Luchas obreras rescatadas del olvido
Agenda
Italia -1919 ⁄ 1920-
El “Biennio Rosso”
Durante el año 1919, las principales fábricas de Italia habían constituido ya sus consejos obreros a emulación de los Soviets rusos. La influencia de la Revolución de Octubre era imparable. La ciudad de Turín, principal polo industrial del país, fue pionera en desarrollar estos órganos de poder obrero que pronto se extendieron a otras regiones. Sus funciones iban desde el control de los técnicos y el despido de esquiroles y traidores hasta la organización de la producción y las operaciones financieras. En todos ellos hubo una gran presencia del anarcosindicalismo, pero también de los militantes del Partido Socialista Italiano. El movimiento obrero se organizaba férreamente y las aspiraciones revolucionarias yacían en la mente de la vanguardia del proletariado industrial.
En abril de 1920, un conflicto menor desató una huelga de masas en la región del Piamonte, seguida poco después por Lombardía. Medio millón de obreros fueron a la huelga, dirigidos por los consejos obreros. La Cofindustria (patronal de la burguesía industrial) respondió rápidamente con un intento de lockout masivo que únicamente consiguió echar más gasolina al incendio. El proletariado ocupó las fábricas en toda Italia y las defendieron con las armas en la mano con la creación de un cuerpo militar denominado Guardias Rojos, de clara inspiración bolchevique.
El país se paralizó y el gobierno no tenía fácil el envío de tropas para sofocar la rebelión: los trabajadores ferroviarios se negaron a transportar tropas. A la burguesía no le quedó otra que ceder y, tras cuatro semanas de ocupación de fábricas, firmó con los sindicatos un acuerdo según el cual los trabajadores obtuvieron importantes mejoras. Sin embargo, la toma del poder aún se hallaba en el foco de la clase obrera organizada. El Estado era consciente y el 27 de septiembre de 1920 los patrones prohibieron los consejos. Los obreros reaccionaron con un intento de huelga, pero miles de soldados enviados por el gobierno consiguieron desalojar las fábricas a punta de ametralladoras. Se declaró la huelga general en Turín, pero tras dos semanas de intensa pelea los trabajadores tuvieron que rendirse.
A diferencia de Rusia, la falta de una organización revolucionaria de vanguardia y la infructuosa alianza con el campesinado impidieron la revolución. La burguesía decidió aupar a Benito Mussolini, que en los años del Biennio Rosso había constituido los fascios de combate y, desde 1921, sus ‘camisas negras’ empezaron a sembrar el terror atentando contra el movimiento revolucionario. Era la consolidación de la tendencia reaccionaria del imperialismo internacional y la llegada del fascismo como forma de dominación política de la oligarquía financiera.
-Lenin, telegrama dirigido a la dirección del Partido Comunista de Hungría.
«Les ruego nos informen de las garantías existentes de que el nuevo gobierno húngaro será un gobierno verdaderamente comunista, y no solo socialista, es decir, un gobierno de socialtraidores. ¿Tendrán los comunistas mayoría en el gobierno? ¿Cuándo se celebrará el congreso de los soviets? ¿En qué consiste realmente el reconocimiento de la dictadura del proletariado por parte de los socialistas?
Considero esta unificación un peligro. ¿No habría sido mejor formar un bloque en el cual ambos partidos mantuviesen su independencia? De esta forma los comunistas podrían aparecer ante las masas como un partido independiente. Así podrían aumentar su fortaleza día a día, y en el caso de necesidad, si los socialdemócratas no cumplen con sus deberes revolucionarios, entonces se puede plantear una escisión”.