Estrategia «de defensa»
Opinión
De un tiempo a esta parte existe una errónea estrategia «de defensa» que consiste en SILENCIAR estrepitosamente los casos más peliagudos en los que han sido detenidos antifascistas (sobre todo, pero también otros casos), como si de ese modo se quisiera demostrar la «inocencia» del detenido. Como esperando que cuando se llegue a juicio el caso será tratado con clemencia y rebajada la pena. Incluso, llegado el juicio, sigue la estrategia «de defensa» de autoinculparse o pactar en sala para, igualmente, conseguir rebajar la pena. De modo que, no solo queda anulado el derecho de defensa, de protesta, de lucha antifascista… sino que, a la postre, estamos dándole bazas al enemigo para que nos condene, incluso por hechos que no hemos cometido.
No somos conscientes que con esta postura individualista estamos favoreciendo al avance del fascismo. Esta estrategia «de defensa», que en numerosas ocasiones es aceptada por los acusados, es una verdadera trampa. El reconocimiento por parte del acusado de la versión policial permite que el régimen justifique la represión desatada, y con ello las cargas policiales, las palizas, las detenciones, etc., y todas las leyes represivas y antipopulares como la Ley Mordaza. Además, de asegurar la pasividad de los condenados de cara a futuras protestas y condenas.
Esta estrategia «de defensa» no solo no defiende nuestros intereses sino que trata de meternos el miedo en el cuerpo para que aceptemos nuestra culpabilidad argumentando escoger el «mal menor».
Frente a estas situaciones hay que mantener la misma firmeza, determinación y dignidad que nos llevó a tomar la calle para mostrar nuestra solidaridad o defender nuestros derechos. Si de algo somos culpables es de ser solidarios, de denunciar la especulación, la corrupción, el paro y la miseria a la están sometiendo al conjunto de la clase obrera. Si nos tienen que condenar que sea por esto.
Un antifascista.