Topas, a 12-2016
Supongo que a estas alturas ya andaréis con los preparativos de las fiestas navideñas en las que los gastos son abundantes. Por aquí sigo tirando, y hace unos días ha llegado al módulo un chaval que también usa la biblioteca así que estoy contento porque eso servirá para poder asentar ese espacio.
Contesto a la tuya del 16-11 en la que te explayas bastante con algunos temas y también me mandas cosas informáticas.
En mis tiempos el que no quería estudiar, como fue mi caso, en seguida podía empezar a trabajar aprendiendo un oficio y eso nos autodisciplinaba y nos hacía madurar para enfrentar la vida, pero la juventud de ahora lo tiene más difícil y eso les puede acarrear algunos problemas.
Entrando ya en harina política me comentas la importancia de que en Zaragoza se haya organizado hace unos meses un colectivo de apoyo a Manuel Arango, que supongo que asimismo vendrá pidiendo su libertad por sufrir una grave enfermedad crónica. Y por supuesto que a mí también me parece muy positivo. La cosa es que posteriormente haces un comentario que creo que es algo confuso y ambiguo en el que resumiendo un poco vienes a señalar que este tipo de colectivos: “… hace sentir de forma cercana la problemática de los presos políticos, dando a conocer que existen presos que sufren la represión política, mientras que lo de la amnistía se ve como algo más lejano y difuso, e incluso como retórica”.
Posteriormente, pones el ejemplo de los colectivos, que únicamente hacen una manifestación anual, señalando que: “se vocean cosas muy altas y radicales, pero no se concreta en nada específico a favor de los presos”… Aquí supongo que te referirás a la “mani” que viene haciendo un colectivo de Salamanca en solidaridad con los presos en general y en contra de las cárceles; y comparto tu crítica pues tienen un carácter muy espontaneista y poca continuidad, con algunas consignas un tanto utópicas para estos momentos, aunque también es positivo. Pero una cosa es esto y otra muy diferente lo de la amnistía, y tú, parece que lo pones en un mismo plano; lo que no me parece acertado.
Yo creo que la lucha por la libertad de los presos enfermos y la lucha por la amnistía son cuestiones que se pueden complementar, así como que la consecución de la primera supondrá un acercamiento hacia la conquista de la segunda. Mas la amnistía ni mucho menos es algo “difuso o retórico” sino una reivindicación más amplia y elevada que la libertad de los presos políticos enfermos; una poderosa arma política que denuncia la verdadera naturaleza fascista del régimen y contribuye a su aislamiento y debilitamiento. Cabe recordar que la amnistía debe suponer la libertad para todos los presos políticos sin ninguna restricción, asimismo la conquista de un marco de libertades democráticas por la ruptura con el fascismo implantado en 1939, que está proponiendo nuestro partido.
Claro que justamente por todo esto es preciso tener en cuenta que la lucha por la amnistía solo se podrá dar a través de un complejo proceso que pueda ir elevando el nivel de conciencia y de compromiso político de las masas populares; lo que por lo tanto nos costará más tiempo y esfuerzo que la puesta en libertad de los presos políticos con enfermedades crónicas. Y esto también exige que al frente de esta lucha tenga que estar una organización como el S.R.I. (Socorro Rojo Internacional), que comparte el programa estratégico de nuestro Partido para acabar con el régimen fascista e implantar una República Popular que nos pueda avocar al socialismo. Esto sin minusvalorar a otras organizaciones que también se vienen poniendo a la cabeza de la lucha por la amnistía, como en estos momentos está sucediendo en Euskal Herría con el Movimiento por la Amnistía y contra la Represión o algún otro colectivo.
No obstante, también te quería comentar que en tu carta creo que se aprecia cierta tendencia a poner la atención en la lucha por las cuestiones concretas e inmediatas, pasando por alto la importancia de la lucha política de carácter estratégico para implantar el socialismo. Y estoy de acuerdo en que es muy importante conseguir mejores concretas e inmediatas como sacar a los presos políticos enfermos de estos muros, o que en el terreno laboral se pueda arrancar una subida de sueldo en una fábrica, etc. Pero también hay que tener en cuenta que mientras exista el fascismo y el capitalismo seguirán metiendo en las cárceles a los presos políticos enfermos que han sacado con anterioridad y sigan luchando, o a otros; y que por otra parte, el sistema capitalista tiene un montón de armas (como el desarrollo de la inflación que sube los precios de las mercancías) para anular cualquier subida de sueldos a los trabajadores. En ese sentido lo importante es no tomar la lucha por mejoras concretas o cuestiones tácticas como la propia amnistía, como un fin en sí mismo (que por otra parte es lo que hacen los partidos políticos reformistas), sino como conquistas y peldaños para ir avanzando en la lucha por acabar con el fascismo y el capitalismo.
Por otra parte, también debemos ser conscientes de que, sobre todo en la situación actual de crisis general y crónica del capitalismo en la que se viene desarrollando una ofensiva permanente contra las conquistas históricas de carácter laboral y social de los trabajadores, sin dar pasos en la lucha por nuestros fines estratégicos será casi imposible que podamos conseguir las reivindicaciones concretas o tácticas. La lucha de carácter estratégico es asimismo un arma muy poderosa para poder arrancarles las anteriores.
Bueno, ya para ir finalizando creo que se puede decir que la situación política se va poniendo cada vez más favorable para ir desarrollando la solidaridad con los presos políticos y la lucha por la amnistía, así como por la ruptura democrática. La crisis de Estado se viene agravando por momentos hacia un proceso de descomposición de sus partidos e instituciones y han optado por profundizar la vuelta a sus orígenes franquistas, lo que ya viene conllevando un claro aumento de la represión y en concreto de las detenciones y los encausamientos en la Audiencia Nacional por “apología del terrorismo”, la “desobediencia” de las leyes en el caso del proceso por el derecho a la audeterminación en Cataluña, etc. Pero esto, como ya estamos comprobando, también viene desarrollando el nivel de conciencia y de compromiso político de las masas populares.
¡Hai qu’armala!