Movimiento obrero. Su brutal situación.
-Las denuncias, a los balcones:
En los últimos días, desde numerosas ventanas, balcones y puertas de viviendas se está denunciando con carteles, pequeñas pancartas, o avisos, a los responsables de la brutal situación sanitaria y social que venimos arrastrando.
“La Sanidad Pública no se vende: ¡se defiende!” dicen desde algunos balcones. “A Sanidade Pública non se vende: Deféndese!” se podía leer en numerosas ventanas y terrazas de todo Galiza. “Sanidad 100% Pública” se lee en la pancarta de otra ventana (ya publicada)…
Mientras tanto…
-La fresa, el espárrago… y el Ejército
Tuit: “Ante la falta de temporeros, lo de poner a los militares a recoger las cosechas no se contempla, ¿no?. Es un asunto estratégico, esencial y de vital importancia, pero hay que doblar el lomo. Difícil tarea para un soldado español. Nada, que sigan paseando tanquetas con el himno”.
-Un hombre muere en su casa tras seis días llamando al teléfono del coronavirus de la Comunidad de Madrid y al 112
Desde el 20 al 26 de marzo, ante el empeoramiento de sus síntomas, familiares y amigos de Mohamed Abul Hossain llamaron a los servicios sanitarios, sin ningún resultado.
–https://www.eldiario.es/madrid/Denuncian-hombre-muere-casa_0_1013498887.html
Opinión:
-POR MERO INSTINTO DE CLASE, POR ORGULLO DE CLASE. VIVA LA LUCHA DE LA CLASE OBRERA
Por tierra, mar y aire, nos bombardean, con el “Juntos vamos a salir de esta, todos unidos”. Juntos, ¿con quién?. Unidos, ¿con quién? Ni muerto voy yo a la vuelta de la esquina con quienes nos explotan y reprimen.
Prefiero amputarme los dedos, la mano, el brazo antes que felicitarle el cumpleaños a los canallas como los Amancio Ortega, que se enriquecen a costa de mano de obra esclava. Que le pregunten sino a los hermanos proletarios de Brasil, India…
Y vamos a aplaudir al brazo armado del capital, a las fuerzas represivas que nos muelen a palos cuando vamos a la huelga, cuando nos manifestamos y movilizamos reclamando Pan, Justicia, Libertad.
También vamos a abrazarnos con los fascistas para luchar juntos y hermanados contra la pandemia. Estamos confinados, estamos bajo arresto domiciliario, estamos bajo el imperio de la ley marcial, pueblos y ciudades tomados por la policía, por la guardia civil y por el ejército. La legión, los paracaidistas con fusiles y tanquetas se pasean por nuestros barrios, por nuestras calles. Dan miedo.
Pero no se mata el virus a cañonazos.
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, se preparan para el tsunami que va desatar la crisis económica que ya asoma por el horizonte y que amenaza con el total colapso del sistema capitalista.
De nuevo, quieren que la crisis la paguemos la clase obrera y el pueblo trabajador, por eso la demostración de fuerza, por eso el ensayo general para contener el movimiento que se alzará contra su barbarie. Lo de Chile y Francia se va extender como un reguero de pólvora de un confín a otro del planeta.
Pero aún en confinamiento, en arresto domiciliario y bajo el imperio de la ley marcial, a pleno pulmón, denunciamos:
-La verdadera pandemia es el capitalismo y el fascismo que nos mata.
-Con sus Guerras Imperialistas de Rapiña que sepultan bajo un infierno de bombas a pueblos indefensos: Irak, Afganistan, Libia, Siria, Palestina…
-De hambre. De sed, de enfermedades curables.
-Con los salarios de miseria. Con las infernales condiciones laborales, con los accidentes de trabajo.
-Desmantelando los sistemas públicos de sanidad, de educación, etc., etc., para que engorde los beneficios el sector privado.
-Con los desahucios, con los que nos arrojan a la calle como si fuéramos perros.
-Con las drogas que nos inyectan en vena para hacernos conformistas y sumisos; Nos hurtan el presente, nos roban el futuro, nos empujan al suicidio.
Por eso, y por más, ¡NO¡, ¡NO¡ ¡JAMÁS¡, de ningún modo, y bajo ninguna circunstancia:
¡¡LA LUCHA DE CLASES NO SE SUSPENDE!!
Viva la lucha de la clase obrera
Ahora y siempre resistencia.
-Apunte para oporse aos novos «Pactos de la Moncloa» que nos propón Sánchez
Os Acordos da Moncloa definiron o marco constituinte das cuestións sociais e económicas da Transición. En especial, do encorsetamento do movemento obreiro, que por entón multiplicábanse en loitas económicas, sociais e políticas. Obxetivo, restaurar o antes posible a «paz social», nas empresas e na rúa; controlar, en clave de conxelación, os salarios e ofrecer un marco para a rápida multiplicación de beneficios empresariais. Isto é, consolidación das posicións políticas e económicas da oligarquía surxida do golpe de estado do 36 e por a loita política ao carro dos sainetes parlamentarios en cartelera.
Os Pactos da Moncloa foron celebrados por todo o alto. Traca mediática por un lado, ofensiva represiva nas rúas e centros de traballo polo outro. Carrillo, fiel a súas promesas de moderación, valorou entusiastamente os pactos: o «acuerdo progresista mas serio que se ha realizado en nuestro país desde los años treinta entre fuerzas obreras y burguesas». Os confirmou tan ávidamente que levou a CCOO á estraña situación de convertirse no principal garante do cumplimento dos mismos, inda en contra de boa parte do sindicato. Carrillo convirteuse, así, en valedor dos Acordos, e con iso na contrapartida necesaria de Suárez.
A «política de pacto social» que inaguraban era indisociábel, para os reformadores do Movemento, do bon curso do proceso de institucionalización sindical. Requería deste en todo e para todo: o cumplimento dos acordos de máximos salariais só se podía garantir por medio do compromiso duns interlocutores atados, pola soldada, ao proceso de entronización do réxime. Ao tempo, arrincaban a negociación colectiva do ámbito da empresa para situalo a escala de industria, de sector e incluso de Estado. Con este escalamento cara arriba daban a volta a unha das reivindicacións históricas do movemento obreiro, rompían con un dos principais focos de conflicto por aquel etón: a negociación nos niveis inmediatos da fábrica, onde os traballadores podíanse organizar directamente sin mediación de estructuras de representación estatalizadas, burocrátizadas.
Logo, que é o que nos ven a propoñer o Pedro Sanchez: Que os obreiros carguemos unha vez máis co peso da crise. Conxelación salarial e renuncia aos poucos dereitos adquiridos que inda mantemos. Todo en favor dos seus privilexios burgueses. Todo a maior gloria dos grandes capitais, do seu réxime fascista e explotador, seus políticos corruptos, militares, policías, liberados sindicais…
Non necesitamos pactos. O que necesitamos dereitos, libertades, traballo, unha boa sanidade pública, unha boa educación pública, uns bos servicios públicos… Nin Corona nin virus! era a consigna nas redes. Pois eso.
República! Popular!