Cartas desde prisión:
Israel Clemente López
Algeciras, 14 septiembre 2019
«…Por aquí sigo bien; ahora en verano haciendo algo más de deporte (correr, algo de gimnasio) y leyendo amena novela negra a la noche, ya que en la T.V. no hay nada de nada que merezca ser visto.
He andado leyendo (y escribiendo) sobre las crecientes tensiones con Irán en el Golfo Pérsico y el creciente intervencionismo militar yanqui allí, la crisis en Hong-Kong y Colombia (¿viste lo de la vuelta a las armas de un sector de las FARC?)
Ardo de indignación cada vez que veo en la TV. a los privilegiados manifestantes en Hong-Kong enarbolando banderas yanquis y británicas y dando rienda suelta a todo tipo de vandalismo. Chinos que reniegan de ser chinos y añoran los tiempos de la Colonia. ¡Hay que ver cada cosa que tira para atrás! Parece claro que los imperialistas yanquis le quieren montar a China una «revolución de colores» (al estilo Maidán) en toda regla. Cosa muy distinta es el que lo puedan conseguir, claro.
En los media intoxicadores occidentales los denominan «manifestantes prodemocracia», aunque pienso que sería más acorde con la realidad que los llamasen «manifestantes proimperialistas» o «procolonialistas», y eso sería pedir demasiaddo a la prensa lacayuna y descaradamente injerencista bajo pretextos «humanitarios»… que, día sí y día no, encuentra menos «argumentos» para reforzar la demonización de China. No en vano parece configurarse como el «enemigo principal» en la estrategia belicista de los imperialistas yanquis.
Cuando decenas de manifestantes franceses han perdido ojos o miembros amputados en meses y meses de utilización indiscriminada de todo tipo de granadas aturdidoras, incapacitantes, etc., gases lacrimógenos y pelotas de goma por parte de las fuerzas represivas, no hemos asistido a ninguna cobertura mediática que denunciase todo ello. Allí ha habido muchos más muertos y heridos que en Hong-Kong, pero claro… es la civilizada Europa…
Y eso por no hablar de las decenas de cegados aquí, en el Estado español, en la represión de todo tipo de protestas populares y reivindicaciones democráticas.
Es todo demasiado burdo y descarado, ¿no te parece?
Hace
poco un colega me envió (a petición mía) un estudio de mortalidad
en los diferentes conflictos desencadenados por EE.UU. tras el 11-S
hecho por un investigador de este tema, Nicolás J.S. Davies, que
sigue la metodología de los enfoques epidemiológicos avanzadas por
la prestigiosa revista médica británica «The Lancet» para
Irak. Son datos
estimados de muertes violentas; es decir, no
incluyen las provocadas indirectamente por la guerra por hambrunas y
desaparición de la infraestructura sanitaria de los Estados
agredidos. Te copio, someramente, los datos que avanza como mínimos
(en la parte inferior de su estimación):
SIRIA (desde 2011)= un millón de muertes; IRAK (desde 2003)= 1,5 millones de muertes; SOMALIA (desde 2006)= 500.000 muertos; AFGANISTAN (desde 2001)= 640.000 muertes; LIBIA (desde 2011)= 150.000 muertes; PAKISTÁN (DESDE 2004)=150.000 muertes; YEMEN (desde 2014)= 120.000 muertes…
Son cifras apabullantes, y eso que son las mínimas, y dan una idea de la magnitud del desastre y destrucción causados, directa o indirectamente, por los imperialistas occidentales. Llamarlo «crímenes de guerra» se queda corto.
Esto no lo vamos a ver nunca en los telediarios, por supuesto que no… Como queda claro, el problema de los «derechos humanos» en el mundo tiene su epicentro… ¡en Hong-Kong)… Estoy siendo caústico, evidentemente…
¿Por qué no explica Pedro Sánchez qué hacen aún los militares españoles en Irak? ¿Y la ampliación de la presencia USA en Morón?
…Un fuerte abrazo cargado de Resistencia.
¡Por el comunismo!
Salud y (R)epública.»
I.C.L.