Estados Unidos: Así expolia y masacra.
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Panamá – desde 1903
Tras el Expolio del Canal, EEUU mantiene las Bases Militares y el Contrabando
-y III-
…Viene del domingo 7 de abril.
… /… Washington considera el Artículo IV del Tratado como un derecho que le permitirá realizar acciones unilaterales con el fin de “asegurar la neutralidad de la vía interoceánica”. Es decir que los EEUU pueden seguir utilizando sus fuerzas armadas en Panamá también después del año 2000.
En diciembre de 1989, el Ejército de los EEUU descargó sobre este pequeño país latinoamericano, «el armamento bélico más contundente desde la guerra de Vietnam».
Un intenso bombardeo lanzado por aviones de combate, contra barrios populares de la capital panameña, en especial sobre El Chorrillo, donde se produjo el mayor número de víctimas. Se desplegaron 27.000 soldados para someter a la Guardia Nacional panameña. Era la llamada operación Just Cause, cuyo objetivo era capturar a Noriega, el por entonces presidente de Panamá, pero sobre todo lo que buscaba la operación era mantener su poder en la región, amedrentar a los gobiernos que pudieran distanciarse de su hegemonía y defender sus intereses en la zona. Según Olmedo Beluche, en su libro La verdad sobre la invasión «En una sola noche las tropas norteamericanas asesinaron 100 veces más panameños que en 21 años de régimen militar. En una sola semana se hicieron 100 veces más prisioneros políticos que los que hubo durante los 5 años de régimen norieguista».
La potencia colonizadora, desató una invasión desproporcionada, mientras los helicópteros sobrevolaban, voceando, exigiendo que los defensores de la ciudad se entregaran; los invasores quemaron el cuartel de la policía, persiguieron a sus agentes, así como a los miembros de los «batallones de la dignidad» que se crearon en defensa de Panamá. La invasión causó daños materiales por la acción militar, una grave crisis económica, desabastecimiento de alimentos y artículos de primera necesidad y un nuevo régimen político. El barrio del Chorrillo fue destruido casi en su totalidad.
Noriega, que fue capturado a los pocos días de iniciarse la invasión, había sido un hombre de confianza de la CIA (durante su mandato murió Omar Torrijos en “extrañas circunstancias”) hasta que decidió ir por libre y los yanquis le derribaron del poder «por las bravas». Convirtió Panamá en una base para el narcotráfico, el blanqueo de capitales y el contrabando. Su sucesor, Guillermo Endara, prestó juramento como Presidente de Panamá desde la base militar estadounidense de Fuerte Clayton.
La invasión permitió al imperialismo norteamericano, reimplantar el régimen tutelado y oligárquico que imperaba antes del 68. Establecieron nuevas bases militares «para combatir las drogas». La invasión del 89, precisamente, pretendió retornar a los momentos anteriores a 1968. EEUU sigue patrullando las costas del litoral, bajo «supuestos» acuerdos entre Estados, «para el control de las drogas». El pueblo panameño sigue sufriendo los efectos de la invasión.