Repasando la historia:
-Albin Amelin (pintor comunista. Suecia, 1902-1975)
*Dibujo de Amelin. Cartel «Revolt»
*Cuadro de Amelin. Matanza del pueblo.
*Cuadro de Amelin. Taberna obrera, ante las fábricas..
-Benton Murdoch Spruance (pintor y muralista. EE.UU. 1904 – 1967)
*De la serie «People Work»
1- Mañana, 2- Mediodía, 3- Tarde, 4- Noche.
Difusión de Fuat Filizler:
–https://www.facebook.com/fuat.filizler.313
-Thomas Alba Edison. Anécdotas.
Inventor del telégrafo, mejorador del teléfono y creador del fonógrafo y la lámpara, decía siempre que no sabemos nada, apenas hemos dejado de ser monos. La creación es un uno por cien de inspiración y un 99 por ciento de trabajo, curiosidad y prueba-efecto.
Así, no extraña que con cinco años de edad y tras escuchar a su madre que la gallina dando calor incubaba a sus polluelos, se pasara semanas sentado sobre una cesta de huevos. Como los pollos no nacían, pensó que a su madre se le había olvidado narrarle algún detalle. Y en 1856, con nueve años, pensó que si las personas se alimentasen como los pájaros podrían volar como ellos. Se preparó una papilla de gusanos y desperdicios y se la comió junto a un amigo. Pasaron semanas con diarreas y vómitos.
-La mujer tiene alma
En 1563, en el cierre del Concilio de Trento, desarrollado desde 1545, la Iglesia acordó cuestiones que posteriormente sufrieron las mujeres en sus propias carnes.
Se decidieron cánones, decretos, doctrinas y listas sobre el pecado original, exenciones de sacramentos, eucaristía, penitencia, extremaunción, listas de libros prohibidos, cargos eclesiásticos, obligación de residencia, matrimonio, celibato, concubinato y otras muchas prohibiciones (para los demás), y en una de las discusiones, tuvo que reconocer que las mujeres también tenían alma, es decir, eran seres humanos, pues se estaba discutiendo sobre el purgatorio y la veneración de santos -personas hasta entonces-. Ya para entonces había mujeres que habían creado estos debates. Teresa de Jesús, fue beatificada y luego santificada ‘poco’ después, en 1614 y 1622, debido a este Concilio. El acuerdo de Trento sobre la cuestión femenina, se logró tras largas discusiones.
-Degollando árabes
Toma cristiana de Túnez y Argel entre 1530 y 1541: Carlos V y sus tropas de cristianos y fanáticos atacaron Túnez convirtiendo una de las mayores ciudades de África en un baño de sangre.
Los cristianos al entrar a la ciudad degollaron a 30.000 árabes y tomaron esclavos a 10.000 mujeres y niños. Destruyeron las mezquitas, madrazas y mausoleos. Saquearon las mansiones y casas. Quemaron todos los incunables de la biblioteca y robaron las artes más selectas. Sobre toda crueldad, destacó la de los cristianos españoles. Durante 72 horas corrió un auténtico río de sangre en las calles.
Tras su sangría en Túnez, pasaron a cristianizar y colonizar a sangre y fuego Argel. Carlos V envió esta insultante carta al Generalato musulmán: “No seréis capaces a estas enormes fuerzas que estáis viendo en la costa. Si fueseis cuerdos, dejaríais la espada y me daríais las llaves de Argel. Si pedís perdón besando el suelo delante de mí, os perdonaré. Soy el Rey de España, Nápoles, Sicilia, Flandes y La India y emperador de Alemania. Si os rebeláis contra mi poder, juro por Cristo que colgaré cada parte de vuestros cuerpos en las torres de Argel”. De esa segunda batalla, el cristianismo europeo y la monarquía española no solo salieron derrotados, sino totalmente diezmados y humillados.
-Mujeres y Resistencia
En 1138, el rey feudal Conrado III conquistaba tierras amuralladas de los güelfos y del Duque de Baviera. Gobernaba el Sacro Imperio Romano Germánico. Cientos de campesinos humildes morían de hambre.
Se produjo una rebelión del pueblo y las mujeres exigieron a Conrado que les dejase abandonar la ciudad, porque esa guerra entre feudales estaba exterminando al pueblo, que nada quería saber ni de Conrado ni de Baviera. El primero, un cruel tirano, para hacer gracia a sus ejércitos y pensando que las mujeres sólo le estorbarían en las labores de exterminio y rapiña, les dio el parabién, pero con la siguiente irónica frase: “Abandonaréis la ciudad las mujeres, y ninguna llevará consigo más de lo que pueda acarrear”. Su intención era así hacer esclavos a los hombres y niños que iban a quedar en la ciudad. Dada la orden, Conrado, Baviera y sus ejércitos mercenarios se quedaron de piedra al comprobar cómo cientos de mujeres llevaban a hombros a sus hijos o a sus compañeros. El tirano tuvo que mantener su palabra. Conrado expulsó a los güelfos de Baviera, pero no logró conquistar Sajonia.