Luchas, derrotas, victorias… Antifascistas
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Resistencia francesa
La aplastante derrota de Francia por Alemania en 1940 fue uno de los acontecimientos más dramáticos del siglo XX. Una poderosa potencia europea había sido humillada tras solo seis semanas de guerra relámpago.
El destino de Francia se vio también influido por su propia historia de lucha de clases. En febrero de 1934, grupos de extrema derecha intentaron asaltar el Parlamento francés, pero la policía los bloqueó. Aunque no lograron su objetivo, propiciaron la caída del primer ministro Daladier. Los comunistas y antifascistas llamaron a la huelga general que fue seguida por millones de trabajadores, demostrando así la determinación de la clase obrera de resistir al fascismo. Mientras que los trabajadores y comunistas luchaban contra el fascismo, los capitalistas mostraban su apoyo a Hitler al que veían como un mal menor y una forma de terminar con la lucha antifascista.
Entre tanto, el gobierno francés inició una caza de brujas contra el Partido Comunista. En vísperas de la invasión nazi se suspendieron 300 ayuntamientos comunistas con 2.778 concejales. Se prohibieron los diarios de tirada masiva Ce Soir y L’Humanité junto a otras 159 publicaciones comunistas. Por primera vez se expulsó y encarceló a representantes electos de la III República y se condenó a muerte a siete dirigentes comunistas.
Aunque De Gaulle se convertiría en su símbolo, en Francia la resistencia se desarrolló de manera independiente. Comenzó como una “cadena de solidaridad” (rutas de escape para prisioneros que huían del ocupante). Luego aparecieron “redes” para pasar información a los aliados. Pronto les siguieron movimientos organizados en torno a periódicos clandestinos.
En 1941, tras el ataque de Hitler contra Rusia, el PCF se unió a la lucha y el nivel de acciones directas y sabotajes subió de manera espectacular. En un periodo de tres meses, los comunistas realizaron 1.500 acciones (158 descarrilamientos, destrucción de 180 locomotoras y 1200 vagones llenos de materiales o tropas; sabotaje a 110 motores de locomotoras y 3 puentes; 800 soldados alemanes muertos o heridos). En 1942 un intento de reclutar mano de obra francesa para Alemania llevó a muchos jóvenes a unirse a los grupos guerrilleros. Por último, en 1944 la resistencia organizó importantes acciones de diversión para apoyar los desembarcos del Día D en Normandía. Este nivel de acción requería coraje. A los resistentes los cazaba la Gestapo en el norte y el régimen de Vichy en el sur. La tortura, el campo de concentración o la ejecución eran posibilidades reales como lo demuestra que 60.000 miembros del PCF cayeron en la lucha contra el fascismo.
La resistencia funcionó a la vez como un movimiento y una organización. Como movimiento tenía un seguimiento masivo. La circulación diaria de su prensa era de 600.000 ejemplares en 1944. Estas cifras dan una magnitud de la extensión de la resistencia y más cuando la posesión de un periódico clandestino podía significar ser arrestado por la Gestapo.