España lidera la persecución a los músicos por ejercer su libertad de expresión artística
España es el primer país del mundo en número de músicos encarcelados o con sentencias condenatorias por las letras de sus canciones, según un informe de la organización Freemuse.
La sucesión de ejemplos de ataques a la libertad de expresión acaecida en los últimos meses en España —recapitulemos: entre otros, el secuestro judicial del libro Fariña del periodista Nacho Carretero, las sentencias condenatorias que implican prisión para músicos por las letras de sus canciones o la retirada de la obra de Santiago Sierra sobre presos políticos en la feria ARCO— no está pasando desapercibida fuera de nuestras fronteras.
La organización internacional Freemuse, dedicada a la defensa de la libertad de expresión artística, acaba de publicar su primer informe sobre el estado de la cuestión en todo el mundo en el que destaca que España es el primer país en número de músicos encarcelados o con sentencias condenatorias por las letras de sus canciones.
En The State of Artistic Freedom 2018, esta organización examina 553 casos de violación de la libertad artística producidos en 2017 y advierte de la emergencia de una nueva cultura global basada en silenciar voces críticas, “en la que la expresión artística está siendo coartada en todos los rincones del planeta, incluyendo el tradicionalmente democrático Occidente”.
Así, el estudio destaca que, en 2017, 48 artistas fueron condenados a un total de más de 188 años de cárcel. Es decir, de media un artista por semana resultó sentenciado por expresarse.
Freemuse identifica diez países que han mostrado “desarrollos alarmantes” en el tratamiento a los artistas y a su libertad de expresión, y a los que considera que hay que prestar atención en 2018. Entre ellos figura España, junto a China, Cuba, India, Irán, Israel, México, Polonia, Venezuela y Estados Unidos.
“Resulta evidente que el poder intenta silenciar a quienes están en desacuerdo o son vistos simplemente como diferentes. Es una lógica que comparten los gobiernos del norte y del sur, los ricos y los pobres. La práctica de silenciar a los otros se ha convertido en una cultura global no escrita”, indica Srirak Plipat, director ejecutivo de Freemuse, quien también señala que las herramientas usadas para ello son fáciles de rastrear. “En primer lugar, los gobiernos emplean leyes que violan los derechos humanos para arrestar y perseguir a los artistas. Cuanto peor es la ley, más efectiva para silenciar a los otros”.
El informe apunta a la utilización del terrorismo como justificación para los ataques a la libertad de expresión artística y la aprobación para ello de normativa ad hoc o de endurecimiento de la ya existente. En ese sentido, destaca la proposición no de ley presentada por Podemos en marzo para eliminar el delito de enaltecimiento del terrorismo.
Sobre la situación en España, el estudio recuerda los casos de los dos escritores turcos detenidos aquí en el verano de 2017 y enumera la censura ejercida sobre artistas y cantantes que han expresado su apoyo a la independencia de Catalunya o han criticado la actuación policial el 1 de octubre. Así, en sus páginas aparecen los nombres de Pep Gimeno, Cesk Freixas, La Insurgencia y Valtonyc.
«Los crecientes niveles de encarcelamientos, persecuciones y amenazas contra los raperos en España son una violación total de los tratados internacionales de los que España forma parte y producen un entorno que silencia a los artistas”, concluye el informe.