Memoria histórica imprescindible:
-Localizan a 144 víctimas del franquismo en la Fosa 126 de Paterna.
El cementerio de Paterna es el lugar donde se constata la ejecución del mayor número de crímenes contra la humanidad, una vez acabada la guerra.
Los restos de 144 víctimas de represión franquista han sido localizados durante la exhumación en la Fosa 126, la más numerosa del cementerio de Paterna, tras siete meses de intervención. Durante los trabajos antropológicos se ha podido demostrar que las víctimas, 143 hombres y una mujer, fueron asesinadas entre el 27 de agosto y el 14 de septiembre de 1940 en el Terrer (Paredón de Paterna).
-La ARMHEX celebra un acto de homenaje a los guerrilleros antifranquistas en Piornal.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura, el Ayuntamiento de Piornal y los familiares, preparan un homenaje a los guerrilleros en Piornal los próximos 5 y 6 de agosto.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (ARMHEx), recibió la demanda de la familia de Andrés Iglesias Prieto “Olivero” para tratar de localizar sus restos. Ándrés Iglesias Prieto, guerrillero, era natural de Piornal (Cáceres); con posterioridad, familiares de otro de los desaparecidos, Mariano Álvarez Escobar, natural de Fuensalida (Toledo), también solicitó a esta asociación su colaboración. El 16 de marzo de 2022 se iniciaron en el osario del cementerio de Burgohondo (Ávila) las tareas necesarias para tratar de recuperar sus restos.
En el caso que nos ocupa, la Guardia Civil, el 23 de enero de 1947 llevó a cabo un asalto a una casa en el campo, en la que estaban escondidos, en el término municipal de Burgohondo (Ávila), los guerrilleros o combatientes antifranquistas, que resultaron muertos: Andrés Iglesias Prieto “Olivero”, natural de Piornal/Cáceres, de unos 25 años; Mariano Álvarez Escobar ”Antonio“, jefe de la partida, natural de Fuensalida/Toledo, de 29 años de edad; Tomás López Gutiérrez “Rubio”, natural de Madrid, de unos 20 años.
Estas tres personas fueron muertas y enterradas, sin identificación, en una fosa clandestina en el cementerio de la localidad de Burgohondo (Ávila). Pasados unos años, fueron exhumados por el enterrador y trasladados sus restos a un osario dentro del mismo cementerio, sin que exista ninguna mención o identificación del lugar y sin que los familiares recibieran ninguna información al respecto.
-170 kilómetros tras los pasos de los exiliados del franquismo: “Tantos años y las fronteras siguen trayendo muerte”
La Caravana Abriendo Fronteras es una iniciativa que, desde 2016, recorre rutas migratorias actuales o históricas para denunciar la vulneración de derechos que sufren las personas que se ven obligadas a huir.
En Irún, a pocos metros de la frontera con Francia, 150 personas miran de frente al río Bidasoa, ese que une dos países y que, a la vez, los separa, actuando como frontera natural. Miles de exiliados superaron sus aguas durante la Guerra Civil y la dictadura franquista, huyendo de la represión. Solo entre abril y junio de 1938, fueron 5.000 los que cruzaron el río. Pero, aunque la dictadura acabó, el Bidasoa sigue siendo una frontera a superar para miles de personas que migran en busca de una vida mejor. Y no todos lo consiguen: solo en 2021, sus aguas se cobraron 9 vidas.
En ese lugar, donde algunos caminos empiezan y otros acaban, hay un monolito con versos del bertsolari Amets Arzallus que rezan: “En doloroso recuerdo de los migrantes que dejaron aquí su último aliento. Fronteras que cierran el paso a los migrantes que abren caminos”. Esas 150 personas se encuentran frente al monumento para rendir homenaje a aquellos que perdieron la vida, antes de disponerse ellos mismos a cruzar el Bidasoa. Pero no son migrantes, sino que conforman la Caravana Abriendo Fronteras.
-Martínez Camino: el obispo azote de Zapatero que preside misas por Franco en Cuelgamuros.
Nacional-catolicismo impune.
El primer obispo jesuita español, que ejerció como secretario general de la Conferencia Episcopal entre 2003 y 2013 bajo el paraguas de Rouco Varela, resucita como figura conservadora al presidir una misa para la ultraderecha en el Valle de los Caídos.
Y es que Martínez Camino –cuyo nombramiento como secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal fue prácticamente impuesto por Rouco Varela a Juan Pablo II y que hoy el Papa Francisco no sabe a dónde enviar– es uno de los obispos más conservadores de nuestro país y uno de los pocos (junto a otros obispos polémicos, como Juan Antonio Reig o Jesús Sanz) que, en público, admite su amistad y apoyo al prior del Valle de los Caídos, Santiago Cantera.
El jesuita, de 69 años, lleva 14 como obispo auxiliar de Madrid y parece que no se moverá de ahí, aunque, en el pasado, su carrera pareciera fulgurante. Así, entre 1993 y 2001 dirigió el Secretariado de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, la sucursal de la antigua Inquisición romana en la Iglesia española. Desde allí, ejerció de martillo de herejes contra los teólogos progresistas.