Muro de solidaridad y denuncias:
-En Memoria de Abelardo Collazo
Artículo publicado en la revista El Otro País n.º 107, de Septiembre-Octubre de 2023.
Falleció hace 43 años víctima de la emboscada mortal perpetrada en Madrid por la Brigada Central de Información.
El 29 de agosto de 1980 la policía preparó una emboscada para matar a Abelardo Collazo, ya lo había intentado en mayo en Vigo en la celada en que fue herido Fernando Hierro Chomón. La orden del Estado era clara, había que exterminar a los cinco dirigentes de los GRAPO fugados de la cárcel de Zamora el 17 de diciembre de 1979. En distintas encerronas tres de ellos fueron asesinados; Enrique Cerdán Calixto, Juan Martín Luna y Abelardo.
Esa tarde en la calle Coruña de Madrid, en un lugar sin tránsito, los policías de la Brigada Central de Información le dispararon por la espalda a él y a su acompañante, el joven vigués de 19 años José Luís Fernández González conocido como “El Che”. Una vez en el suelo los policías remataron a Abelardo, su cuerpo presentó seis impactos de bala, todas con trayectoria de entrada por la espalda. José Luís Fernández cuenta que cuando lo iban a rematar escuchó que un policía le decía a otro “cuidado que están saliendo del cine”, está circunstancia evitó la ejecución sumarísima, pero quedó desde entonces tetrapléjico en una silla de ruedas. Con retranca gallega nos comenta “puedo decir que el cine me salvó la vida”.
El 3 de septiembre de 1980 el diario ABC recogía la noticia de manifestaciones por la calles de Vigo de numerosos grupos de jóvenes tras el entierro de Abelardo, en señal de duelo y protesta por su muerte en Madrid. El cronista del diario monárquico escribía con estupor: “Hay que rendirse a la evidencia. Es inconcebible que el sangriento historial delictivo de Abelardo Collazo, puede tener simpatizantes”.
Pero Abelardo los tenía y muchos, por su intransigente defensa de los derechos de la clase obrera y su nítida política antifascista de ruptura con los herederos de Franco. Quizás, si en vez de reproducir las notas escritas por sus asesinos de la Brigada Central de Información, hubiese profundizado algo en la historia del movimiento obrero gallego, habría entendido las razones de la identificación del proletariado con Abelardo.
Abelardo había nacido en el barrio vigués de Teis en 1946. A los 12 años tuvo que dejar los estudios para trabajar en la construcción. A los 14 años entró en la empresa Seida, dedicada a la limpieza y reparación de coches. Con 16 años murió su padre y emigró a París ingresando en la cadena de montaje de la Citröen. Permaneció un año en Francia y a su regreso a Vigo se colocó como peón de albañil en la empresa Termac y organizó las Xuventudes Comunistas en la comarca. En 1968 es elegido jurado de empresa por los trabajadores de Termac. Pocos meses después organiza una huelga en la empresa por mejoras salariales, siendo despedido junto con otros trabajadores, incluido su hermano Anxo.
Durante las movilizaciones en torno al proceso de Burgos en 1970, las Xuventudes Comunistas desarrollan una intensa actividad de saltos, octavillas, pintadas, chocando con la dirección del PCE, un sector de este partido encabezado por Fernando Hierro Chomón plantea la necesidad de acciones armadas contra el terror oficial.
En 1971 acude a París como delegado de las Xuventudes Comunistas para la preparación del Congreso de la Unión de Juventudes Comunistas y conoce a la dirección del PCE, incluido Carrillo, con quienes tiene fuertes desencuentros.
En esa reunión Abelardo pidió que el partido facilitara textos de Marx, Engels, Lenin, Stalin, Mao para su estudio. Santiago Álvarez le replicó que esas obras ya no eran necesarias, bastaba con leer los escritos de Santiago Carrillo.
En 1971 a raíz de la convocatoria de una huelga general, tiene lugar una asamblea conjunta de CC.OO, las Xuventudes y el PCE, asamblea tormentosa que finaliza con la ruptura de la casi totalidad de las Xuventudes y parte del partido que siguen a Abelardo y a Fernando Hierro.
Carmiña Cayetano asistente a la asamblea, entonces trabajadora de la empresa de cerámica Álvarez, ha contado para EOP el desarrollo de esta reunión que tuvo lugar en el monte; Ios revisionistas querían convocar la huelga para demostrar la fuerza del PCE e inmediatamente firmar acuerdos, mientras la línea de Abelardo mayoritaria entre los jóvenes era agudizar la lucha de clases hasta el máximo y enfrentarse con el estado fascista y su violencia. Había nacido la Organización Obreira como estructura orgánica independiente.
El 10 de mamo de 1972, en una manifestación de los obreros de los astilleros de la Bazán en El Ferrol, reivindicando un convenio propio, la policía armada dispara y mata a dos trabajadores, Amador Rey y Daniel Niebla, medio centenar resultan heridos. El día anterior la policía había entrado en los astilleros y desalojado a los obreros concentrados. La huelga general en El Ferrol es total, en Vigo también se producen huelgas y manifestaciones de solidaridad en las que Organización Obreira destaca por su combatividad y organización.
Estas movilizaciones son el preludio de la huelga general revolucionaria de septiembre de ese mismo año en Vigo. Una huelga en Citröen por motivos económicos provocó una respuesta brutal: decenas de despedidos, detenidos y torturados, la ciudad tomada por los antidisturbios y el ejército acuartelado. Desde el 11 de septiembre y durante quince jornadas se movilizaron más de 35.000 obreros, con el apoyo de la mayoría de la población.
En esos quince días se desplegaron acciones de guerrilla urbana que mantuvieron en jaque a las fuerzas represivas. Organización Obreira estuvo en la cabeza de las manifestaciones y las barricadas, ¡Abajo el fascismo! fue el grito unánime del proletariado vigués emergente.
Abelardo Collazo destacado dirigente de esta huelga revolucionaria tuvo que pasar a la clandestinidad. Durante toda la huelga, la OMLE (Organización Marxista-Leninista de España) apoyó con todas sus fuerzas el movimiento huelguístico, llegando a imprimir la propaganda de Organización Obreira cuando su aparato de propaganda fue desmantelado por la policía, deteniendo y torturando a Xil Arauxo. Esta relación de confianza desembocó en que Organización Obreira adoptase el nombre de OMLG (Organización Marxista-Leninista de Galicia). Abelardo fue el principal impulsor de la fusión.
En junio de 1975 la OMLE se constituyó en el Partido Comunista de España (reconstituido), formando Abelardo parte de su comité central. Mientras, continúa trabajando para constituir una organización guerrillera antifascista, que en el terrible verano represivo de 1975 que culminó con los fusilamientos del 27 de septiembre, se revela como políticamente necesaria.
Abelardo fue detenido el 11 de febrero de 1977, permaneciendo en la Dirección General de Seguridad 23 días torturado y ultrajado por la escoria policial dirigida por Roberto Conesa y Billy el Niño.
Compañeros que estuvieron con Abelardo en la cárcel de Zamora recuerdan su firmeza y coraje ante los antidisturbios cuando penetraban en el recinto carcelario, haciéndoles retroceder más de una vez. Fruto de un inmenso trabajo colectivo de todos los presos durante varios meses en la elaboración de un túnel, el 17 de diciembre de 1979, se fugan Abelardo Collazo, Francisco Brotons Beneyto, Enrique Cerdán Calixto, Fernando Hierro Chomón y Juan Martín Luna. Cuarenta y cuatro años después de la fuga Francisco Brotons narra para EOP como caminaron varias noches Abelardo y él hasta llegar a Ponferrada donde compraron ropa y cogieron un autobús para Vigo, reconoce que sin Abelardo y su portentosa capacidad para orientarse en el monte jamás habría llegado a Ponferrada, “era como un rompehielos, desbrozaba todas las trochas y caminos sin dudar sobre la línea a seguir. Daba una enorme seguridad seguir sus pasos”.
Hasta ahora hemos hecho una semblanza del Abelardo obrero con conciencia de clase, del comunista íntegro, del antifascista insobornable.
La camarada Aurora Caetano nos ha dibujado con precisión su perfil humano; “Lo que yo recuerdo de la imagen de Abelardo es la nobleza que transmitía su rostro, sus ojos eran claros pero no porque fueran azules sino porque miraban con la misma claridad que había en sus palabras. ¿Te transmitía seguridad? Era más, era confianza plena en la actividad revolucionaria y ello infunde seguridad y fortalece los lazos de los camaradas y él lo hacía con su sola presencia, pero también porque las palabras para él tenían que ser útiles y por eso, para el esfuerzo común elegía las más precisas y al grano, como entre los mejores maestros proletarios”.