Memoria histórica imprescindible:
-Un recorrido por la historia esclavista de Madrid.
El rastro de este «negocio» aún puede observarse en numerosos lugares de la capital española, donde las personas esclavizadas influyeron en la configuración de la ciudad tal y como la conocemos.
Si paseas por el centro de Madrid fácilmente te puedes situar en la Plaza de la Provincia, junto a la Plaza Mayor. En ese lugar de paso de turistas, atestada de tiendas y bares, eran subastados los esclavos «incorregibles», procesados en el edificio que la preside, actual Ministerio de Asuntos Exteriores. El 3 de agosto de 1730, por ejemplo, está documentada la subasta de un ser humano allí mismo, en uno de los postes de la fachada principal, antiguamente sala de Alcaldes de Casa y Corte, tal y como cuenta el profesor José Miguel López García en el libro «Del olvido a la memoria».
«Se trataba de Hallí, un esclavo rebelde del conde de Villafranca de Gaitán, a quien la Sala de Alcaldes ordenó «sacarle a pregón para venderle». En la fachada del edificio se colocó «una candela de zera» cuya extinción serviría para cerrar el plazo de admisión de las ofertas», afirma López. «A la puja acudieron seis compradores, el último de los cuales lo adquirió por 1.215 reales de vellón». Lo que pasó después con Hallí nunca más se supo.
España fue el penúltimo territorio del Mundo Atlántico en abandonar definitivamente la esclavización.
Sine Iure, marca de la esclavización, que en latín significa: el que no tiene ningún derecho sobre sí mismo.
-El enigma del asesinato del último alcalde republicano de Sevilla, fusilado por los franquistas tras celebrar la Semana Santa.
El periodista Antonio Fuentes novela la vida de Horacio Hermoso antes y después del golpe de Estado auspiciado en julio de 1936 por Queipo de Llano en una ciudad “poliédrica” y en un contexto histórico “único en España”, fundamental en el relato de la Guerra Civil.
Abril de 1931: “Horacio Hermoso celebró la llegada de la Segunda República española con esperanza e incertidumbre, como el resto del país, entusiasmado con la irrupción del sistema político más revestido de legitimidad hasta la fecha, sin guerras, sin pronunciamientos militares y sin búsqueda de monarcas de otros países europeos”. Aquel empleado de perfumería se convertiría después, con el Frente Popular, en el último alcalde republicano de Sevilla, entre febrero de 1936 y el golpe de Estado perpetrado el 18 de julio de aquel año por sublevados militares. Fusilado en las tapias del cementerio el 29 de septiembre de 1936, dos meses y medio después del golpe, una adictiva ficción basada en hechos reales recorre ahora la vida de aquel “hombre bueno” y anónimo hasta su llegada a la alcaldía, protagonista sin querer de un contexto histórico complejo en un lugar único como era la Sevilla “poliédrica” de aquellos años, que acogió la primera batalla de la Guerra Civil, en la Plaza Nueva, tras el levantamiento militar auspiciado por Queipo de Llano.
Uno de los objetivos del autor de ‘La huella borrada’, del periodista Antonio Fuentes Ruiz (Rota, Cádiz, 1979), ha sido precisamente reivindicar las excepcionales circunstancias que rodeaban aquella ‘Sevilla roja’ de 1936 y que resultaron “fundamentales” en el asentamiento del golpe militar contra la República y que dio lugar a tres años de conflicto. Uno de los hilos narrativos más destacados de la obra, una de las diez mejores novelas de debut de 2023, gira en torno al “enigma” del peso que tuvo la Iglesia y el Cardenal Ilundain, que estuvo a cargo de la diócesis de Sevilla entre 1920 y 1937, en el asesinato de Hermoso Araujo. “Yo creía más en dios que el cardenal, se jactaba Queipo cuando cuajó el golpe después de anunciárselo en persona a Ilundain”, apunta el autor, que considera “clave” la celebración de la Semana Santa de 1936, dos meses después del triunfo del Frente Popular, cuando las autoridades republicanas, en esos años, intentaban normalizar los desfiles procesionales, “desafiando” el “boicot” por parte de las élites y de la derecha sevillana, y donde también jugaron un importante papel las hermandades.
-Las huellas del maquis: en busca de la guerrilla antifranquista.
Arqueólogos e investigadores recuperan objetos y armas utilizados por los maquis durante las excavaciones de los campamentos de la legendaria Ciudad de la Selva.
«Los objetos no mienten». Un revólver oxidado, por ejemplo, evoca el ataque de la Guardia Civil a un refugio de la guerrilla antifranquista. Su aspecto recuerda al clásico Smith & Wesson, aunque en realidad es una imitación fabricada por Orbea Hermanos en Eibar. Esa pistola desvencijada y de menor calidad que la original aporta más información de lo que podría parecer, porque el hecho de que los maquis recurriesen al uso de armamento anticuado «también nos habla del carácter épico de esa guerra desigual», reflexiona Xurxo Ayán en el libro «Federación de Guerrillas de León-Galicia».
La Ciudad de la Selva, el campamento guerrillero más importante del noroeste de España, que se extendía por los valles y montes que rondan Casaio, en la comarca ourensana de Valdeorras…
-Ayer es hoy:
Los papeles de Marivent: la donación para un museo durante la dictadura que acabó como casa privada de los reyes.
“Ante su fachada sur, amplias terrazas forman un magnífico balcón sobre el mar Mediterráneo. El lugar, perspectivas y panorámica son excepcionales”. La descripción corresponde al Palacio de Marivent de Palma y figura en la memoria técnica incluida en un prolijo expediente administrativo que relata cómo una donación de un filántropo griego al pueblo de Baleares durante el franquismo acabó convertida en la residencia privada de vacaciones de los reyes de España.
Expediente de “provincialización” de la Fundación Museo Saridakis, institución pública destinada a gestionar la donación del filántropo Ioannes Saridakis a la isla de Mallorca: la finca de Marivent, el Palacio y una colección de arte.