Descarga de libros imprescindibles:
«¿Hubo socialismo en la URSS?»
Jaime Canales Garrido
“¿Quién ignora que la primera ley de la Historia
es que no hay que osar decir nada falso, y que
no hay que temer confesar toda la verdad?…
Como nada es más hermoso que conocer la
verdad, nada es más vergonzoso que aprobar
la mentira y tomarla por verdad”.
Marco Tulio Cicerón
La presente monografía no es, en el sentido riguroso del término, un trabajo de historia, si bien son abordados en ella acontecimientos de trascendencia histórica universal.
Y afirmamos que no es una obra de historia, porque el autor, no pudiendo refrenar su íntimo deseo de intentar mostrar la verdad histórica sobre las cuestiones objeto de esta investigación -por así decirlo- tomó partido desde el inicio mismo de su exposición, algo que está, supuestamente, vedado a un historiador.
De suyo se comprende que, al enterarse de una realidad enteramente diferente a la que la abrumadora mayoría de las personas conoce o cree conocer, el autor no pudo abstenerse de exteriorizar cierta estupefacción, pues experimentó la sensación de estar remando contra la corriente. Y, por ello, dicha revelación no pudo no encontrar una suerte de toma de posición bastante crítica en la apreciación de algunos nefastos acontecimientos de alcance universal, que -por su esencia, magnitud y consecuencias- no dejarían de motivar repudio en cualquier persona amante de la verdad y de la justicia social.
El lector tiene en sus manos un estudio teórico y, al mismo tiempo, una crónica analítica de importantes acontecimientos históricos que -dentro de lo que fue posible, debido a la complejidad y superposición en el tiempo de las cuestiones enfocadas- fueron tratados en orden cronológico.
Este libro es parte de un trabajo de investigación sobre el marxismo, el socialismo y la dictadura del proletariado -que el autor inició el año 2007- cuya finalidad medular era y es entregar antecedentes fidedignos sobre la edificación de la sociedad socialista en la URSS y dar a conocer algunas de las causas -tanto internas como externas- de la destrucción de la Unión Soviética.
Originalmente, lo medular del contenido de este volumen debería haber constituido la primera parte de una trilogía, que comprendía el análisis de tres cuestiones fundamentales sobre la teoría y la práctica marxista, teniendo como objeto principal de estudio a la Unión Soviética, a saber:
1. La doctrina de Marx, Engels y Lenin sobre el Estado, la dictadura del proletariado y el socialismo, como primera fase de la sociedad comunista;
2. El marxismo y la edificación de la sociedad socialista en la URSS;
3. La destrucción de la Unión Soviética.
Sin embargo, los avatares de la vida -siempre más rica que la teoría y las buenas intenciones- obligaron al autor a interrumpir el trabajo en su versión inicialmente planificada, debido a que, en abril del año 2017, le fue solicitado que escribiera un artículo acerca de la Unión Soviética con motivo del centenario de la Gran Revolución Socialista de Octubre, que se celebró en la Conferencia Internacional de Profesionales Egresados de los Países Socialistas, en la ciudad de Viña del Mar.
El autor -inmerso en la angustiante tarea de revivir intensamente los “descubrimientos” que había hecho a finales de los años 80 sobre la destrucción de la URSS- se vio, en un principio, involuntariamente impelido a sobrepasar el marco del mencionado artículo y, en su lugar, elaborar un ensayo que debería, al menos pálidamente, relatar parte de lo que los archivos del Kremlin habían revelado entre los años 1989 y 1996, altura en que fueron cerrados nuevamente.
No podía el autor dejar de abordar en su trabajo cuestiones de tamaña trascendencia para los destinos de la Unión Soviética, como la campaña del terror contra la URSS y Stalin, iniciada en 1933 -fecha demasiado temprana como para escribir sobre las supuestas represiones masivas del “malvado” Stalin- promovida, peregrinamente, por la Alemania nazi y el magnate norteamericano Hearst, propietario de una de las cadenas más grandes de medios de desinformación masiva del mundo; el escamoteo, las falacias y calumnias emanadas del espurio “Informe Secreto” al XX Congreso del PC (b); la verdad de las represiones; el papel jugado por la burocracia partidaria tras la muerte de Stalin en el proceso de desmontaje de la URSS, iniciado por Jruschov, continuado en los años 60 y 70, y consumado por Gorbachov y su equipo de colaboradores entre los años 1985 y 1991.
Ahora bien, aquel ensayo que había tocado las cien páginas -luego del correspondiente trabajo de revisión y del categórico convencimiento del autor de que había surgido la posibilidad de dar a conocer lo desconocido para la mayoría de los lectores latinoamericanos- se hizo harto más voluminoso, alcanzando las doscientos cincuenta páginas, en las que el lector era convidado por el autor a realizar un periplo -a veces, no con la extensión y profundidad deseables- por todas las supra mencionadas cuestiones. Esta circunstancia acabó por invalidar la trilogía originalmente ideada.
Lo referido condicionó, por supuesto, el contenido y la forma del presente trabajo, que, acaso, pueda haber sufrido cierta pérdida de información específica que podría haber suscitado un mayor interés del lector por los tópicos aquí abordados, y que parecieran ser de más yerma lectura que los expuestos en el referido ensayo.
Con todo, si, por un lado, hay que concordar que la temática de este estudio no es de fácil lectura -porque se analizan en él, en medida significativa, cuestiones de índole teórica-, por otro, no se podría refutar el hecho de que gran parte de la información que no pudo ser expuesta en el referido ensayo, enriquecida, encontró sede en este.
Por cierto, al objeto de poder situar el lugar de la Unión Soviética en el proceso histórico del desarrollo de la humanidad, no se podría haber prescindido de las obras de los fundadores del marxismo.
Como es sabido, desde el primer momento de su surgimiento, el marxismo ha sido objeto de múltiples e inicuos ataques y tergiversaciones, sobre todo, en estos conturbados tiempos de una sensible carencia de ideas y, por tanto, de acelerada deshumanización del hombre, en que peregrinos especialistas, aventuradamente, declaran muerto el legado de Marx.
Fue en ese exacto contexto que el autor juzgó que no podía ni debía hurtarse a la imperiosa necesidad de citar extensamente las primigenias ideas de los fundadores del socialismo científico -a veces, con una extensión no siempre deseada y bienvenida-, lo que, amén de hacer poco ligera y menos dinámica la lectura de este texto, no siempre facilitó la tarea de exponer, de modo sucinto, la doctrina marxista-leninista sobre las aludidas cuestiones. Pero, ¡¿quién podría expresar mejor sus ideas que el propio Marx?! ¡Y qué decir de Engels y Lenin!
DESCARGA:
–https://drive.google.com/file/d/1BseOfbgj5_CNhLmOIposn3X2UgiAXfyh/view?usp=sharing
M.P.M. Arenas sobre el libro:
«Tras la lectura atenta de ¿Hubo socialismo en la URSS?, aquella primera impresión de rigor en el análisis a que me refiero antes, ha quedado afianzada, hasta el punto de que no tengo duda de que se trata de una obra fundamental del marxismo contemporáneo.
Justamente enfocado en positivo, este otro libro nos ofrece una amplia panorámica en la que no faltan los “detalles”, muy relevantes y de gran valor o trascendencia teórica, acerca de la construcción del socialismo en la Unión Soviética; o para ser más precisos, lo que el autor de la obra denomina “el modelo estalinista de la economía”. De este modelo económico cabe destacar, en mi opinión, “El sistema de precios de dos escalas”, “El rublo intangible”, “La reducción sucesiva de los precios al consumidor y los servicios sociales gratuitos”. Cuestiones de enorme interés para nosotros, todas ellas, como es lógico y natural, estrechamente vinculadas a la planificación económica y al tránsito a la segunda etapa del comunismo.
Génesis, vida y destrucción de la Unión soviética, y ¿Existió el socialismo en la URSS?, son obras complementarias y necesarias que estábamos esperando desde hacía mucho tiempo, pero que solo una persona con los extensos conocimientos, la conciencia de clase y la gran capacidad de análisis que posee el camarada Jaime Canales (el cual residió en la URSS durante muchos años), podía ofrecernos. Desde aquí quiero transmitirle mi más sincero reconocimiento».