Repasando la historia
De Eduardo Galeano
-Fundación de los bombardeos aéreos
En 1911, los aviones italianos arrojaron granadas contra algunas poblaciones del desierto de Libia.
Ese ensayo demostró que desde el cielo los ataques eran más devastadores, más rápidos y más baratos que las ofensivas terrestres. El mando de la fuerza aérea informó:
–El bombardeo ha tenido un maravilloso efecto para desmoralizar al enemigo.
Las experiencias siguientes fueron, también, matanzas europeas contra civiles árabes. En 1912, los aviones franceses atacaron Marruecos y eligieron lugares con mucha gente, para no errar el blanco. Y al año siguiente, la aviación española estrenó, también en Marruecos, la novedad recién llegada de Alemania: unas exitosas bombas de fragmentación que desparramaban mortíferas astillas de acero por todas partes.
Después…
-Fundación de Hollywood
Cabalgan los enmascarados, túnicas blancas, blancas cruces, antorchas en alto: los negros, hambrientos de blancas doncellas, tiemblan ante estos jinetes vengadores de la virtud de las damas y el honor de los caballeros.
En pleno auge de los linchamientos, la película de D. W. Griffith, «El nacimiento de una nación», eleva su himno de alabanza al Ku Klux Klan.
Ésta es la primera superproducción de Hollywood y el mayor éxito de taquilla de todos los años del cine mudo. Es, también, la primera película estrenada en la Casa Blanca. El presidente, Woodrow Wilson, la aplaude de pie. La aplaude, se aplaude: este abanderado de la libertad es el autor de los principales textos que acompañan las épicas imágenes.
Las palabras del presidente explican que la emancipación de los esclavos ha sido un verdadero derrocamiento de la Civilización en el Sur, el Sur blanco bajo los talones del Sur negro.
Desde entonces, el caos reina, porque los negros son hombres que ignoran los usos de la autoridad, excepto sus insolencias.
Pero el presidente enciende la luz de la esperanza: Por fin ha nacido a la vida un gran Ku Klux Klan.
Y hasta Jesús en persona baja del cielo, al fin de la película, para dar su bendición.
-El soldado desconocido
Francia perdió un millón y medio de hombres en la primera guerra mundial.
Cuatrocientos mil, casi un tercio, fueron muertos sin nombre. En homenaje a esos mártires anónimos, el gobierno resolvió abrir una tumba al Soldado Desconocido.
Se eligió, al azar, uno de los caídos en la batalla de Verdún.
Al ver el cadáver, alguien advirtió que era un soldado negro, de un batallón de la colonia francesa de Senegal.
El error fue corregido a tiempo.
Otro muerto anónimo, pero de piel blanca, fue enterrado bajo el Arco de Triunfo, el 11 de noviembre de 1920. Envuelto en la bandera patria, recibió discursos y honores militares.