Memoria histórica imprescindible:
-Barcelona. La gran huelga del puerto y del transporte de 1923.
Entre el detonar de las pistolas y el ruido de sables.
Cien años después del golpe de Estado del general Primo de Rivera, capitán general de Cataluña desde marzo de 1922, continúan los debates sobre cuáles fueron los factores que contribuyeron a la caída de la Restauración Borbónica. Sin duda influyeron diversos factores, pero la convulsa situación que vivió Barcelona durante la primavera y el verano de 1923 fue, probablemente, uno de los principales motivos argumentados por el capitán general Miguel Primo de Rivera, para encabezar el golpe de Estado que, el 13 de septiembre de ese mismo año, puso fin al régimen político de la Restauración instaurando una dictadura militar que, en muchos aspectos, situó las bases políticas de lo que posteriormente fue el franquismo.
En los meses previos al golpe de Estado, Barcelona vivía un ambiente de dramática agitación social. Después de un paréntesis de relativa calma, había vuelto a reaparecer con fuerza la violencia social. La guerra sucia acababa de cobrarse, el 9 de marzo, la vida del más destacado y carismático dirigente de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) Salvador Seguí, el Noy del sucre, y de su compañero Francisco Comas (a) Paronas. El asesinato, instigado por los sectores más intransigentes de la patronal catalana en complicidad con Primo de Rivera, se habría fraguado en el despacho del propio capitán general, según el confidente Inocencio Feced, al que todas las fuentes señalan como su autor material1. Dos meses más tarde, llegaba la réplica a manos de dos comandos del grupo de afinidad de Los Solidarios. El 17 de mayo caía asesinado en León, el ex gobernador civil de Bilbao, teniente coronel Fernando González Regueral, y el 4 de junio, en Zaragoza el cardenal Fernando Soldevila, a los que los anarquistas vinculaban directamente con la represión y la guerra sucia contra los miembros del Sindicato Único.
De forma paralela, la lucha por la hegemonía sindical se había trasladado a las calles de Barcelona. Nuevamente los enfrentamientos armados entre los hombres de acción de la CNT y las bandas del Sindicato Libre se recrudecieron, cobrándose prácticamente a diario la vida de nuevas víctimas. La conflictividad laboral también aumentaba. Se encontraban en huelga, los ladrilleros, desde el 24 de febrero, los obreros empleados en las obras del metropolitano, desde el 22 de marzo, y las empresas del sector del vidrio y el cristal.
Pero sin duda el conflicto más importante y que mayores repercusiones tuvo para la ciudad, tanto económicas como políticas, fue la huelga iniciada en el puerto de Barcelona el 9 de mayo. Comenzada por los trabajadores de carga y descarga del carbón mineral, a partir del 14 de mayo que se convirtió en huelga general del transporte de Barcelona; que duró hasta el 12 de julio. El impacto que tuvo esta gran huelga fue total. Quedó paralizado todo el transporte rodado de la ciudad, incluidos los carros encargados del servicio de limpieza, dejando sin recoger de la vía pública las basuras durante varias semanas. La ciudad se convirtió en un inmenso basurero. La putrefacción de los desperdicios orgánicos expuestos a las altas temperaturas y el fuerte hedor que desprendían hicieron proliferar las plagas de moscas, por lo que la huelga pasó a la historia con el infecto nombre de la «huelga de las moscas y la basura»…
–https://serhistorico.net/2023/10/23/la-gran-huelga-del-puerto-y-del-transporte-de-1923-parte-i/
-Abusos sexuales de la Iglesia.
La escuela como escenario clave de los abusos de la Iglesia: “Me decía que la amistad de Jesús con los apóstoles era así”
El primer informe oficial en España sobre las agresiones sexuales a niños, niñas y adolescentes permite trazar el ‘modus operandi’ de los religiosos: se perpetraban de manera repetida y sobre todo en menores de entre 6 y 12 años: “Él iba pasando por las mesas y, al que le apetecía, pues le hacía sus cosas”.
El grueso de los testimonios se refieren a abusos cometidos entre las décadas de 1960 y de 1980, pero se han registrado también episodios más recientes, de la década de 2010.
El número de agresores señalados asciende a 347, de los cuales todos excepto 27 eran religiosos. Ninguna de las personas que contaron sus historias al Defensor del Pueblo ha sido identificada y todas aparecen en el informe con un número.
El trabajo, de 777 páginas y bastante duro con la Iglesia católica, desgrana los mecanismos que han permitido que estos hechos permanecieran silenciados y encubiertos tantas décadas: el miedo a contarlo e involucrar a una institución con un gran poder, la sensación de “abandono” de la mayoría de las víctimas, el desconocimiento propio de la edad infantil sobre la sexualidad, las estrategias de poder de los abusadores para protegerse y la falta de acción por parte de la Iglesia, según el informe presentado este viernes. “La respuesta de cargos superiores, en casi todos los casos en los que se sabe que tenían conocimiento de los abusos sexuales, fue ocultarlos”.
El temor a revelar los abusos se ha mantenido en muchos casos hasta la edad adulta. E incluso, ciertas víctimas admiten que no lo han hecho hasta que han fallecido sus progenitores. Algunas personas lo han contado por primera vez en su vida a esta institución, recoge el informe. “Jamás se lo conté a nadie. Primero, porque no entendía lo que pasaba. Ni siquiera sabía si lo que me ocurrió se consideraba una práctica sexual o un juego. Carecía de criterio y experiencia. Pero más tarde, cuando fui haciéndome más mayor, no lo conté por vergüenza”.
Después de 15 meses de trabajo y la entrevista pormenorizada a 487 personas que relataron ser víctimas, el análisis de la información recogida revela que lo más habitual eran abusos “episódicos”, es decir, que ocurrían varias veces. También deja claro que el escenario más habitual de las agresiones fueron con mucha diferencia, los centros de enseñanza (63,2%). En el 84% de los casos afectaron a varones y casi la mitad tenían entre 6 y 12 años. El segundo grupo más numeroso eran adolescentes o preadolescentes de hasta 18 años.
…La Iglesia ya ha respondido que el informe oficial es una exageración…
No se incluyen los abusos y violaciones desde 1936 hasta la década de los 50, que supondrían otros varios miles…
-Arqueología de la vida humilde: los hallazgos de la excavación que recorre Madrid de la Guerra Civil al chabolismo.
Los trabajos de un grupo de expertos en el barrio de Entrevías desentierran estructuras y objetos de casas destruidas por bombardeos franquistas fotografiadas por Robert Capa, así como otras arrasadas durante el desarrollismo.
La arqueología y la fotografía, dos disciplinas basadas en el registro, suelen pensarse desde la espectacularidad. El descubrimiento más inesperado de una joya radiante, o la imagen más fastuosa de un palacio lustroso. Pero este enfoque es en realidad una cuestión de clase. Dar con los vestigios de una rutina humilde o encontrar los restos de las vidas obreras puede ser igual de valioso, aún más asombroso.
En ello se propuso indagar un grupo de arqueólogos capitaneados por Alfredo González-Ruibal, investigador del Instituto de Ciencias del Patrimonio del CSIC, con su trabajo en una parcela del barrio de Entrevías, en Puente de Vallecas. Una zona marcada por los bombardeos del bando franquista durante la Guerra Civil, inmortalizados por Robert Capa gracias a una recordada fotografía en una vivienda todavía en pie situada a pocos metros.
Pero un entorno marcado además por el fenómeno chabolista, con casas construidas sobre hogares que el ataque de los sublevados, se llevó por delante. Más tarde, en los sesenta, la dictadura las destruyó igualmente. En esa ocasión, con la excusa del desarrollismo, esa España que intentaba dar imagen de modernidad, aunque en ella reinaba la misma oscuridad.
La segunda etapa de estas excavaciones, iniciadas en 2022, arrancó el pasado 2 de octubre y concluyó con un gran acto el 22 de octubre. En él se presentaron los principales hallazgos, aunque Gómez-Ruibal ya avanzó algunos de ellos a través de redes sociales. Uno de los más llamativos es la estructura que ha denominado como “el mosaico de los pobres”: el suelo de una chabola hecho con ladrillo, terrazo, mármol, azulejo de cocina, de baño, baldosa que imita al mármol y baldosa hidráulica. Se observa una mancha negra que, como apunta perspicazmente un usuario de redes sociales, parece la marca de una estufa. Claro que a veces el descubrimiento es un utensilio sencillo, un simple sacapuntas, que con el paso del tiempo encierra un mundo…