Comunicado del Movimiento por la Amnistía y contra la represión de Euskal Herria
En los últimos días hemos recibido la noticia sobre el estado de salud de Ibon Iparragirre. Su cuerpo no tiene defensas y puede morir en cualquier momento. Anteriormente y como consecuencia de su enfermedad, le fue aceptada la posibilidad de cumplir la condena en su casa, pero después ese permiso fue anulado y le volvieron a encarcelar.
Asimismo, el jueves supimos que Mikel Otegi había sufrido un infarto como consecuencia de las penosas condiciones de vida y la falta de asistencia médica que le impone la cárcel, precisamente los mismos elementos que asesinaron en julio a Kepa del Hoyo. Mientras tanto, Oier Gomez sigue en la calle pero sin poder volver a casa mientras sufre un sarcoma de Ewing en el confinamiento al que está sujeto, y las vidas de Aitzol Gogorza, Txus Martín y el resto de presos y presas políticas enfermas se van apagando en la cárcel.
Sin embargo, lo que hay detrás de esta crueldad no es el simple hambre de venganza, sino el deseo de atemorizar a todo un pueblo y el intento de obtener el arrepentimiento de los presos y presas políticas. “Arrepiéntete o muere”, eso es lo que les están poniendo sobre la mesa a los presos enfermos, queriendo demostrar mediante estos arrepentimientos que los Estados son invencibles.
Por ello y porque todas las alarmas están encendidas, hemos organizado para el 11 de noviembre una marcha a la prisión de Alcalá-Meco, donde están Ibon y el también preso enfermo Manu Azkarate, para exigir su liberación y la del resto de presos y presas políticas enfermas.
Los presos y presas políticas vascas son, junto con los huidos, deportados y quienes perdieron o les robaron la vida mientras luchaban, uno de los resultados más dolorosos de la represión devenida del conflicto que nuestro pueblo mantiene con los Estados de España y Francia. Si son resultado de la represión, podemos afirmar sin ninguna duda que también son consecuencia de la lucha, ya que la represión de los Estados es proporcional a la resistencia que estos encuentran, y sigue siendo así hasta que una de las partes, por efecto de los costes que le origina la confrontación, cede en varias o en todas sus posturas.
Siendo esto así y en vista de que aún tenemos cientos de represaliados y represaliadas políticas, no hay duda de que lo que les debemos es seguir luchando hasta que consigamos su libertad y la de nuestro pueblo, hasta que logremos la independencia, el socialismo y la amnistía. Más aún cuando persiste el crudo intento por acabar con quienes siguen secuestrados por los Estados.
Por todo lo dicho, es más necesario que nunca apoyar y fortalecer la lucha a favor de la amnistía. Queda más claro que nunca que mientras dure la lucha por la libertad el enemigo seguirá creando nuevos presos y presas políticas y que no hay más que dos maneras de vaciar las cárceles: ganar o ceder.
El Movimiento Pro Amnistía y Contra la Represión quiere hacer un llamamiento a participar en la manifestación por la amnistía que realiza cada otoño y que partirá a las 18:00 del 18 de noviembre desde el Sagrado Corazón de Bilbo. Antolakuntzaz eta borrokaz, amnistía!
Movimiento Pro Amnistía y Contra la Represión. En rueda de prensa.