Memoria histórica imprescindible:
-Lorenzo Almeida Troya.
«(…) Lo llamábamos el «Pequeño Stalin» al joven Lorenzo Almeida Troya, todavía era menor de edad, apenas catorce años cuando lo detuvieron en la Plaza de Santa Ana pintando un muro con la hoz y el martillo, no había pasado una semana del golpe fascista del 36, lo molieron a palos en el Gabinete Literario, lo violaron entre varios Falanges que les gustaban los niños, así y todo mantuvo siempre la entereza, lo condenaron a muerte en Consejo de Guerra por Delito de Rebelión, pero le conmutaron la pena por Cadena Perpetua por su corta edad. Coincidimos en los campos de concentración de La Isleta y de Gando, allí siempre nos daba ánimos a los que estábamos hundidos en la miseria, siempre tenía una sonrisa en la boca, hasta en los momentos más difíciles.
En el 40 nos trasladaron a un grupo a la prisión de Barranco Seco, allí fue terrible, porque los guardias se dedicaron a violarlo cada noche, lo hacían junto a varios presos comunes que apoyaban a los fascistas, puro lumpen, gentuza sin ideas que aprovechaban la coyuntura para sacar tajada. Allí nos llegaron a torturar falangistas junto a estos hijos de puta sin escrúpulos. Al pobre Lorenzo lo destrozaron, en una cárcel tan pequeña había poco espacio para despistarlos, no era como los campos de concentración que eran más grandes, allí si eras un chiquillo abusaban de ti, eran falanges que tanto violaban a las mujeres como a las niñas de los republicanos asesinados, también a los muchachos menores de edad como Lorenzo. El pobre no tenía vida, andaba siempre deambulando solo en el patio, los pantalones siempre manchados de sangre en sus partes, le habían liquidado su dignidad, su alegría, su optimismo, su esperanza de que los nazis perdieran la guerra y viniera el ejército soviético a liberar España.
Por eso no tuvo más salida que la muerte, aprovechó y no se supo nunca como para subirse a la azotea de la prisión, trepó como un mono, tenía un cuerpo muy delgado, era muy ágil, había sido siempre muy deportista, una vez arriba los fascistas no se lo creían y dijo lo que tenía que decir aquella mañana de Reyes de 1941: -¡Viva la clase trabajadora! ¡Abajo el fascismo!- -Ustedes asesinos jamas podrán acabar con los hijos de nuestro pueblo- En ese instante se lanzó al vacío. Los compañeros comenzamos a golpear las rejas con las cucharas todos a la vez, se formó un escándalo terrible que los guardianes no pudieron parar durante varias horas. Los falanges y guardias civiles se llevaron su cuerpo, años después me dijeron que lo habían enterrado en la fosa común del cementerio de Las Palmas, allí sigue todavía nuestro querido Chencho…»
*Fragmento de la entrevista realizada el 23 de febrero de 1987, en el barrio de San José, a José Carreño Sosa, preso político y antiguo miembro del Frente Popular y la Federación Obrera.
Imagen: Ilustración de José Ramón Urtasun.
-El «arquitecto» de la matanza de Franco que se inspiró en los nazis y la Inquisición.
El fiscal Felipe Acedo Colunga ideó el «plan» para eliminar al «enemigo», como desvela el libro ‘Castigar a los rojos’, de Ángel Viñas, Francisco Espinosa y Guillermo Portilla.
El mismo fiscal jefe del Ejército de Ocupación franquista deja escrito en sus memorias cómo realizar «la depuración de todos los colectivos rojos sin olvidar ninguno», según el texto. El objetivo era el «exterminio físico, moral y económico» de quienes defendieron la democracia. Y, de paso, dilapidar en la posguerra todo vínculo con la República «comunistoide».
–https://www.publico.es/culturas/arquitecto-matanza-franco-inspiro-nazis-inquisicion.html
-El palacio que PP y Vox quieren para el emérito: un bien cultural encargado por un esclavista del XIX.
El Palacio de Sobrellano en Comillas, Cantabria, de estilo neogótico, se construyó a petición de Antonio López y López, primer marqués de esta localidad y empresario de la época vinculado a la trata de esclavos.
El PP vota con Vox en Cantabria ofrecer al rey emérito un palacio de Comillas para que fije su residencia en España.
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