Muro de solidaridad y denuncias:
¡Libertad Pablo Hasél!:
Cartas desde prisión:
Pablo Rivadulla Duró
16 de febrero de 2022.
TRAS UN AÑO DE ENCARCELAMIENTO
Hoy se cumple un año desde que el Estado me encarceló por denunciar sus atrocidades sobradamente probadas. Esa era la única condena firme por la que me secuestraban, pero los medios mercenarios de manipulación inventaron que era por otras causas para que no se evidenciara más la falta de libertad de expresión. El encarcelamiento provocó numerosas y masivas manifestaciones, además de un escándalo internacional. Preocupados ante tamaña respuesta, intentaron frenarla con todo tipo de intoxicación mediática contra los manifestantes y contra mí, con un potente terror policial que llegó a mutilar el ojo a una manifestante, con numerosas detenciones y encarcelamientos y con las falsas promesas de Unidas Podemos que aseguraban que derogarían los delitos de expresión y me liberarían. Pero pese a todo, la fuerte ola de solidaridad indignada se extendió entre amplios sectores, conscientes de que era un grave e intolerable ataque a las libertades colectivas.
No solo se reivindicaba la libertad de expresión en muchas cosas, también se denunciaba la vulneración sistemática de derechos fundamentales como la vivienda y el trabajo dignos, el de manifestación, el de autodeterminación, etc. Además de estar muy presente la consigna de la Amnistía Total, es decir, la demanda de libertad para todos los presos políticos. En definitiva, en las protestas se señaló al régimen entero como culpable de negar vidas dignas y encima reprimir al luchar por estas. Si los estallidos de rabia –que en Catalunya llegaron a durar dos semanas con gran combatividad– no se prolongaron más, fue por la falta de más organización. De lo contrario, se podrían haber conquistado más cosas, pero no fue poco que se lograra desenmascarar más su fascismo encubierto, que hubiera mucha movilización en una época de gran desmovilización o que se reivindicara tanto lo citado anteriormente. Fue muy positivo que no solo se luchara por la libertad de expresión. Decidí no exiliarme para favorecerlo más, pero no hubiera sido posible sin el valiosísimo trabajo diario de organizaciones que defienden tenazmente esas reivindicaciones. Organizaciones a las que – como a tantas personas más – quiero agradecer sus muestras solidarias que también ayudan a afrontar mejor el encarcelamiento. Organización imprescindible, porque frente a un opresor tan bien organizado para agredirnos, solo podemos defendernos bien organizados.
Recientemente me han sumado otra condena de más de 2 años, también por denunciar la brutalidad policial y sus montajes y juicios-farsa para imponerla impunes. Quieren añadirme otras por manifestarme o dar un concierto. Es un constante ensañamiento para castigarme por no doblegarme y aterrorizar a otros. La represión no deja de aumentar con el mal llamado “Gobierno progresista” que no solo no ha derogado todas las leyes represivas que prometió, sino que además las ha ampliado. Demostrando que no hace falta que llegue VOX al Gobierno para tal fin. Ante esta profundización en el recorte de libertades, necesitamos unirnos para oponer resistencia al margen de la complicidad que la legitima. Desde sus instituciones no van a solucionarnos nada ni a ceder por voluntad propia, por ello urge llevar la movilización a las calles. Es importante difundir las movilizaciones programadas para este fin de semana y acudir a estas. De la lucha depende nuestro futuro.
Un año después, puedo decir que me he fortalecido y reafirmado aún más. Algo que también ha sido posible gracias al ejemplo de resistencia de numerosos presos políticos que llevan muchos años secuestrados por luchar por nuestros derechos y libertades. A quienes hay que dar a conocer, a quienes el Estado trata de invisibilizar y exterminar en sus prisiones. La represión puede tornarse contra quienes la ejercen, así ha sido con numerosos regímenes antipopulares que han sido derribados. Está en nuestra mano poner fin a tanta opresión. Por mi parte me comprometo a seguir luchando constantemente desde esta trinchera.
¡VIVA LA LUCHA!
¡AMNISTÍA TOTAL!
Pablo Hasél
Centre Penitenciari de Ponent.
–https://pablohaseldesdeprision.com/2022/02/16/tras-un-ano-de-encarcelamiento/
-¡UN AÑO SIN PABLO HASÉL, OTRO AÑO SIN DEMOCRACIA!
Este 16 de Febrero hace un año que Pablo Hasél está secuestrado en la cárcel de Ponent, por hacer uso de la libertad de expresión en sus tuits y canciones. El Estado español demuestra así, que no respeta ni garantiza nuestros derechos y libertades democráticas, equiparándose a países como Marruecos y Turquía, que ya cuentan con varios artistas encarcelados. Hace unas semanas fue admitido a trámite el recurso de la defensa de Pablo Hasél en el Tribunal de Derechos Humanos, demostrando una vez más la esencia antidemocrática del Estado español, responsable de su situación.
Su encarcelamiento ha sido un aviso a navegantes. Quien critica públicamente la actuación de alguna de las instituciones del Estado, puede acabar en prisión.
Es urgente y necesario difundir esta situación a nivel internacional, para poner de relieve en qué situación nos encontramos. Si no arrancamos al Estado la libertad de Pablo, mañana pueden ir a por cualquiera de nosotros, hasta acallar cualquier suspiro disidente. ¿Queremos seguir viviendo sometidos a la peor de las censuras, la autocensura, por el temor a sufrir su represión? Somos conscientes de que su libertad debe ir ligada a la derogación de todas las leyes represivas, pues, no solo lo queremos en libertad, queremos que pueda seguir escribiendo y cantando sin tener que sufrir represalias por ello. No podemos hablar de derechos y libertades cuando existe un arsenal represivo que nos coarta día tras día y nos impide ejercerlos.
Conscientes de todo esto, debemos salir a las calles, sabiendo que solo con movilización podremos revertir esta situación, lograr acabar con el conjunto de leyes represivas que permiten al Estado encerrar a cualquiera que decida reivindicar sus derechos y libertades democráticas.
Es por ello que los abajo firmantes, como representantes del mundo del arte y la cultura en el Estado español, nos hemos unido para exigir la libertad inmediata de Pablo, así como que se expulsen del Código Penal este tipo de delitos que no hacen sino cercenar el derecho, no solo de libertad de expresión sino de libertad ideológica y artística.
#UnAñoSinPabloHasel
*Listado de firmantes.
Alba Flores. Willy Toledo. Abel Azcona. Santiago Sierra. Fermín Muguruza. Lágrimas de Sangre. Lluis Llach. Inadaptats. Cesar Strawberry. Def con dos. Rayden. Rapsusklei. Shotta. KOP. Bittah. Mireia Boya. Rodrigo Cuevas. Putochinomaricón. Varry Brava. Regina José Galindo. La Furia. Asier Etxeandia. Colectivo Democracia. Rafael Doctor. Eugenio Merino. Nacho Vegas. Silvia Bel. Borja Penalba. Orone. Psikotics. ZOO. Los Chikos del Maíz. Charly Efe. Hard GZ. Elane. Tribade. La Suda.Oi. Cor Fort. Josh Manuel de Jesús (186), Iván Crespillo Rico (186). RPG7. Cor rebel. Ars Moris. Liberum. PD Cooba. Queency. Lobtomics. Manger. Martí de Termens. Víctor Segundo. Tropical Galaxia. Las Bajas Pasiones. Fetitxe 13. Juantxo Skalari. Dr Dubweiser. Pirata el del Gorro. Bake Faltsua. Dj Eclectici. Nimr.
Situación en las prisiones:
-Los presos se plantan: no entrarán en el comedor hasta que no se reanuden los Vis a Vis.
Sus familias exigen, frente al centro penitenciario Puerto III, que «no vulneren más sus derechos».
Tortura:
-El ‘esperanto’ de los torturados.
Hablar del tema no es fácil. Mikel y Metxe lo hacen para evitar que lo que les pasó vuelva a ocurrir.
Mikel Soto Nolasco (Pamplona, 1978) dice que hablar de la tortura es como abrir la puerta a la corriente. Sabes que va a entrar marejada, pero no sabes cuándo va a bajar la resaca. Llega a la cita con aire tranquilo, con esa paciencia y dicción pausada de profesor de Historia –en el instituto en euskera de Iturrama– que no desaparece en ningún momento de la conversación. Pero asegura que hoy, tras contar su historia al periodista, dormirá peor. La tortura deja heridas que pueden –o no– curarse. Pero la herida interna, que es íntima y por la que se llega a sentir hasta vergüenza, no desaparece.
Da igual el tiempo que haya pasado, porque a Metxe González Portillo, nacida en León en 1958 pero en Euskal Herria desde los 9 años, le pasa exactamente igual. Ambos son víctimas de la tortura a manos de la policía. En diferentes contextos y con veinte años de diferencia. Pero, por haber sufrido lo mismo, los dos sintonizan, hablan el mismo lenguaje. Mikel lo resume con una frase que leyó hace tiempo y que le gusta. «Dicen que los torturados hablamos una especie de esperanto». Ese lenguaje común de quienes fueron maltratados y desde entonces cargan con algo más que secuelas físicas.
Precisamente porque es desgarrador se han decidido a dar un paso: inscribirse en el registro de torturados y, además, contar su testimonio. Lo hacen por tres razones: para abordar un tema incómodo y ocultado deliberadamente, pero que tiene que «mirar de frente cualquier sociedad que se diga avanzada»; para animar a otros a que, si les ayuda, cuenten experiencias similares y busquen apoyo en la asociación; y para librar a las generaciones futuras de atajar un debate que debe quedar zanjado ahora para que no se repita.
Sus testimonios son ejemplos clarísimos de que la tortura fue algo de todo menos casual: fue una herramienta utilizada con asiduidad, llevada a cabo por expertos con una hoja de ruta clarísima y que iba mucho más allá de lo físico. A Mikel Soto lo detuvieron el 23 de febrero de 2002 en Castellón. Había viajado allí junto a su novia para visitar a un amigo. En la carretera los aborda la Guardia Civil, que los detiene: su nombre había salido durante el interrogatorio con torturas a un miembro de ETA. Contra él no pudieron alegar nada más que una extrañísima fórmula: tentativa de colaboración con banda armada. Todavía hoy no se explica su caso salvo por la repercusión mediática que tuvo, en un contexto en el que estaba muy reciente el caso de Unai Romano.
La tortura como sistema «Tengo un recuerdo muy impresionante: del cuartel, que era muy viejo, de que me llevaron por medio de donde jugaban los críos de los guardias, de que me sacaron unas fotos con el típico cartelito como el de las películas», narra. En Castellón lo trataron muy bien, dice. Pero al poco llegó un comando que lo trasladó a Tres Cantos. Lo torturaron hasta que la misma forense «a la que se le murió Gurutze Iantzi en 1993» lo mandó a la enfermería. «Ellos son muy profesionales: si te hacen la bolsa, saben hasta cuando tienen que apretar. Lo que pasa es que conmigo hubo un momento en el que yo creo que se pensaron que se les fue la mano». Terminó 11 días ingresado en la enfermería de Soto del Real, que le pareció «el paraíso» comparado con el infierno de Tres Cantos.
El caso de Metxe repite los mismos patrones: tortura sofisticada, escenas bizarras y prisión. La Policía Nacional la sacó de su trabajo en el Aeropuerto de Pamplona en 1983 acusada de filtrar información a los Comandos Autónomos Anticapitalistas por un atentado que luego reivindicó ETA. La absolvieron. Pero las torturas y los nueve meses en la prisión de Yeserías no se los quitó nadie. Durante ese tiempo murieron un amigo cercano y su hermano. No le dejaron salir.
El viaje que hizo detenida de Pamplona a la Dirección General de Seguridad de Madrid fue una pesadilla con esos detalles chuscos que solo podría hacer alguien tan frívolo como un torturador. Si Soto atravesó detenido el jardín de infancia de la casa cuartel de Castellón, Metxe González desfiló por un bar de carretera. «Paramos en un sitio donde habían pedido unos corderos. Yo fui al baño y pasé por medio del bar, con un aspecto horroroso y el pantalón lleno de sangre. Nadie dijo nada», recuerda. «No te voy a contar lo que me hicieron», dice. Lo trae escrito a mano en unos cuantos folios que cortan la respiración. Fue tan duro que zanjó todo dándoles lo que querían: un cheque en blanco en forma de firma para que pudieran atribuirle lo que quisieran.
Como los suyos hay muchos más testimonios en Navarra. «La tortura ha estado sistematizada e ignorada, con muchos funcionarios y jueces que han mirado para otro lado», denuncia González. Para evitar que continúe la impunidad nace la asociación. Y también para ser un lugar terapéutico para las víctimas. «No vamos a dar un paso sin una garantía mínima de autocuidado», aclara Mikel Soto. Ahora dependerá de cada persona tomar la decisión personalísima de acudir al censo o no. Pero la red quiere, precisamente, «hacer que nadie caiga».
–https://pakitoarriaran.org/articulos/el-esperanto-de-los-torturados