Memoria histórica imprescindible
Francisco Gasco Santillán
Comunista, resistente antifranquista durante la posguerra en Getafe, fusilado por los fascistas en Madrid en 1946
En 1944-1945 la guerrilla antifranquista en España estaba situada en el contexto europeo, como la resistencia francesa contra los nazis o los partisanos italianos contra Mussolini, aunque los maquis españoles carecían del apoyo de las “democracias” aliadas. La resistencia española luchando contra los nazis en Francia se hacía pensando en España. En 1941 crearon el periódico “Reconquista de España”, el organismo político plural “Unión Nacional”, y la Agrupación de Guerrilleros Españoles en Francia. Tras la participación de estos en la liberación de París en 1944, unos 4.000 guerrilleros españoles entraron en el Valle de Arán durante 10 días para llamar la atención de los aliados, que miraron para otro lado.
La Unión Nacional y el PCE estaban enviando cuadros guerrilleros, como “Los Cazadores de Ciudad”, al interior de España. Su primer jefe de la guerrilla, José Vitini Flórez, teniente coronel de las Fuerzas Francesas del Interior en la lucha contra los nazis, fue capturado y el 28 de Abril de 1945 fusilado por los franquistas. El siguiente responsable, Cristino García, llegado de Francia también, cayó detenido y fue fusilado con otros 11 el 21 febrero 1946. Desde el otoño de 1945, Pedro Sanz Prades “Paco el Catalán” dirigió los “Cazadores de Ciudad”, pero en febrero de 1947 cayeron todos. El 17 de marzo de 1947 fue fusilado en el Campo de Tiro de Campamento de Madrid, junto a Andrés Núñez Pablo, Fernando Bueno Sabaro, Anacleto Celada García, Antonio Criado Cano y Ángel Blázquez Blázquez.
Desde el inicio del golpe militar, Getafe se opuso de forma notable al bando sublevado. De Construcciones Aeronáuticas (CASA) salió un importante número de mandos del ejército republicano y pilotos para sus aviones. Los nazionales los sacaron de las cárceles para utilizarlos en la industria aeronáutica. Estos militares y trabajadores participaron en la fábrica con el foco de resistencia “Cazadores de Ciudad”, apoyando logísticamente la fabricación clandestina de bombas caseras, aprovechando las instalaciones y los materiales de la propia fábrica. Con las bombas se saboteaban lineas ferroviarias, sedes falangistas o símbolos franquistas. La policía localizó el origen de los artefactos, las redadas en CASA acabaron con la detención de numerosos comunistas.
Francisco Gasco Santillán era natural de Getafe, soltero, tornero mecánico, empleado en CASA. En 1945 en Getafe se fortalecía la organización clandestina del PCE. José Camacho Muñoz, jefe de “Cazadores” de Construcciones, capitán de Milicias en la guerra, fue captando poco a poco un pequeño grupo de guerrilleros. En febrero de 1946 Gasco aceptó la jefatura de los “Cazadores de Getafe”. El 9 de abril de 1946 Gasco no acudió a su trabajo como tornero en CASA por problemas físicos. Esa mañana, la policía político-social franquista efectuó una redada en la fábrica y detuvo a algunos de los trabajadores. Algunos compañeros fueron a su domicilio para advertirle de que le andaban buscando y aconsejarle que se diera a la fuga. Gasco respondió: “El destino de mis compañeros es mi propio destino”.
La represión del Régimen desbarató el Comité de Getafe, y al día siguiente Gasco cayó detenido con otros compañeros. El 12 de abril se hallaban todos en las trágicas dependencias de la Brigada Político Social en la Dirección General de Seguridad de Madrid. Del calvario sangriento de esos interrogatorios no salía nadie que no fuera a rastras y hecho añicos.
Se les incoó el sumario 135.312, bajo la batuta del verdugo del Régimen, el coronel caballero mutilado por la patria Enrique Eymar Fernández, juez especial para la represión del comunismo. Se sustanció el sumario contra Gasco y 6 más, el comité comarcal y el comando guerrillero. El 16 de julio de 1946 Francisco Gasco era fusilado. Contaba 25 años de edad, así acabó la vida de un guerrillero más de los varios miles que perecieron en toda España.
Fue la tragedia del maquis español, olvidado de las democracias occidentales, dando así la razón a lo que antes había sentenciado Manuel Azaña: “De los enemigos de la República, el peor es el Gobierno británico y la política franco-inglesa de no intervención”. Aquella oposición y aquella guerrilla perseguida practicó una violencia menor y testimonial contra una violencia colosal, total y absorbente que practicó el franquismo. El Derecho Internacional considera lícita la violencia defensiva contra las tiranías y los regímenes esclavizadores, licitud que ha sido admitida siempre, desde la noche de los tiempos.
Gloria eterna a los luchadores antifacistas