Pres@s polític@s enferm@s
LOS QUEREMOS VIVOS Y EN LIBERTAD
En los próximos días se cumplen 10 y 5 años de la muerte de los presos políticos José Ortín Martínez e Isabel Aparicio Sánchez.
A Ortín lo perdíamos el 21 de marzo de 2009 y a Isabel el 1 de abril de 2014. A ambos los asesinó un régimen penitenciario que, como ya sabemos, ha convertido la sanidad en las prisiones de nuestro país en un arma de exterminio de los presos políticos. En unos casos con el no diagnóstico, como ocurrió con Ortín, al que no trataron ni diagnosticaron aunque meses antes de su muerte las evidencias apuntaban que tenía serios problemas de salud; en otros por la desatención que, como Isabel, sufrió cruel y calculadamente desde los primeros años de su detención hasta su muerte pese a estar diagnosticada de las enfermedades que padecía y las que le provocaron por la propia desatención.
En todos estos años no hemos dejado de denunciar la situación que los presos políticos enfermos padecen por las condiciones en las que tienen que vivir dentro de las cárceles; no hemos dejado de denunciar cómo son chantajeados con su salud no solo para que sean atendidos adecuadamente sino, para que sean puestos en libertad como sus propias leyes recogen. Es cierto que se han ido dando pasos y que gracias a la solidaridad, las campañas y movilizaciones de todo tipo, gracias a que la lucha por los presos enfermos está tomando cada vez mayor protagonismo en más organizaciones y colectivos, se han conseguido que algunos presos sean tratados de sus dolencias. Algo muy positivo y fruto de un trabajo bien hecho pero, mientras nuestros presos políticos enfermos sigan estando presos, tenemos que ser conscientes que hay que seguir redoblando esfuerzos pues con lo hecho hasta ahora no ha sido suficiente para conseguir sacarlos.
Recientemente, el gobierno del PSOE se vio obligado a cambiar la normativa penitenciaria en materia de excarcelación de presos enfermos porque con la que tenían ni siquiera podían poner en libertad a sus propios políticos corruptos… Y, como ya sabíamos que iba a pasar, el único preso enfermo que ha salido en libertad desde que aprobaran esa nueva normativa en diciembre del año pasado ha sido el sr. Zaplana. Precisamente cuando en esos meses éramos testigos de cómo la salud de nuestro compañero Manuel Arango Riego se agravaba hasta el punto de que las propias instancias médicas de la cárcel de Herrera de la Mancha temían por su vida. Sin embargo resulta que, cuando el abogado de Arango pide su excarcelación por enfermedad, ya aprobada la nueva normativa, ¡qué casualidad! sus informes médicos no son enviados desde la prisión al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria ni siquiera siendo reclamados por el propio juez.
Es más, en los últimos días nos llegaba la noticia de las graves negligencias médicas que ha sufrido Mª José Baños Andújar descubiertas por casualidad y que, después de dos años con un montón de problemas de salud añadidos a los que de siempre padece, le podían haber costado la vida cuando donde tenía que estar esta presa política, con enfermedades incurables como las que ella padece desde hace décadas, es en la calle. Sin embargo, los médicos que la atienden en prisión no solo no hacen un seguimiento adecuado de su salud sino que la agravan con sus negligencias. ¿Un despiste sin más? No lo creemos en absoluto. El historial médico de Mª José no permite despiste alguno y, además, en su caso habiendo ya salido en libertad una vez por enfermedad grave y habiéndose incorporado a la lucha revolucionaria, motivo por el que está ahora presa, más bien lo que puede haber es un despiste muy bien calculado por venganza.
El caso es que, si a alguien le quedaba alguna duda sobre cómo iban a aplicar la nueva normativa en materia de presos enfermos los vendeobreros del psoe, aquí tenemos la prueba. Y es que, en más de cuarenta años de supuesta democracia, a los presos políticos nos ha tocado defenderlos mediante la lucha dentro y fuera. A los presos políticos además enfermos, nos ha tocado arrancárselos de sus garras a base de denuncias, campañas, de lucha y más lucha… como hicimos con Arantza Díaz Villar, hoy en libertad y tratada adecuadamente de su enfermedad. Y así nos toca seguir peleando porque, el Estado que nuestros presos políticos han combatido y combaten, sabemos que los quiere muertos o arrepentidos.
De nosotros depende que no consigan ni una ni otra cosa para que vivan digna y libremente… de nosotros depende que no tengamos que recordar más aniversarios de muertes como las que estos días estamos teniendo en la memoria de nuestros queridos compañeros José Ortín e Isabel Aparicio. Ellos entregaron su vida por defender los derechos y libertades de todos los trabajadores, de todo el pueblo… es nuestra responsabilidad, como antifascistas, que no haya ni un preso político enfermo más en las manos del Estado. Los queremos vivos y en libertad.
¡¡LIBERTAD INMEDIATA PRESOS POLÍTICOS ENFERMOS!!
¡¡NO A LAS CADENAS PERPETUAS ENCUBIERTAS!!
¡¡POR LA AMNISTÍA TOTAL!!
Socorro Rojo Internacional (SRI de Madrid)