El periodista desvelado
Libro
Juan León Moriche ha escrito un libro que lleva por subtítulo ‘Apuntes sobre censura en el periodismo de provincias y un apéndice dedicado a Gibraltar’.
Publicado por Ediciones El Boletín y con ilustraciones de Andrés Vázquez de Sola, el libro se nutre de experiencias vividas en primera persona por el autor sobre casos de censura por motivos económicos de las empresas para las que ha trabajado, que intentaban no perjudicar sus intereses o el interés de sus socios o clientes. Y también en los que narra cómo las empresas utilizan su poder de influencia social para que alcaldes, delegados provinciales, dirigentes políticos o empresarios se avengan a contratar publicidad a cambio de evitarles campañas de desprestigio o de facilitarles un tratamiento amistoso sobre sus actividades.
El libro parte de una ideas muy básica: los periódicos, las radios, las televisiones… están al servicio de los poderosos, los ricos y sólo sirven al interés de la gente de dinero. Los medios de comunicación no están para informar, están para hacer negocio, y todo lo que puede perjudicar, molestar o interferir en el negocio no sale. Es lo que llamamos la censura económica, que es algo más permanente, estructural y duradero que la otra censura, la censura política, esa con la que el PP a golpe de leyes mordazas y los fiscales y jueces a base de procesamientos y sentencias intentan amedrentar al personal.
El autor, con una pizca de humor y otra de mala leche, explica con ejemplos claros y sencillos siete supuestos en los que se ejerce este tipo de censura del que casi nadie habla, pero que existir existe. ¿La solución? El autor no la tiene, pero sí hizo una sugerencia el día de la presentación del libro: “En fin, que nos tenemos que poner las pilas. Tenemos que recuperar la conciencia de clase. Los periodistas no podemos pretender vivir del cuento de la aparente objetividad o la neutralidad. La vida es una lucha permanente y hay que tomar partido. Yo soy hijo de un trabajador del campo venido a la ciudad después de sufrir un accidente laboral. No me llamo Joly, ni Fernández de Córdoba, ni Terry. Los trabajadores de los medios de comunicación tenemos que hacernos los dueños de los medios de comunicación. Es la revolución, ya lo sé, pero no veo otra manera de garantizar la libertad de expresión y la construcción de una verdadera democracia. ¿Qué hacemos mientras tanto? Pues prepararnos y luchar un poquito cada día para que la revolución sea posible. Y también podemos seguir el ejemplo de esa gente que se agrupa en cooperativas y abre periódicos digitales, que ya no son tan caros de producir como eran los de papel. Eso sí, pero periódicos con conciencia de clase, al servicio de la causa de los trabajadores y de la libertad”.
Juan León Moriche. Noviembre de 2018. Ediciones El Boletín (contacto@el-boletín.com) 12 € (envío incluido).
*Publicado en: El Otro País, n.º 88, diciembre 2018