Memoria histórica imprescindible:
-Las familias de seis víctimas de la represión franquista recuperan los restos de sus familiares.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) entrega a sus familiares los restos identificados de seis republicanos exhumados en el cementerio de Manzanares (Ciudad Real) durante los meses de mayo y junio de 2021.
Los restos han sido identificados genéticamente y corresponden a seis personas vinculadas a los sindicatos CNT y UGT y con el PSOE, que fueron asesinadas entre 1939 y 1940 en la localidad.
*Pedro Gallego Sanchez-Gil, le asesinaron con 48 años, Alcalde de manzanares por el PSOE y afiliado UGT. Asesinado el 15 junio de 1939.
*Manuel García-Pozuelo Serrano, tenía 44 años. Pertenecía a la Izquierda Republicana. Asesinado el 20 de junio 1939.
*Antonio Menchén Bartolomé, tenía 37 años. Teniente Alcalde por el PSOE y secretario del gobernador civil de Ciudad Real por la CNT. Afiliado UGT. Asesinado el 15 de junio 1939.
*Juan Bellón Ruiz. 35 años. Afiliado CNT y voluntario del ejercito republicano. Asesinado el 15 de junio 1939.
*Gabriel Nuñez Alarcón. 34 años. Afiliado UGT y voluntario del ejercito republicano. Asesinado el 3 de abril de 1940.
*Agustín Ramírez Crespo. 35 años. CNT y UGT. Asesinado el 30 julio de 1939.
-La historia de la represión franquista escondida durante décadas en una maleta.
«En ella encontrarás las respuestas a tus preguntas».
La autora Christine Martínez-Médale relata en el libro «La maleta de mi madre» la historia de su familia a través de las vivencias de su madre, una mujer comunista que luchó en la Guerra Civil y a la que le arrebataron un hijo en una cárcel franquista.
Hace 19 años, una maleta le cambió la vida a Christine Martínez-Médale (Casablanca, 1949). «Ábrela, en ella encontrarás las respuestas a tus preguntas», le dijo su madre Concepción. Cuando abrió aquella valija perteneciente a su hermano mayor recién fallecido, descubrió un pasado familiar totalmente desconocido para ella. Notas, agendas, manuscritos, apuntes, álbumes de fotos que nunca había visto. Quizá porque ya era consciente de su desmemoria, Concepción quiso revelarle su historia, sus memorias y sus secretos a su hija, para que todas sus vivencias no se perdieran en el olvido.
Este es el punto de partida del libro «La maleta de mi madre» (El Mono Libre, 2022) escrito por Christine Martínez-Médale, profesora de español en Toulouse e hija de republicanos españoles. Las hojas de este libro conforman una emocionante y conmovedora crónica de investigación gracias a todos esos documentos que descubrió Martínez.-Médale al abrir aquella maleta. La autora recompone así la memoria familiar a través de los ojos de su madre. Unos ojos que vieron en primera persona el sufrimiento de la Guerra Civil en Madrid luchando desde el frente donde conoció a su futuro marido, José Martínez, un alto comisario del ejército republicano. Después de la guerra, Concepción acabó en el bando de los vencidos, tuvo que separarse de José y fue encarcelada en la cárcel de Ventas de Madrid, donde dio a luz a su segundo hijo, Antonio.
En 1940, Concepción fue trasladada de la prisión de Ventas de Madrid a una de la cárceles más duras del franquismo, la de Santurrarán (Guipúzcoa). Un lugar terrorífico que fue utilizado para encerrar a las mujeres de los altos mandos del bando republicano. Se calcula que entre 1937 y 1944, más de dos mil mujeres republicanas oriundas de todas las regiones de España fueron encarceladas allí.
Concepción llegó a esta prisión vasca con Antonio, de 13 meses de edad, en sus brazos y salió de ella, en 1941, sin él. Una fuerte fiebre llevó a Concepción a acercar a su hijo a las monjas de la cárcel para tratar de curarle, pero al día siguiente le comunicaron que había fallecido. Nadie le dio más explicaciones y tampoco le dejaron ver ni el cuerpo ni la tumba donde supuestamente había sido enterrado.
Una investigación sin descanso
Cuando Christine Martínez-Médale leyó la historia oculta de su hermano, un niño robado por las monjas franquistas y posiblemente vendido a una familia falangista, decidió llevar a cabo una investigación para encontrarle. Todavía con dolor en el cuerpo tras descubrir este secreto de familia, la autora comenzó en 2004 a recabar información sobre los bebés desaparecidos o dados por muertos en dudosas circunstancias durante la posguerra y el franquismo, que acabó plasmando en «La maleta de mi madre».
«Este libro es un deber de memoria y homenaje para mis padres. Es hablar de muchas cosas que han sido ocultadas durante muchos años en España en los libros de historia y que hay que sacar a la luz», señala Martínez-Médale, quien espera encontrarse algún día con Antonio, su hermano robado por el franquismo, para poder cerrar una herida todavía abierta.
-El profesor que prometió el mar a sus alumnos y que el franquismo fusiló antes de poder cumplirlo.
Los dramaturgos Alberto Conejero y Xavier Bobés llevan la figura del maestro Antoni Benaiges al teatro con ‘El mar. visión de unos niños que no lo han visto nunca’, la historia de una promesa que la guerra dejó por cumplir.
El Gobierno de la II República movilizó a cientos de profesores de las ciudades al campo para que todos los niños españoles pudieran aprender. Así llegó el maestro catalán Antoni Benaiges a la pequeña localidad burgalesa de Bañuelos de Bureba en 1934. Benaiges prometió a sus alumnos llevarlos a conocer el mar a su Tarragona natal con la intención de ensanchar las fronteras de su mundo. Pero el golpe de Estado truncó toda ilusión. Un día más tarde los militares fueron a buscar al maestro. Fue torturado y fusilado. Su delito, confiar en otro mundo posible. Benaiges formaría parte de una larga lista de profesores asesinados por el bando sublevado.
–https://www.publico.es/politica/profesor-prometio-mar-alumnos-y-franquismo-fusilo-cumplirlo.html
Torturas. Ayer es hoy:
-La primera querella por torturas en la Jefatura de Via Laietana, ratificada en el juzgado.
Carles Vallejo, que sufrió 20 días de torturas, se ha querellado contra cinco agentes y responsables policiales.
Carles Vallejo, primer querellante por torturas en la Jefatura de Via Laietana 43 durante el franquismo, ha ratificado ante la magistrada del juzgado de instrucción 18 de Barcelona la querella criminal contra agentes y responsables policiales, que presentó el 17 de noviembre de 2022. «No es una cuestión personal, sino para el conjunto de personas que lucharon por la libertad y sufrieron despidos, prisión y exilio», ha afirmado Carles Vallejo, a la entrada de la Ciutat de la Justicia, acompañado de otras personas represaliadas por el franquismo, como Blanca Serra —que más adelante también presentará su querella—, además de representantes de entidades memorialistas y organizaciones de derechos humanos de Barcelona, y de las abogadas de Irídia Sònia Olivella y Anaïs Franquesa. Vallejo fue detenido en dos ocasiones a inicios de la década de los setenta por su actividad política y sindical y sufrió torturas durante 20 días.
Esta es la primera querella por crímenes de lesa humanidad que se interpone en un juzgado después de la aprobación de la nueva ley estatal de memoria democrática, que obliga a investigar los hechos, pero no deja claro si se puede ejercer una acción penal contra responsables policiales y políticos porque continúa en vigor la ley de amnistía de 1977. «La querella es una prueba de fuego para saber si esta nueva ley supondrá un cambio en el modelo de impunidad español. Ahora el juzgado y la Fiscalía tienen que decidir si admiten a trámite la querella y la investigan, o se mantiene la impunidad que fijó el Tribunal Supremo en la sentencia del 2012», ha afirmado Sònia Olivella, que ha asegurado que hasta ahora los tribunales españoles han rechazado hasta 80 querellas por torturas por el franquismo.
La querella se dirige inicialmente contra cinco agentes y responsables policiales de la Brigada Política y Social y la Brigada de Información, que puede ser ampliada. Si, finalmente, la magistrada Carmen Garcia admite a trámite la investigación, una de las primeras dificultades será comprobar si los policías denunciados continúan vivos. Los hermanos Antoni y Juan Creix están muertos, como también el comisario Genuino Navales, que la movilización social evitó que fuera nombrado jefe superior de Policía de Barcelona. «Tiene que haber algunos vivos, seguro; ya que algunos son de mi generación», ha asegurado Vallejo.