Recuperando materiales históricos:
Torturas a dos militantes de los GRAPO
Ana García Rueda, hermana de un militante de los GRAPO muerto en 1984 por la policía, y Ramón Fontcubierta Ariza, que cumplió su condena de siete años doce meses antes, fueron detenidos y torturados por la policía política en Oviedo en 1987.
Los dos militantes de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) han sido acusados de intentar llevar a cabo una expropiación en un banco de Oviedo y haber disparado contra un empleado de esa sucursal que se negó a darles las llaves, el 10 de diciembre.
Durante los cinco días que estuvieron incomunicados en manos de la policía, por aplicación de la ley especial antiterrorista, los dos revolucionarios fueron sometidos a malos tratos y torturas para que revelaran el paradero de sus compañeros. A pesar de ello los dos revolucionarios se negaron a declarar ante la policía y denunciaron las torturas ante el juez de la Audiencia Nacional.
5 días de torturas
-Ramón Fontcubierta
Que había salido de la cárcel hace un año, después de cumplir siete años de condena, se desgarró la rodilla al intentar huir de la policía, saltando por un terraplén. Herido, no fue llevado al hospital y la policía le sometió a torturas con grave peligro de dejarte cojo.
-Testimonio de Ana M.ª García Rueda:
Fui detenida en Oviedo el día 10 de diciembre de 1987, sobre las 3,15 de la tarde, por una dotación de la policía nacional.
Antes de que nos metieran en el coche oí disparos por todos los sitios y junto a mi camarada nos llevaron a la comisaría central de Oviedo. Nada más llegar a golpe de puñetazos me desnudaron completamente y me pasaron a una habitación donde me esperaban cuatro energúmenos de la brigada de información que se me echaron encima dándome golpes y puñetazos en el estómago y en todo el cuerpo. Así estuvieron varias horas. Yo ya me notaba la cara hinchada y sentía fuertes dolores en todo el cuerpo. A continuación entraron dos más para turnar a sus colegas y repitieron conmigo la misma sesión pero con tirones de pelo y arrastrándome por la habitación. Como yo ya tenía el cuerpo amoratado paraban de vez en cuando para darme pomadas que me fueron quitando las marcas.
No tardaron en llegar los «especialistas» de la brigada de información de Madrid. Con ellos continuaron más fuerte si cabe las sesiones de tortura: me tiraban de los pelos hasta que la cabeza me llegaba al suelo y de ahí me subían para arriba con el mismo método; me obligaban a andar en cuclillas y me pusieron contra la pared de rodillas y cada vez que me movía me daban puñetazos en los riñones y en las piernas. Todo esto acompañado de insultos, vejaciones y amenazas como que me iban a pegar 4 tiros como hicieron con mi hermano Juanini.
Así me tuvieron durante cuatro días seguidos, sin duda en un ensayo de lo que será la «nueva» aplicación dela ley antiterrorista. Al 5º día nos trasladaron a Madrid en un viaje que se convirtió en otra sesión de tortura. Me amenazaron continuamente con tirarme por un barranco y no cesaron los golpes en ningún momento.
Una vez en Madrid nos llevaron a la DGS, donde permanecí en una celda hasta que me llevaron a otra comisaría que por lo visto debe ser la «nueva DGS». Aquí nada más entrar me dieron un empujón contra la pared y me pusieron mirando a la misma, cada uno que iba pasando me daba tirones de pelo y patadas. Luego me sentaron en una silla donde continuaron con los puñetazos y golpes en el pecho.
Así estuve hasta que me trasladaron a la Audiencia para declarar ante el juez y después a la prisión, donde todavía conservo hematomas que el paso de los días y todas sus sesiones de pomadas no han podido eliminar.
*Juanini: Militante de los GRAPO muerto por la policía el 5 de septiembre de 1984.