BIOGRAFÍA de Juan García Martín.
Juan García Martín, “Diego” para sus viejos camaradas, nació el 13 de octubre de 1951 en Arahal, un pueblo productor de aceitunas a 40 kilómetros de Sevilla capital. Su niñez la pasó en el Puerto-Grao de Valencia, entre el poblado de pescadores del Cabañal y los astilleros. A los 12 años su familia vuelve a Sevilla, donde fijó su residencia; sus frecuentes visitas a su pueblo natal y las amistades que hizo le crearon un vínculo estrecho que perdura hasta hoy. Tras el bachillerato, estudió magisterio por un plan de estudios ya desaparecido, lo que le permitió empezar a trabajar a los 17 años como maestro de primaria en Sevilla y pueblos aledaños. Su trabajo y sus lazos con su pueblo propiciaron que pronto conociera de primera mano la miseria, explotación y opresión en que vivían los trabajadores y sus familias; su afición a la lectura le llevaba a buscar respuestas en los libros, cosa difícil por entonces ya que imperaba la férrea censura del régimen fascista de Franco. Al ser maestro interino (un sector muy numeroso y joven entre los maestros por los planes urgentes de alfabetización que incremento el franquismo para surtir de mano de obra cualificada a la entonces boyante industria), vivió los bajos salarios y la precariedad de estos profesionales, lo que hizo que participase, junto a otros maestros que, por cierto, luego iban a militar con él en las filas comunistas, en la organización de la primera huelga de maestros desde que acabó la Guerra Civil, siendo elegido en asamblea uno de sus portavoces. Corrían los años 1969-70, cuando las huelgas estaban prohibidas, pero se las arreglaron para que no hubiese ni un solo represaliado.
Paralelamente a su actividad laboral, Juan empieza también a estudiar por las tardes en la Universidad, en la Facultad de Geografía e Historia. Allí toma contacto con la oposición política al régimen, de la mano de los mayoritarios de entonces, el P.C.E. de Carrillo, con cuyas juventudes empieza a colaborar en labores de agitación y propaganda como el centenario del nacimiento de Lenin (así aprende a hacer octavillas artesanales) o en protesta por el juicio de Burgos contra nacionalistas vascos (llenaron de pintura roja los juzgados sevillanos). Igualmente, por medio de los jornaleros de su pueblo, había empezado a colaborar con las ilegales comisiones obreras; también estuvo presente en la reunión que los muy minoritarios “socialistas” hicieron en un pueblo de Sevilla para formar la U.G.T. Eran tiempos de búsqueda de caminos políticos y de compañeros, de activismo, de ganas de saber más, de prueba y error y, claro, de asumir riesgos frente a la represión fascista. Por fin comienza a conocer algo de literatura marxista y a sus manos llegan los primeros periódicos comunistas clandestinos. Sin embargo, sus ganas de conocer más y mejor el marxismo-leninismo, estudiarlo, discutir con sus compañeros y realizar una actividad verdaderamente revolucionaria se ven frustradas por la política de “reconciliación” y sindicalera de los carrillistas, lo que le lleva a romper con ellos en 1971 y a buscar entre sus colegas y compañeros personas con ideas e inquietudes afines, se forma, así, un grupo de maestros, estudiantes y obreros de la construcción y del campo que se reúnen para estudiar y discutir los clásicos del M-L y cuanto periódico de izquierdas cayese en sus manos, buscando entre la sopa de siglas que entonces formaba el “movimiento de izquierdas” al carrillismo, algún grupo o partido que satisfaciera sus necesidades. Mientras, participan en actividades reivindicativas de Sevilla, como las huelgas estudiantiles y del profesorado que se va a organizar, al margen del mangoneo del PCE y CCOO y en base a comités elegidos en asambleas, en contra de la nueva ley de educación aprobada por el Gobierno de Franco. En 1973, en el transcurso de una manifestación -todas eran ilegales-, Juan es detenido, junto a dos compañeros de su pueblo, pasando tres días en comisaria y siendo sobreseído su causa al pasar ante el juez.
Es precisamente ese año 1973 cuando desde Cádíz, la organización de marxistas-leninistas de España (OMLE), que venía desarrollando una amplia labor sindical y política entre los obreros de astilleros y los del marco de Jerez, tiene noticias de la existencia de ese grupo de “independientes” en Sevilla y desplaza a dos de sus dirigentes, Delgado de Codes (luego en la dirección del PCE (r) y que fue asesinado por la policía en 1978) y Sánchez Casas (igualmente será un dirigente de los GRAPO y que falleció tras pasar 20 años en prisión) a entrevistarse con ellos. Se presentan con los periódicos de su organización (“Bandera Roja” y “Antorcha”) y su programa político aprobado en la I Conferencia de la OMLE. Tras unas pocas reuniones de conocimiento mutuo y discusión de los materiales, el grupo sevillano en bloque pasa a integrarse en la OMLE, formando el comité local de Sevilla (Juan queda como responsable de propaganda) y varias células con maestros, estudiantes y algunas extensiones orgánicas entre los jornaleros de pueblos como Fuentes de Andalucía, Mairena o Arahal. Entre ellos hay que recordar a un maestro, Aurelio Fernández Cario, que en 1979 sería asesinado por las bandas parapoliciales en Francia junto con el dirigente comunista Martín Eizagirre.
En 1974, la represión policial se centra contra la OMLE de Cádiz, Sevilla y Córdoba, debido a la intensa actividad propagandística, organizativa y reivindicativa que desarrollaba. De hecho, la OMLE encabezaba entonces una huelga en astilleros de Cádiz, otra de los obreros de la bodegas jerezanas y otra de la S.E.C.E.M, la principal fábrica Cordobesa. Decenas de militantes y simpatizantes son detenidos y torturados; otros pasan a la clandestinidad teniendo que huir precipitadamente de su domicilio. Este último es el caso de Juan, que marcha a Madrid. Allí pasa a formar parte del Aparato Central de propaganda de la OMLE, en la labor de maquetación, donde estará hasta finales de 1976. Mientras, sigue trabajando como maestro en una escuela privada de Getafe, trabajo que tiene que dejar cuando, de nuevo en 1976 la persecución policial le hace pasar a la más estricta clandestinidad. Ocupa entonces la responsabilidad de propaganda, primero del radio de Ciudad Lineal (donde los obreros de la construcción eran mayoría) y, luego, del Comité Local de Madrid. Son años de frenética y profunda actividad de un partido, el PCE(r), recién nacido de la OMLE (en 1975 se celebró en la clandestinidad su Congreso Reconstitutivo) que tiene que hacer frente en solitario -y muchas veces con el rechazo de un “movimiento de izquierdas” que se diluía como un azucarillo- por la traición carrillista a hechos tan importantes como la muerte de Franco, la ola de terror fascista que se desató y los comienzos de la farsa de la transición, todo ello en medio de un movimiento huelguístico y de movilizaciones en la calle sin precedentes. El PCE(r) y las organizaciones de masas antifascistas promovidas por él pasan a ser, junto con ETA, los blancos centrales de la represión “democrática” y centenares de sus militantes, simpatizantes y sus familias serán detenidos y torturados en una orgía de terror que duró decenios y que, aunque atenuada, no ha cesado aún.
A finales de 1976, Juan es detenido, torturado (por primera vez, y no fue la última, “conoció” al tristemente famoso “Billy el Niño”) y encarcelado en Carabanchel, de donde sale al poco tiempo bajo fianza. Inmediatamente se reincorpora a la clandestinidad, esta vez como responsable de la organización solidaria “Socorro Rojo”. En febrero de 1977, en el transcurso de las amplias redadas policiales para dar con el paradero de Oriol y Villaescusa (secuestrado por los GRAPO, que exigían para su liberación la salida de los presos políticos), Juan es nuevamente detenido, pasando 28 días en la Dirección General de Seguridad (las flamantes “leyes antiterroristas” acababan de ser aprobadas y permitían la detención policial sin límite de tiempo). Ya en Carabanchel sale en libertad en el verano de ese año al aplicarle la primera ley de Amnistía para los delitos “de propaganda ilegal”. Se vuelve a incorporar a la clandestinidad y el Partido le encomienda ponerse al frente de la recién formada “Pueblo y Cultura”, organización antifascista que agrupaba a intelectuales y artistas. La detención del Comité Central del PCE(r) a finales de 1977, tras la celebración de su II Congreso, obliga a Juan a dejar “Pueblo y Cultura” y asumir diversas responsabilidades en el Partido y su reorganización hasta que en 1978 pasa a los GRAPO como responsable de los comandos operativos. A finales de ese mismo año es nuevamente detenido en Madrid, cuando en compañía de tres camaradas iban a realizar una acción contra la policía; dos de ellos morirían en prisión, uno, Luis Rodríguez Martínez en la de Segovia en 1983 y el último, José Ortín Martínez en Foncalent en 2009. Tras permanecer 16 días en la D.G.S., donde fue torturado “constitucionalmente”, pasó a prisión, siendo posteriormente condenado a centenares de años de prisión, de los que cumplirá 20.
Durante su estancia en la cárcel, pasa a formar parte de la “Comuna Carlos Marx” de presos políticos, primero en Soria y luego en Zamora. En la Comuna, según sus propias palabras, “fue donde de verdad me hicieron un comunista en todos los sentidos”; este fue el resultado de la intensa vida orgánica que allí existía, por el estudio y discusión constantes de los clásicos del M-L y otros materiales, por la combinación del trabajo manual (artesanía que luego se vendía) e intelectual (sobre todo de redacción periodística) y por la enorme influencia de sus camaradas obreros que eran los que predominaban en la Comuna.
En 1979, tras la fuga de 5 dirigentes de los GRAPO de la cárcel de Zamora, Juan y otros compañeros fueron trasladados al viejo Penal de Puerto de Santa María; las duras condiciones que les impusieron les obligó a realizar varias huelgas de hambre. Un año después pasa al centro de exterminio de Herrera de la Mancha; allí todos los presos políticos llevan una dura lucha, con desobediencia y huelgas de hambre, por lograr unas condiciones dignas. En el transcurso de una de ellas, en 1981, muere el preso del PCE(r) Juan José Crespo Galende, “Kepa”. El Gobierno da marcha atrás y los presos políticos del PCE(r) y los GRAPO son reagrupados, en Soria los hombres y en Carabanchel las mujeres. En Soria se reorganiza la “Comuna Carlos Marx” hasta que en 1985 dio comienzo la política de dispersión. En pocos años, Juan pasa por las cárceles de Almería, Ocaña I y el Hospital Penitenciario de Carabanchel, a esta última por participar en otra huelga de hambre. Luego fue trasladado a la Prisión de Murcia. En esta prisión Juan se incorporó a la larga huelga de hambre de 1989 por la reunificación y en la que murió José Manuel Sevillano Martín. En la prisión murciana estuvo con otro camarada y otros presos de ETA; allí conoció a su actual compañera, Carmen Cayetano, que también cumplía condena por pertenecer a los GRAPO. En 1995 es trasladado a la Prisión de Sevilla para formar parte del equipo de presos políticos que llevó a cabo la negociación frustrada con el Gobierno.
En 1998, tras 20 años de cárcel, Juan salió en libertad, instalándose con sus padres en Sevilla, donde siguió llevando una actividad partidista “discreta” en un ambiente en el que se respiraba ya el reflujo que hoy atenaza al movimiento obrero. Al año siguiente pasa a la clandestinidad y el exilio en Francia, como responsable de propaganda del Comité Central del PCE(r) y participando en la redacción de sus órganos centrales “Resistencia” y “Antorcha”. Allí coincide con Isabel Aparicio y Manuel Arango, verdaderos artífices de que la propaganda del Partido mantuviese la calidad que le caracterizaba desde los tiempos de la OMLE. Ambos fallecieron; Isabel por desatención médica en la cárcel en 2014 y Manuel en 2022 al poco de salir en libertad.
Las sucesivas caídas del Comité Central del PCE(r) en Francia, a partir del año 2000, entre ellos la del Secretario General Manuel Pérez Martínez, “Arenas”, obligan a que la sección de propaganda y en especial su aparato editor- el organismo mejor resguardado- se convirtieran en el motor de las sucesivas reorganizaciones de la dirección del Partido. En 2004, Juan y Carmen Cayetano pasan a dirigir, ya desde España, las labores de propaganda y distribución en el interior y se instalan en Reus (Tarragona), donde fueron detenidos en 2006. En un primer juicio fue condenado a 11 años de cárcel (debió salir en 2017), pero en un nuevo juicio fue condenado a casi 100 años y saldrá si la Amnistía no se adelanta, para 2057. Desde entonces ha pasado por las cárceles de Puerto I, Puerto III y actualmente se encuentra en la Prisión de A Lama (Pontevedra). En lo personal, Juan tiene una hija y un nieto; en lo político, colabora regularmente con la publicación “El otro País” y sobre todo mantiene, junto con sus camaradas, bien alta la bandera de ser un preso político comunista.
Enero 2024.
-Juan García Martín, preso político comunista, a la Audiencia Nacional: Me niego a la refundición de condenas. Por mi militancia en el PCE(r) la extinguí en 2017. Ahora otros 40 años secuestrado.
-http://www.presos.org.es/index.php/2021/04/28/juan-garcia-martin-preso-politico-comunista-a-la-audiencia-nacional-me-niego-a-la-refundicion-de-condenas-por-mi-militancia-en-el-pcer-la-extingui-en-2017-ahora-otros-40-anos-secuestrado/
Impresionante. Toda una vida de lucha por el socialismo. Difundo.
Ojalá la clase obrera aportara la mitad de lo que ha aportado Juan García Martín al movimiento obrero. Libertad presos políticos.