Recuperando materiales hechos en prisión:
Relatillos, postales, campañas, historia.
-Postal hecha en la prisión de Yeserías
8 de Marzo de 1989.
Presas políticas del PCE(r) y de los GRAPO.
Dibujo: recibimiento de una presa política.
Nos separó la verdad;
la verdad
nos unirá también un día.
Hoy, madre,
somos los que se acercan
a la muerte
con la sonrisa
más ancha y el abrazo
más grande
para que nazca la vida
y los abuelos venideros
no tengan que sufrir tanto
como tú.
Amamos la vida.
Tú lo sabes.
Otto René Castillo.
-Postal enviada desde las Comunas, por año nuevo.
En torno a 1989.
“Te elevarás del polvo
como una llama enamorada
de esta tierra que arderá
con tu sueño de mañana…”
-Relatillos
Roxelio Vázquez, preso político antifascista.
El mundo.
Todos sabemos que el mundo es plano y cuadrado. Hacia el Norte y el Este, el territorio conocido acaba en las cavernas del invierno eterno y en el cubil donde el cancerbero, el perro de tres cabezas, vigila la entrada del Averno. Hacia el Sur y el Oeste, si el hombre camina lo suficiente, alcanzará el fin del mundo, las gigantescas murallas que sólo algunos locos se han atrevido a escalar, sin que se hayan vuelto a tener noticias de ellos.
El fuguista.
Antes de conseguirlo, fracasó varias veces. De cada fracaso sacó enseñanzas y palizas de los carceleros. Al cuarto intento, por fin lo consiguió. Saltó dos muros de la prisión y voló, pájaro libre. Disfrutó de la libertad conquistada durante un tiempo, hasta que la realidad se le mostró sin máscaras: había huido a otra cárcel más grande. Con mujeres, coches, vino y buena comida teniendo dinero, monte y playa. Pero cárcel. Y de ésa no podía huir. Trató de olvidarlo, pensar en otra cosa. Imposible una y otra vez se hacían presentes las rejas, las porras, los carceleros… ¿Qué hacer? Decidió unirse a los que organizaban el motín: ya que no había a dónde huir, arrasarían la cárcel y acabarían con los carceleros.
Las alas.
Mi colega Gabi Colgao estaba mal del coco. Se le ocurrió que podría huir de la cárcel volando, un día que vio por el patio a un caballito del diablo. Eso fue porque se ponía de pastillas hasta el culo. Se hizo unas alas como las de las libélulas esas con cajas de cartón del economato, se tragó sus últimos tranquimazines con café doble y despegó, volando hacia la libertad. Colega, yo creía que se estrellaría contra el muro, te lo juro. Pero no; lo superó, lo chungo fue que cuando ya volaba fuera del recinto, con el ciego que llevaba se confundió de ruta y fue a aterrizar en el patio del módulo vecino. Pringao, unas collejas le daba.
Celda.
Miraba por la ventana de su celda y a pesar de los barrotes y los muros, volaba con su imaginación más allá, a la vida, a la libertad. Hasta que compró la tele. La instaló en la celda al lado de la puerta, Dio la espalda a la ventana y se quedó, hipnotizado, enganchado a la basura en color. Una mañana, los carceleros no le encontraron en la celda a la hoza del recuento; creyeron que se había fugado y dieron la alarma. Pero él estaba en la pantalla del televisor, convertido en un preso virtual. Cuando un carcelero apretó el “off” en el mando a distancia, se apagó.
Suicidio.
Érase una cámara de circuito cerrado que vigilaba el patio de una prisión. Había sido instalada, con todas las garantías, por la empresa Ikusi; pero el obrero que la fabricó metió en su mecanismo un chip modificado que casualmente resultó tener conciencia de su existencia, o sea inteligencia. Un buen día, la cámara se dio cuenta del trabajo de chivata que estaba realizando y decidió que no podía seguir así. Con decisión matemática, utilizó hábilmente su motor de rotación, se lió el cable eléctrico al objetivo y se ahorcó colgándose del soporte metálico.
El pozo.
Era estrecho y hondo. Pero estaba seco. Un grupo de animalitos se había caído dentro y los pobres daban vueltas y vueltas intentando escalar la pared. Pero siempre se volvían a caer. De vez en cuando, por la boca del pozo caían pedazos de plantas que se podían comer. Algunos se comían a las plantas y otros a los bichitos más débiles. En verano, el sol llegaba a iluminar por un momento el fondo del pozo y entonces había alegría. Un día llovió tanto -o tal vez desviaron el curso de un arroyo- que el pozo se llenó de agua; los animalitos salieron flotando, aunque alguno se ahogó.
Profesional.
Era un carcelero tan auténtico, que en su testamento dejó escrito con letras grandes: «INCINÉRESE MI CADÁVER Y MÉZCLENSE LAS CENIZAS CON EL CEMENTO DEL MURO DE UNA PRISIÓN».
El chivato Chopino.
Este era un chivato tan eficaz que cada vez que le contaba algo a los carceleros se le encogía la nariz y le crecía la lengua. De tanto chivatearse, en lugar de nariz se quedó con una horrible caverna de huesos donde anidaban las cucarachas. Y la lengua… bueno, todo el mundo sabe dónde tuvo que meterse la larguísima lengua. Es que si no la metía ahí, tendría que arrastrarla por el patio lamiendo los escupitajos y colillas. De todas formas, digo ya que a esas alturas igual le daría una cosa que otra.
Cuto, el carcelero.
El carcelero Cuto se creyó tan de veras aquello de la “reinserción social» que quiso aprovechar sus grandes ventajas educativos para su propia familia. Puso “cangrejos” tras las puertas de la habitaciones de sus hijos, les cacheaba obligándoles a ponerse en pelotas cada vez que salían, les daba unas buenas palizas a la mínima insubordinación e incluso más de una vez les tuvo esposados a las camas. Pero el colmo ya fue cuando ahorcó a su mujer y dijo que se había suicidado.
-Cartel solidaridad huelga de hambre presos políticos. Marzo de 1990.
Plataforma de Galiza de apoyo por la reunificación de los presos políticos.
-Campaña “Desenmascaremos el 92” de la AFAPP.
Noticia y foto del cartelón, en el diario Egin, de 8 de abril de 1992:
«Campaña en solidaridad con los presos políticos
La Asociación de Familiares y Amigos de Presos Políticos (AFAPP) ha iniciado una campaña de apoyo a los presos políticos del Estado español y en denuncia a la situación que padece Juan Manuel Pérez Hernández, preso de los GRAPO encarcelado en Alcalá-Meco, cuyo estado de salud es muy grave debido al régimen de dispersión y a la huelga de hambre realizada durante 435 días. La campaña de AFAPP, con el lema. genérico «Desenmascaremos el ’92», se basa en el envío de tarjetas y postales al ministro de Justicia, pegatinas, edición de escritos y conferencias, entre otras actividades. En el cartel editado, por AFAPP aparecen las fotografías de los 59 presos del PCE(r) y de los GRAPO, los dos fallecidos en prisión y un verso de Bertold Brecht que alude al compromiso político. Actualmente hay 680 presos políticos en el Estado español».
-Foto histórica del SRI.
3 generaciones en lucha. Abuelas, madres y niñas, bajo la pancarta “Socorro Rojo Internacional ¡Viva la libertad y la paz! ¡Abajo la guerra!”.