Internacional:
Kenia
-La policía ha matado a siete personas durante el toque de queda del coronavirus.
Además se han producido palizas y agresiones, e incluso saqueos de los comercios
Francia
-El ‘clima de guerra’ se expande por los suburbios de París
Con 30 enfrentamientos y tumultos con la policía, barricadas, incendios y disparos de fuego real a día 26 de abril.
-“Macronavirus, ¿cuándo acabará esto”
La policía ha detenido a una mujer en Toulouse por colgar esta pancarta en su balcón.
Paraguay
-Análisis de Carmen Villalba. Prisionera comunista Epepista.
«El Ministerio es un equipo comprometido que no para. Hoy batimos un recorrido, llegamos a 1.000 resoluciones de «suspensión».»
El lector se preguntará: ¿porqué un órgano Estatal se jacta en su cuenta de Facebook de los despidos?, ¿es un estamento privado el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad, que siente orgullo por eficiente labor?. Colaborar con las corporaciones privadas, para lo que el Ministerio usa el eufemismo de «suspensión», para legitimar vía Ministerio de «Trabajo» los despidos laborales, es decir, dejar sin trabajo y por ende desempleados a 65.000 trabajadores. Poner a operar las oficinas del Estado para tirar a la calle a 65.000 trabajadores y enorgullecerse de su efectividad, pero, ¿para quién trabaja el Ministerio de «Trabajo», «Empleo» y «Seguridad»?.
Ni siquiera se puede aludir a algún error de funcionarios intermedios, sino, a la posición de clase del Estado. Es decir, el Estado asume como su rol principal, imponer y defender los intereses de los ricos, los mismos que este año reciben la devolución del IVA como parte de la devolución del crédito fiscal del 50%, según los cálculos sobre la exportación de productos agropecuarios en su estado natural, USD 588 Millones, basados en la ley de las operaciones de exportación de productos agropecuarios en su estado natural y derivados. Si para los ricos hay ley de protección contra sequías, perdidas de ganancias, que ni siquiera implica quiebres, ¿por qué no hay ley para los trabajadores, y estos no los rebaje a condición de mendigos? No es cuestión de ley, es lucha de clases.
El Ministerio de Trabajo de Paraguay, es un equipo comprometido con las corporaciones internacionales y empresarios nacionales, desarrolla eficazmente su tarea en legitimar los despedidos y, para que los trabajadores, queden a la deriva y sin posibilidad de reclamos por antigüedad, contratos de trabajo ni algún derecho que la clase trabajadora logró arrancar con larga y dura lucha, éste oficia en finiquitar las violaciones de derechos y, además, siente orgullo por haber batido récord en la tarea. Siente placer por ayudar al empresariado a tirar a 65.000 mil hombres y mujeres, padres y madres de familia a la calle, a la incertidumbre y al hambre. Un profesional de salud mental diría: manifestaciones de un sadismo social enquistado en el Estado burgués paraguayo.
Para los que creen que el Estado Burgués representa, protege y defiende al pueblo en general, retórica que machaconamente repiten los medios hegemónicos y gobiernos de turno. Hechos como estos desenmascara, aún, en situación de gravedad y sin disimulos, opera como herramienta de los opresores de siempre y las masas trabajadoras y hambrientas descartadas como herramientas que hablan. Y no necesita encubrir su verdadera esencia de clase, sino las exhibe pomposamente.
Los economistas hablan de crisis del capitalismo, de magnitudes superior a la gran depresión de 1929 (cuando el Estado tuvo que intervenir la economía, ignorando los principios liberales de NO intervención del Estado, marcó el inicio de la era Keynesiana). A inicios de la pandemia, Pedro Halley, gerente de prestaciones económicas de Instituto de Previsión Social (IPS) manifestó: «en tres meses de cuarentena se prevé la «suspensión» de 100.000, 150.000 contratos laborales, en el peor de los escenarios podría trepar a 350.000 trabajadores despedidos, esto suma a las estadísticas de la OIT: «Paraguay experimentó un leve aumento de la tasa de desocupación, siguiendo la tendencia de América Latina y el Caribe. Así, el indicador nacional pasó de 6,4% a 6,9% entre los primeros tres trimestres de 2018 y 2019.
La jactancia del Ministerio se limitó apenas a indignación de internautas. Las centrales y gremios de trabajadores ni se dieron por enterados. La claudicación revisionista hace tanto daño a los trabajadores y las masas hambrientas que las dejan en la indefensión.
¿Quién defiende al campo popular?, si los maestros del proletariado y teóricos de la ciencia proletaria marxista-leninista ya en 1848 en el Manifiesto comunista decían: «El poder ejecutivo del Estado moderno no es más que un comité para gerenciar los asuntos comunes (privados) de toda la burguesía». Parafraseando a Marx «sólo el pueblo salva al pueblo», los trabajadores del campo y la ciudad son los verdaderos artífices de toda civilización, hacedoras de todo desarrollo, el hombre se erigió sobre las demás especies cuando empezó a producir su propio alimento mediante la modificación, mediada por herramientas, de productos en su estado natural. Y esta tarea es obra exclusiva de los trabajadores del campo y la ciudad. El proletariado organizado con conciencia de clase tiene la palabra. Y esta tiene su aliado en el campesinado pobre, sus manos laboriosas son constructoras de todo desarrollado, ésta debe poner a operar su inteligencia, organización y lucha, para lograr su emancipación. El brazo laborioso sea ayudado por el brazo emancipatorio. El proletariado no necesita de burócratas, se necesita a sí mismo.
Opinión:
-Tesis sobre educación e incertidumbre:
El ejemplo de una pandemia
Taeli Gómez Francisco
1. El defecto fundamental de abordar la educación, está en concebirla de manera reduccionista y metafísica. Se la limita a un aula sitiada por una trinchera, lejos de la vida humana-no humana; a una limitada relación objetual y cosificada de contenidos; y a la formación de relaciones educativas conforme a escenarios simulados. Por estas razones, en momentos no pensados de crisis -como el de una pandemia-, colapsa.
2. La educación mantiene determinaciones fijas; parte de supuestos de linealidad y normalidad, obviando que el movimiento es dialéctico, con momentos complejos y caóticos. Existe desde la práctica en la que se está situada, la confianza y esperanza que mañana será relativamente igual a hoy y así sucesivamente. Esta noción, hace ver a las crisis sociales y catástrofes naturales, como acontecimientos extraños y externos, mas no como un salto cualitativo de una cantidad acumulada o como la síntesis proveniente de alguna contradicción interna. Esto la anula e inmoviliza hasta esperar volver a la calma.
3. Hay fetichismo de la educación que cosifica las relaciones sociales.
4. Las prácticas institucionales que se desarrollan y las políticas públicas que las inspiran, obedecen a las mismas limitantes. Existe una mirada parcial, una tendencia especializada y tecnocrática; un enfoque de búsqueda de la necesariedad, universalidad y normalidad que se transforma en la base de un currículo sano. Esta ceguera avanza perdida en la confianza de un centro muerto.
5. Por el contrario, la educación en tiempos de crisis no para, el pensarlo de otro modo, es una ilusión de la concepción reduccionista y metafísica. El proceso es continuo, es el conjunto de relaciones sociales que se autorreproducen en procesos de socialización. Si los gobiernos tuvieran una propuesta transdisciplinar, probablemente, cada ministerio e institución pública, contribuiría a transformarse en modelo de valores, en prácticas portadoras de verdad, en pautas para enfrentar incertidumbres y problemas, como aula viva.
6. La educación en términos formales de control social, en estado de crisis, deviene contradicción. El encuentro del individual construido, se ve de cara consigo negando la necesidad de su mundo social –y planetariamente hablando-.
7. La educación entraña otra contradicción: es transformación permanente con carga de futuro, a la vez, que está sujeta a la dependencia de tradiciones, en cuanto, relaciones sociales que quieren seguir reproduciéndose en ellas.
8. La educación debe asumir que su estudiante es una correlación presente-futuro, humano-no humano; un mínimo ecosocial concreto.
9. La educación debe asumir que su profesor es práctica. Sus portadores son complejas redes de intereses y poder. Un estudiante y un profesor son difusas fronteras de relaciones sociales dialécticas.
10. La incertidumbre deja en completa posibilidad la extinción de la especie humana, como su sobrevivencia. Probablemente, la educación no será causa de ninguna de las dos, pero si un grano de arena.
11. La educación palpita sangre, pero no debe olvidar todo lo que transporta, ni el cuerpo donde está alojada. La transformación de las circunstancias que la mantienen en torrentes estrechos, dependerán de prácticas revolucionarias que no se configuran solo por hojas leídas.