
Concretamente, el hallazgo se ha producido en la tercera tentativa de búsqueda de la fosa, después de que en 2021 y 2024 el resultado fuera negativo.
A la espera de los resultados que se obtendrán en la exhumación, la asociación espera haber encontrado la fosa que contenga los restos mortales de al menos dos personas, entre ellas Pedro Izquierdo Lasanta, a quién lleva buscándolo toda su vida, su hija María Asunción, de 94 años.
Pedro Izquierdo Lasanta nació en Cigudosa (Soria) el 22 de febrero de 1907. Estaba casado con María Antonia Zamora Gómez, maestra de origen extremeño, con quien tuvo una hija: María Asunción. Pedro era electricista de profesión y gran parte de su labor la dedicaba a poner en funcionamiento los transformadores que se estaban comenzando a instalar.
Lo detuvieron el 13 de septiembre de 1936 en Rebollar, para ser asesinado durante el trayecto a prisión, en las cercanías del puente de Renieblas.
Se desconoce quien es el segundo asesinado.
-‘Desembarco del capitán Bayo’, en Mallorca
Fue el único desembarco que se produjo durante la Guerra contra el fascismo y la operación en la que tuvo lugar la primera derrota a gran escala por parte del bando republicano.
Se convirtió en la última operación anfibia de la historia de España, en la que participaron todas las armas del Ejército y las milicias antifascistas. También fue la primera que contó con un batallón formado íntegramente por mujeres. Son algunos de los datos más significativos de la batalla de Mallorca, recordada como el desembarco del capitán Bayo, la gran ofensiva que, entre agosto y septiembre de 1936, llevó a cabo la República con el objetivo de recuperar la isla de manos de los sublevados, que habían asumido el control total de la mayor de las Balears y de Eivissa apenas unos días después del alzamiento militar contra el Gobierno constitucional de la Segunda República.
Entre el 16 de agosto y el 4 de septiembre de 1936, la expedición militar desembarcó en la costa de Sa Coma, al este de Mallorca, entre Son Servera y Porto Cristo.
Más de 4.200 milicianos procedentes de Barcelona irrumpieron en la isla y, durante 20 días, los dos bandos se enfrentaron por tierra, mar y aire –con la intervención de la marina, la aviación, la artillería e infantería de todo tipo– en una intensa lucha de desgaste por las dos partes. “La Mallorca sublevada era un objetivo militar asequible para la República. Estaba totalmente aislada en el Mediterráneo y no tenía armada ni aviación. Su conquista era ‘una necesidad estratégica’ para mantener las rutas comerciales, bloquear las del enemigo y eliminar cualquier amenaza sobre el litoral republicano”.
La reciente investigación, publicada en la revista Studia Historica de la Universidad de Salamanca, revela que, al término de la batalla de Mallorca, el bando republicano había sufrido más muertes que las que registraría en noviembre durante la Defensa de Madrid. Basado en todas las fuentes de archivo disponibles, el estudio subraya que, a nivel comparativo, las bajas que sufrieron los republicanos en Mallorca (un 20%) doblaron a las que registraron durante la Defensa de Madrid en noviembre de 1936 (un 10%): en concreto, en Madrid hubo 266 muertos y 6.000 heridos. Sin embargo, en Mallorca se registraron 372 muertos y 600 heridos. Prácticamente, un fallecido por cada dos heridos.
En la isla, republicanos y golpistas se vieron afectados por un número similar de bajas (sumando muertos, heridos, enfermos y desaparecidos): 972 y 1.025, respectivamente. En términos relativos, fueron baja uno de cada cinco republicanos (un 20%) y uno de cada cuatro sublevados (un 25%), de modo que entre estos últimos hubo 116 muertos frente a los 372 fallecidos republicanos.
*Amalia Lobato: una de las primeras mujeres fallecidas en combate
De acuerdo con las investigaciones, el conjunto de fuerzas republicanas que operaron en Mallorca contó con un total de 5.279 efectivos, de los que 4.236 procedían de fuerzas milicianas organizadas en Catalunya y 1.043 soldados del Ejército de Tierra y de la Marina de Guerra Republicana, así como de las fuerzas de Orden Público. De todos ellos, los historiadores han podido determinar con exactitud, mediante nombre y apellidos, la defunción o desaparición en combate de 372 componentes de la expedición. Seis de ellos eran milicianas del Batallón Femenino de Catalunya que llegaron el 17 de agosto, integradas en la columna del comandante Antonio Calero.
Un dato que no es baladí teniendo en cuenta que la de Mallorca fue la primera batalla de la historia de España en la que participó un batallón formado íntegramente por mujeres. Pertenecientes al Partido Socialista Unificado de Catalunya (PSUC), habían recibido una instrucción íntegramente femenina y se habían integrado en columnas como la Rosa Luxemburgo. Y fue en la isla, además, donde murió una de las primeras mujeres luchando en el frente: Amalia Lobato Rosique.
Nacida en Cartagena y militante de UGT, Lobato se alistó con 22 años y fue enviada al cuartel Carles Marx para recibir instrucción militar. El 16 de agosto de 1936, embarcó en el buque Ciutat de Tarragona, encuadrada en la centuria 16 grupo 2, bajo el mando de Calero. El 17 llegaron a Maó y el 18, a Mallorca, donde se desplegaron en el sector de Son Carrió. El mismo día que entró en combate, el 20 de agosto, recibió un disparo de bala en el vientre y fue trasladada al hospital de sangre de Ciutadella, donde murió tres días después, convirtiéndose en la primera mujer caída en defensa de la Segunda República. Sus restos están en el osario del cementerio de Ciutadella. Su figura ha sido recientemente recuperada por Berger, artífice de la creación del Museo Virtual de la Mujer Combatiente, en el que, con el apoyo de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, vuelca resultados que no paran de crecer: la lista de mujeres documentadas asciende a las 6.280 en total.
Junto a Amalia, cinco milicianas del bando republicano perdieron la vida de manos de los fascistas en la Batalla de Mallorca. Son conocidas como ‘las milicianas de Bayo’: Teresa Bellera, María García, las hermanas Daría y Mercè Buixadé y una quinta cuyo nombre se desconoce, aunque fue autora del Diari d’una miliciana, en el que narraba aquellos días de caos y lucha. Fue publicado en el semanario Arriba, pero nunca se ha encontrado el manuscrito original. El relato sirvió de base para el documental Milicianas.
Las cinco fueron detenidas junto a otros muchos milicianos y conducidas hasta Manacor. Allí, según explica Aguilera –a partir de una investigación de Antoni Tugores– fueron “exhibidas como un trofeo” frente a la Escuela Graduada de Palma, donde se les hizo la única fotografía que se conserva de ellas. Según Tugores, todas ellas fueron violadas, severamente interrogadas e incluso se las quiso hacer pasar por prostitutas antes de acabar fusiladas. En marzo de 2023, durante la tercera fase de excavaciones del Plan de Fosas y Memoria Democrática del anterior Govern balear de izquierdas, fueron localizados en el cementerio manacorí de Son Coletes los restos de tres mujeres que podrían pertenecer a estas milicianas.