Luchas, derrotas, victorias… Antifascistas
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Agresión imperialista italiana a Abisinia
El 3 de octubre de 1935, 100.000 soldados del Ejército italiano invadieron Abisinia desde Eritrea, colonia italiana.
Abisinia era el único país de África que por entonces era independiente. En esta guerra se experimentaron las nuevas armas y estrategia militar que se pondría en marcha posteriormente durante la II Guerra Mundial. Durante la ocupación, la aviación militar italiana utilizó el muy tóxico gas mostaza en sus bombardeos contra las tropas etíopes y contra la propia población civil, como escarmiento para las guerrillas diseminadas por todo el país. Este tipo de armamento estaba prohibido expresamente por tratados internacionales vigentes en 1935 y debía considerarse un crimen de guerra, pero con el fin de mantener “apaciguados” a Mussolini y a sus camisas negras, los gobiernos francés y británico evitaron dar mucha difusión a estos ataques. El grado de represión fue tal que se calcula que la población pasó de 16 millones a solo 9 millones.
Los italianos consiguieron una gran victoria en la Batalla de Maychew, lo que anuló toda posible resistencia organizada de los etíopes. El emperador Haile Selassie se vio forzado a escapar al exilio en 1936, las fuerzas del mariscal Badoglio llegaron a la capital, Adís Abeba, ese mismo año. Italia se anexionó oficialmente el territorio de Etiopía y el rey italiano Víctor Manuel III fue proclamado emperador. Las provincias de Eritrea, Somalilandia Italiana y Abisinia (Etiopía) fueron unidas para formar la Provincia Italiana de África del Este. Personalidades como el Papa Pío XI y Sir Winston Churchill expresaron su admiración por la eficacia de la campaña italiana en Etiopía.
Como en anteriores y posteriores ocasiones, las sanciones económicas que se impusieron a Italia nunca se cumplieron y las empresas del Reino Unido, Francia, Estados Unidos y, por supuesto, Alemania, siguieron vendiendo todo tipo de material para mantener la guerra, desde petróleo a minerales.
El 30 de junio de 1936, el exiliado emperador Haile Selassie intentó dar un discurso ante la Sociedad de Naciones, en Ginebra, denunciando a Italia, pero fue abucheado por los partidarios de Mussolini llegados hasta allí y tuvo que abandonar el edificio. Haile Selassie declaró su desprecio y enojo contra la comunidad internacional que no hizo nada para evitar la conquista de su país, y declaró de manera casi profética: “Hoy nos sucedió a nosotros. A ustedes mañana”.
La ocupación no duraría mucho, en mayo de 1941 las guerrillas etíopes expulsaron a los italianos de Etiopía y Haile Selassie regresó al poder.