Cartas desde prisión:
Israel Clemente López
Mansilla de Las Mulas, 2 de febrero de 2022.
Hola compas. Espero que a la llegada de estas letras os encontréis bien y os vaya lo mejor posible. Aún estoy recobrándome de la fuerte sensación de irrealidad que me causó la noticia de la repentina muerte de Elipe. Había hablado por teléfono con él tan solo unos días antes y nada hacía presagiar la inminencia del desenlace. Tocado, lo voy asimilando. Ya le echo de menos. Compartíamos el mismo sentido del humor. Hace unos días, estando en la cabina de teléfonos, me cruzó inconscientemente el pensamiento “tengo que llamar a Elipe”; para, acto seguido, pasar al “ostia, no es posible, ya no está”. Es lo que hay. He recibido alguna cosa que ha circulado en su memoria tras su fallecimiento.
Espero os llegara la carta que os envié en diciembre. Confirmármelo, por favor.
Por aquí sigo con mi rutina habitual, perturbada en parte por las restricciones pandémicas. Confinamiento, cribados masivos, etc. La mitad del módulo se ha ido a hacer cuarentena. En una semana he dado dos veces negativo. A ver si se calma el tema y nos levantan el ‘arresto’, que llevamos una semana en la celda chapaditos. Sólo salgo a llamar por teléfono una vez al día. Así no voy a adelgazar en la vida jijiji, pues el cuerpo me pide azúcar y cafeína… A los que hemos dado negativo nos mantienen las comunicaciones por locutorio y el domingo tuve visita y charlica. Con respecto al chapeo obligado, mi madre hizo un comentario muy sagaz “por fin has conseguido lo que querías; estar leyendo lo que te apetece todo el día”. En buena medida, no le falta razón.
Cuidaros un montón, os mando también carta para J.
Recibid un fuerte abrazo cargado de Resistencia.
ICL.