Dos formas antagónicas de entender la nación. Del libro «Lucha de clases y movimientos nacionales en España».

Varios brazos y sus puños, unidos, se levantan.

La solidaridad, arma imprescindible entre los pueblos

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Dos formas de entender la nación

Albino Artigues

Lucha de clases y movimientos nacionales en España

Ed. Contracanto – 1988

Cuando hablamos de la cuestión nacional hay que tener en cuenta que ya desde su origen, cada clase tiene maneras diferentes de entender la nación y que esto va a determinar sus programas, objetivos y planteamientos.

«Para la burguesía, la nación se reduce, a fin de cuentas, a la posesión de un marco propio donde acrecentar sus privilegios económicos y sociales, donde poder explotar sin ninguna traba a la clase obrera y obtener las mayores ganancias. Para ello la burguesía no repara en medios, recurriendo incluso al procedimiento de enfrentar a los trabajadores de las distintas nacionalidades para salir vencedora frente a todos ellos.

«La burguesía en Catalunya azuza a los obreros catalanes contra los obreros inmigrados, andaluces y extremeños principalmente, a los que da el despectivo nombre de «murcianos”. Un “murciano” viene a ser para la burguesía catalana una especie de ciudadano de tercera o cuarta categoría, al que no se le reconoce más derecho que el plato diario de legumbres con el que reponer su gastada fuerza de trabajo. La burguesía vasca, por su parte, hace lo mismo con sus “maketos”, raza inferior de esclavos con cuya sangre poder amasar sus riquezas. También es de sobra conocido el chovinismo y la fobia de los que hace gala la burguesía imperialista castellana frente a los pueblos sojuzgados por ella misma, así como la abundante propaganda que aporta para presentar como enemigo de “todo lo español” a los verdaderos demócratas, buscando predisponer a las masas populares contra ellos. Para la burguesía de todas las naciones, antes que nada se encuentra la “armonía de intereses entre el capital y el trabajo”, entre el patrón y el obrero, en aras de los supremos intereses de la “patria”. De esta manera pretende ocultar la lucha de clases y el hecho indudable de que para ella, defender los derechosnacionales no significa otra cosa que defender sus derechos como clase explotadora, sus derechos a disponer de un territorio del que extraer rentas y ganancias, materias primas, mano de obra, y en el que poder vender en exclusiva sus mercancías.

«El proletariado, por el contrario, no explota a nadie y no tiene necesidad de ningún mercado: él forma parte de ese mercado como productor y como vendedor. Sus intereses son, por consiguiente y antes que nada, intereses de clase explotada y oprimida; y en esto no se diferencia en absoluto de los obreros de cualquier otra nación, por lo que siempre será infinitamente más lo que una a los obreros de dos nacionalidades distintas que lo que pueda unir al proletariado de una nación a su propia burguesía.»

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