Presas y presos políticos enfermos. ¿Quiénes son?:
Mónica Refoxos Pérez.
BIOGRAFÍA DE MÓNICA REFOXOS PÉREZ
Nací en Vigo el 6 de junio de 1971, en el seno de una familia obrera. Soy la tercera de cuatro hermanos. Me crié en el barrio de Coia, concretamente en las casas de la Citroën, viviendas que alquilaba la multinacional automovilística a sus empleados. Mi padre era un obrero que trabajó para la Citroën toda su vida. Fue un ejemplo a seguir por su clara posición de clase, por su compromiso, por su militancia sindical y su defensa por la cultura gallega. Todo ello dejó en mí su huella y el orgullo de pertenecer a la clase obrera. Mi madre, trabajadora desde muy pequeña, me inculcó el sentido de la responsabilidad y el compromiso hacia los oprimidos. Fueron ellos los que me dieron las herramientas necesarias para ir desarrollándome bajo unos principios de solidaridad, compromiso y orgullo de pertenencia a la clase obrera.
Compaginé estudios y trabajo hasta mi paso a la guerrilla en 1997. No he militado en ningún partido, sindicato, asociación, etc., pero sí he participado en manifestaciones, movilizaciones tanto estudiantiles como laborales, así como otras de carácter social y político. Podría decir que mi incorporación a la guerrilla estuvo influenciada por el paso de mi pareja, por mí misma quizás no lo hubiera hecho, pues era consciente de las consecuencias que conllevaba, pero también es cierto que, si por mi parte no hubiera tenido esa inquietud, esa semilla, por aportar todo lo que estuviera en mis manos para transformar este sistema de opresión y explotación, por conseguir un mundo mejor donde todos seamos iguales, no hubiera estado clandestina durante seis años. Aún recuerdo la frase de una camarada, ante mis dudas o miedos cuando hablábamos de la violencia y me dijo: la violencia que ejerce el Estado es continua, va matando lentamente, silenciosamente con la explotación diaria, con la falta de derechos y libertades democráticas, con la denegación de la vivienda, a la formación, a los alimentos básicos. Fue la chispa que afianzó mi compromiso para mi toma de conciencia antifascista.
Fui detenida junto a dos compañeros, en diciembre de 2003. He estado en las cárceles de Soto del Real, Ávila, Jaén y ahora en León. Los tres primeros años tuve la oportunidad de compartir encierro con varias camaradas al ser Soto del Real una cárcel de tránsito para los juicios. Allí vivimos el 11-M, la muerte de un preso político vasco, las detenciones de camaradas, el juicio farsa contra el PCE(r), etc. Fue una experiencia a la que sacamos el mayor provecho posible, conscientes de la dispersión que nos aplicarían tras la celebración de los juicios y la cantidad de años que estaríamos solas en otras cárceles.
Mi paso por la prisión de Ávila fue breve, pero determinante. Allí las presas políticas que estábamos tuvimos que defender el derecho a tener una celda individual y como consecuencia fui clasificada en 1er grado y trasladada a Jaén. En esta prisión estuve 15 años, con lo que las comunicaciones con familiares, amigos y solidarios fueron escasas. Allí coincidí, después de tres años separados, con mi compañero de lucha y vida. Allí viví la muerte de mi padre, desde donde fui trasladada hasta Vigo exclusivamente para su entierro, a penas me dejaron estar con la familia.
El año pasado nos trasladaron a la prisión de León, en la cual estamos encarcelados desde entonces. En marzo de este año me hice una mamografía de cribado, es decir, de prevención dentro de la campaña de prevención de cáncer de mama para mayores de 50 años y me detectaron dos tumores en la mama derecha y dos ganglios que estaban infectados. Ahora estoy con quimioterapia, en enero me darán radioterapia y después tendré que estar cinco años tomando un tratamiento hormonal, además de las revisiones para confirmar que no se ha reproducido. Me quedan todavía nueve años de cautiverio.
Repasando mi trayectoria, sigo pensando que fue la mejor decisión y compromiso que he hecho en mi vida, soy consciente de que quizás no llegue a ver el cambio, la transformación, pero he aportado mi granito de arena sin exigencia, sin imposiciones, desde la libertad, con errores y aciertos, pero consciente de que es posible, con todas las consecuencias que conlleva.
-Pegatina: «Libertad presos políticos enfermos. Amnistía!!».