Cartas desde prisión:
Pablo Hasél.
Prisión de Ponent.
Junio, 2022.
Pegasus, infiltrados, violencia y milongas.
Ante las evidenciasy timoratas quejas del processisme , el Gobierno montó otro paripé, pues si algo saben es orquestar teatros. Invitó a ERC y a la CUP (entre otros) a una “reunión de secretos oficiales” con el CNI. Ambos partidos reconocieron al finalizarse que se habían desvelado más nombres de espiados. Aunque lógicamente el CNI no mostrara ni la punta del iceberg. Pese a ello, la CUP se negó a desobedecer relatando todo lo acontecido en la reunión. Una vez más, en un momento clave y ante hechos gravísimos, la desobediencia tan prometida se reduce a consignas vacías de contenido y acción. Esto es complicidad con la represión, como lo es que sigan sosteniendo al Govern que la ejercen, aunque lo justifiquen diciendo que ahora es de más baja intensidad. Que se lo digan a Adrián Sas- al borde de ser encarcelado por manifestarse- o a tantos otros con acusación particular del Govern o informes falsos de sus mossos sin que este mueva un dedo. A la vista está que su apoyo al Govern ha servido para todo lo contrario que para movilizar y avanzar hacia la autodeterminación y la Amnistía selectiva que “defienden”. A los que muchos represaliados respondemos: no en nuestro nombre.
Esta no es la única ley impulsada por los falsos progresistas para blindar más el estado de excepción, con el objetivo de aniquilar las luchas que genera y generará el oscuro panorama que nos imponen.
Una de las leyes más opresoras que han aprobado junto a PP-VOX-C’s (a la hora de machacarnos siempre se unen) y que pese a su trascendencia ha pasado muy desapercibido, es la Ley de Seguridad Nacional. Implica que el Estado pueda movilizar forzosamente a la población cuando le plazca sin trámite alguno- también para militarizarla-, la confiscación de recursos económicos para sus intereses, un control aún mayor de los medios de comunicación cerrando con más facilidad los que no les convenga o las condenas a prisión a quienes no acaten la ley marcial. Por si fuera poco con el Estado de alarma, asfixian con más leyes destinadas a proteger los privilegios de los ricos de siempre. Control extremo y represión incesante para que la oligarquía y sus esbirros sigan agrediéndonos con inflación, sobreexplotación, pobreza e imperialismo. Este es el resumen de su legislatura por más marketing con el que quieran taparlo y más intolerables complicidades que tengan entre la “izquierda” domesticada que no denuncia lo que suponen estas leyes.
Estos días el SEPC ha denunciado que han descubierto un infiltrado de la Policía Nacional en su sindicato estudiantil. Llevaba más de dos años ejerciendo de topo, demostrando que el Estado incluso acosa a las organizaciones que considera legales.
El inspector de la PN, Jose María Benito, se pavoneaba en la TV pública catalana de que “esto es lo más habitual” y para colmo afirmaba que “no se vulneran derechos fundamentales”. Se saben tan impunes que son capaces de espetar que un infiltrado que se cuela hasta en las casas de quienes espía por, en este caso, defender el derecho a la educación pública de calidad, respeta los derechos. Algo que pone de manifiesto que cualquier organización que luche intentara ser infiltrada, a parte de ser vigilada por otros medios. Una evidencia que a menudo se olvida por cuanto han repetido la milonga de que hay democracia y libertades políticas, Su represión muestra de forma explícita que cuando les conviene tornan ilegal lo que en teoría es legal y viceversa. Pero quienes no la padecen tan directamente suelen caer en la “legalitis” de sobrevalorar el margen de actuación legal. Son los ecos de una de las mayores falacias que nos han repetido hasta la saciedad: el “ sin violencia se puede hablar de todo”. Dicho por quienes emplean todo tipo de violencias para oprimirnos y lucrarse, como la de violar nuestra intimidad. La tan extensa lista de represaliados y presos políticos por, precisamente hablar de lo que quieren que no se hable, desmonta rápido un bulo aún demasiado interiorizado.
Si preguntamos por la calle qué consideran violencia, “pocos” responderán que la acumulación de riqueza a costa de la explotación y miseria ajena, los desahucios, la negación de una sanidad digna, el imperialismo o la represión. Porque el capitalismo es la mayor muestra de numerosas y criminales violencias normalizadas. Por ello, para organizar la autodefensa frente a tantas agresiones cotidianas e impunes, es fundamental que se señale a los opresores como los auténticos violentos. Lo que hacen constantemente con nosotros, conscientes del rédito que les da. Los padres políticos de ERC, Junts y UP, ayudaron a imponer la farsa de la “transición” que perpetuaba la falta de libertades políticas que seguimos pagando. Hoy, junto a otros similares, pretenden que traguemos que no es urgente la ruptura que frenaron. Desde sus cómodas y bien remuneradas poltronas nos dicen que calma, que nos conformemos con las penurias que ellos no viven. Pero no hay Pegasus, infiltrados, violencia y milongas que puedan detener la rebeldía contra tantas injusticias sangrantes, la lucha por la dignidad que llama urgentemente a extenderse por cada rincón.
–https://pablohaseldesdeprision.wordpress.com/2022/10/07/pegasus-infiltrados-violencia-y-milongas/