Internacional:
Swazilandia
-Miles de comunistas exigen el fin de la dictadura monárquica
El Partido Comunista de Swazilandia (CPS) pidió en una acción masiva el 25 de junio y desafiando la prohibición de protestas emitida por el monarca absoluto del país, el rey Mswati III, el fin de la dictadura.
El primer ministro en funciones, Themba Mask, hizo la orden en un momento en que se han realizado manifestaciones masivas pidiendo el regreso de la democracia en el país, ahora conocido como Eswatini.
Los ciudadanos han estado pidiendo la «legalización de los partidos políticos» que fueron proscritos en 1973 y el fin del gobierno autocrático del rey Mswati, que ejerce el control total del poder judicial y ejecutivo.
Más de 20 comunidades han marchado y entregado peticiones y se esperaban que al menos 16 más tendrían lugar este fin de semana.
El CPS pidió un «desafío masivo a la directiva del régimen» y dijo que la gente «no caerá sin luchar».
“El régimen se opone a cualquier movimiento, pacífico o de otro tipo, destinado a la democratización de Swazilandia. Los ataques contra la gente solo se intensificarán con el paso del tiempo ”.
«El CPS continuará organizando a la gente hacia un levantamiento masivo a nivel nacional para el derrocamiento total de la autocracia de Mswati, por la libertad».
–https://insurgente.org/swazilandia-miles-de-comunistas-exigen-el-fin-de-la-dictadura-monarquica/
USA
-La OTAN tiene un programa que resume la ideología típica de la posmodernidad: B3M
Juan Manuel Olarieta
En su última reunión, celebrada en Bruselas, la OTAN ha acuñado el término B3W (Build Back Better World, reconstruir un mundo mejor) con varios significados. Aparentemente es una respuesta simétrica a la nueva Ruta de la Seda que trata de llevar a cabo China y, en consecuencia, de seguir acosándola en sus fronteras occidentales.
Pero también se refiere a la “amenaza rusa”, que aparece mencionada 63 veces en el comunicado final, para que no queden dudas. El remedio a estos males es siempre el mismo: rearme y aumento del gasto militar, que deberá alcanzar una cifra fabulosa, por encima de los 1.000 millones de dólares.
Pero si a los programas de la OTAN se les borra la palabrería típica sobre los países del Eje del Mal, parece una organización posmoderna, del estilo de la de Errejón, BNG o cualquier otra “ecosocialista”. No es posible diferenciar el lenguaje de unos y otros.
La OTAN califica el proyecto B3M como “verde” e “inclusivo”. Incluso Boris Johnson fue un poco más allá en su infinita estulticia: la construcción de infraestructuras debe ser más “neutral” o “femenina”.
La Casa Blanca caracteriza a B3M como una “asociación de infraestructuras transparente, de alto nivel y basada en valores” que “movilizará el capital del sector privado en cuatro áreas de interés -clima, salud y seguridad sanitaria, tecnología digital e igualdad de género- con inversiones catalizadoras de nuestras respectivas instituciones de desarrollo”.
Son los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, la síntesis del recetario que inculcan a los niños antes de que vayan a la universidad a culminar el lavado de cerebro: pandemias, móviles, CO2 y queer. En torno a esta receta, el imperialismo ha creado en todo el mundo otros tantos movimientos dopados de subvenciones que se dedican a darle un carácter reivindicativo a su propio programa.
La OTAN promete un diluvio de dinero para implementar el programa BW3: 100.000 millones de dólares, una parte del cual irá a parar a ese reformismo posmoderno y sus medios “alternativos”, como Contexto, que lo mismo defiende el toque de queda que al bielorruso Protasevitch, porque todo forma parte del mismo paquete ideológico.
Ya lo dijo Lenin hace un siglo: no hay manera alguna de diferenciar al imperialismo de lo que él calificaba como “socialimperialismo”, que entonces era la socialdemocracia casi exclusivamente y hoy esa constelación de oportunistas de la misma receta. Los países de la OTAN quieren que en la calle les exijan cumplir el programa que quieren implementar de antemano. No es que se les haya ocurrido a ellos, sino que cumplen con la “voluntad popular”. En eso consiste la democracia.
Lituania
-“Descubrí que mi abuelo era un asesino mientras escribía su biografía”.
El abuelo, Jonas Noreika, está considerado como un héroe lituano, a pesar de que participó en el terror nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Silvia Foti nunca conoció a su abuelo materno, Jonas Noreika, al que muchos lituanos ven como un héroe que luchó contra los comunistas soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial. Fue un líder de milicia, gobernador, activista político y un importante nacionalista.
Para preservar su legado, Foti decidió terminar de escribir la biografía de su abuelo, que comenzó su difunta madre.
Pero no tenía ni idea de lo que estaba a punto de descubrir, algo que cambiaría su vida para siempre.
Al crecer en Estados Unidos, donde la escritora vive actualmente, estaba orgullosa del pasado de su abuelo.
Su madre y su abuela le dijeron que Jonas Noreika fue asesinado por protestar contra la invasión soviética a Lituania en 1947.
Escuelas y calles de Lituania fueron nombradas en su honor, e incluso hay placas conmemorativas dedicadas a Noreika por todo el país.
Sin embargo, fue la directora de una escuela que lleva el nombre de su abuelo quien le «mencionó casualmente» que su abuelo «fue acusado de matar judíos».
«Casi me desmayo cuando dijo eso, porque era la primera vez que lo escuchaba», recuerda Foti, que en ese momento tenía 38 años.
Conmocionada por lo que escuchó en aquella escuela, y asumiendo que era «propaganda comunista», dice que estuvo negándolo durante una década.
La escritora pasó 10 años revisando toda la información sobre su abuelo.
Durante ese tiempo, encontró un documento de 30 páginas escrito por Noreika en 1933, cuando tenía 22 años. Foti explica que el contenido estaba plagado de ideas antisemitas, incluyendo por qué los lituanos deberían «boicotear» a los judíos.
Otra documentación que encontró también confirmó que su abuelo era una admirador de Adolf Hitler y Benito Mussolini.
Pero lo que vino después fue aún más impactante: encontró evidencia abrumadora de que Noreika estuvo involucrado en el asesinato masivo de judíos, aunque no había pruebas de que él mismo asesinara a personas.
Basándose en su nueva evidencia, decidió titular su libro «La nieta del nazi».