Memoria histórica imprescindible:
-Mujer y represión franquista en Bilbao: el chalet Orue.
Cientos de presas políticas, hacinadas.
Trescientas, condenadas a 30 años de prisión.
En Euskadi, existieron cinco cárceles específicas de mujeres. En Bizkaia, estaban las del Chalet Orue, que pertenecía al entramado de cárceles dependientes de la Prisión Provincial de Bilbao, pero que se constituyó como un centro aparte, la Prisión Central de Mujeres de Amorebieta y la Prisión Central de Mujeres de Durango. En Gipuzkoa estaba la Prisión Central de Mujeres de Saturraran, en Mutriku. En Araba, por su parte, se situaba la Cárcel de Mujeres del Sagrado Corazón, en Vitoria-Gasteiz, que, al igual que Orue, también formaba parte del entramado de la Prisión Provincial.
En este artículo, queremos centrarnos en las mujeres que cumplieron pena en el Chalet Orue de Bilbao, como decimos, perteneciente al conjunto de cárceles que dependían de la Prisión Provincial de Bilbao, habilitadas por la ingente sobre-población reclusa, utilizando para ello el análisis prosopográfico para concluir un retrato colectivo de todas ellas.
El corpus que conforma la base de la investigación lo componen 1073 mujeres que formaban la población de presas de la prisión del Chalet de Orue entre 1937 y 1942. El 93% de ellas serían presas políticas.
Además, creemos que podrían incluirse una serie de presas que fueron encarceladas, según la documentación, en la Prisión Provincial de Bilbao. Esto implica que pudieron estar en la sección para mujeres de la cárcel de Larrinaga, pero también es posible que fueran encerradas en Orue y que tuvieran que formar parte de nuestro corpus. Pero se ajustan a los datos de las 1.000 presas políticas en Orue.
El Chalet de Orue es, en cualquier caso, un ejemplo prototípico de una prisión habilitada franquista. Estos centros penitenciarios eran, en realidad, edificios como conventos, escuelas, plazas de toros o, en este caso de Orue, una casa particular, que eran utilizados como prisiones improvisadas. Lógicamente, estos edificios no habían sido construidos con el fin de ser utilizados como centros de reclusión, pero la amplitud de la represión franquista obligó a la dictadura a utilizar estas cárceles improvisadas como solución de emergencia ante la situación de hacinamiento que producía la sobrepoblación penitenciaria (y que aún y con todo continuó siendo una realidad habitual).
En el caso concreto del Chalet de Orue, estaríamos hablando de una casa particular, pensada para albergar a lo sumo a unas pocas decenas de personas, y que sin embargo mantuvo una población reclusa de cientos de mujeres simultáneamente. Al menos de 1.100 mujeres en seis años.
-Delitos de la acusación fascista.
- REBELIÓN MILITAR 17%
- ADHESIÓN a la REBELIÓN 20%
- AUXILIO a la REBELIÓN 42%
- EXCITACIÓN a la REBELIÓN 20%
- INUCCIÓN a la REBELIÓN 1%
-Años de condena.
- 1 AÑO 2%
- 2 AÑOS 1%
- 3 AÑOS 4%
- 4 AÑOS 1%
- 6 AÑOS 29%
- 8 AÑOS 3%
- 10 AÑOS 1%
- 12 AÑOS 22%
- 20 AÑOS 7%
- 30 AÑOS 30%
-Año del ingreso en prisión.
- 1937 7%
- 1938 36%
- 1939 29%
- 1940 23%
- 1941 3%
- 1942 2%
-Lugar de origen de las prisioneras.
Araba 13, Bizkaia 388, Gipuzkoa 19, Asturias 42, Badajoz 31, Burgos 55, Cantabria 111, León 37, Madrid 44, Málaga 41, Navarra 17, Palencia 28, Toledo 23, Valladolid 21, Zaragoza 18, La Rioja,,21, otros lugares 162.
-Profesión de las presas.
- Sirvienta Trabajadora del hogar 3%
- Obrera 4%
- Labradora 3%
- Jornalera 2%
- Sastra / Costurera / Modista 5%
- Vendedora 2%
- Maestra 1%
- Sus labores 35%
- Pescadora 1%
- Otros 6%
- Desconocido 38%
-Edad al ser encarceladas:
- -17 2%
- 18-25 25%
- 26-30 16%
- 31-35 11%
- 36-40 10%
- 41-45 12%
- 46-50 6%
- 51-55 5%
- 56-60 4%
- 61+ 6%
Artículo completo:
–http://revista-hsj-historia.unavarra.es/article/view/5430/6293
-Cientos de miles de fusilamientos.
Fueron tantos cientos de miles los fusilamientos tras el final de la guerra de resistencia al golpe fascista en 1939 que ya en los años 50 los quintos estaban agotados psicológicamente, con centenares de casos de síndromes de estrés postraumático, suicidios, desvanecimientos, llantos y otras señales evidentes del brutal horror de tener que disparar sus fusiles sobre personas inocentes.
Fue en Paterna (Valencia), más conocido popularmente por el número de ejecuciones, 2.238, como “Paredón de España”, donde algún alto mando militar tomó la decisión de que fuera la Guardia Civil con sus ráfagas de ametralladora quienes asumieran la punta de lanza del genocidio.
A partir de ese instante fue la mal llamada “Benemérita” ya que de buena no tenía nada, los que tomaran las riendas de los fusilamientos hasta 1975, año en que fueron asesinados cobardemente los últimos fusilados del franquismo.
Hasta ese momento se encargaron sin temblarles el pulso, de forma voluntaria de la “patriótica” tarea de acabar con la vida de miles de condenados/as a muerte por el criminal régimen franquista.
Decir que en los primeros instantes del golpe fascista fueron fusilados miembros de este cuerpo policial militar como el demócrata y heroico Brigada de Vallehermoso, isla de La Gomera, Francisco Mas García. No todos fueron unos torturadores criminales de lesa humanidad afortunadamente.
En los lugares de exterminio se pasó de repente de las detonaciones de los viejos máuser al peculiar sonido de los subfusiles.
Como ejemplo de este siniestro cambio tenemos el barrio de La Isleta, Las Palmas de Gran Canaria, donde las vecinas y vecinos conocían las muertes diarias contando los tiros de gracia de las pistolas que se daban cada día tras los estruendos del pelotón en el paredón del cercano cuartel, que pasaron de un día para otro a escuchar esas ráfagas de muerte y venganza sobre quienes habían defendido un modelo de sociedad más justa e igualitaria. Se hizo difícil saber desde ese momento el número exacto de ejecuciones. Los crímenes seguían imparables con otra metodología de muerte.
De Francisco González Tejera.