Brutales asesinatos fascistas calificados como sucesos
-ANA TERESA BERROETA ALVAREZ.
El cuerpo de Ana Teresa, de 19 años, aparecería un 7 de enero de 1980 en las proximidades de Loiu, Bizcaia, presentando decenas de puñaladas y evidencias de haber sido violada.
La acción es reivindicada por el grupo de extrema derecha Batallón Vasco Español, germen de los GAL vinculados con la guerra sucia protagonizada por el estado español.
El caso de Ana Teresa es el primero de una serie de secuestros, asesinatos y violaciones protagonizadas por la extrema derecha bajo el paraguas de ciertos sectores del Estado en Euskal Herria a principios de los 80.
-EL ¿MISTERIO? DEL ASESINATO DE SUSANA RUIZ.
El 9 de enero de 1993 se conocía la desaparición de la joven de 16 años Susana Ruiz, vecina de San Blas. Varias semanas después sería encontrado su cuerpo con la cabeza golpeada y claros síntomas de haber sido violada. Desde el principio, el asesinato de Susana es un misterio que se acompaña de extraños y contradictorios testimonios, autopsias incompletas… Todo daría un vuelco cuando en diciembre de 1994 aparecería la grabación de un joven miembro de la neonazi Bases Autónomas acusando a otros cuatro neonazis de haber torturado, violado y asesinado a la joven, aportando además datos que no se habían hecho públicos y solo los responsables podían conocer (en concreto la rotura de un diente). Pero el testigo está desaparecido, uno de los denunciados como culpables se ha suicidado semanas y antes y otro a muerto en un extraño accidente de tráfico. Los otros dos miembros de Bases Autónomas también están desaparecidos. A pesar de los nuevos datos la juez no autoriza una segunda autopsia para corroborarlos. En enero del 96 aparece un segundo neonazi que asegura ser testigo de los hechos relatados y corrobora la grabación del anterior. La juez Ferrer, encargada del caso desde el principio, se ve obligada a autorizar una nueva autopsia donde los forenses comprueban sorprendidos que existen evidencias de golpes y estrangulamiento que no habían sido expuestos en la primera prueba. En su declaración, este segundo neonazi chivato expone quizás las pistas para resolver este misterio. Los dos neonazis desaparecidos a los que acusa de torturas y asesinato son hijos de dos personalidades relevantes, en concreto un senador y un alto cargo policial que, además, y curiosamente, es un buen amigo de la propia Juez Ferrer. Y eso es todo lo que la familia y amigos de Susana Ruiz pudieron saber del asesinato de su hija. Esa es toda la justicia que recibieron. El caso se cerró y continúa cerrado oficialmente por no poder encontrar a los testigos, algo que en internet muchos aseguran no tiene ninguna dificultad. Cada uno que piense lo que quiera.
En: Revista Contrahistoria