Muro de solidaridad y denuncias:
Semillas de libertad:
-10º aniversario Isabel Aparicio Sánchez
1 de abril de 2014
Su vida es parte de la historia reciente de este país, del PCE(r) y del Movimiento de Resistencia. Murió con 60 años y desde los 18 llevaba militando desde la primera línea, TODA UNA VIDA.
Nació en Madrid en febrero de 1954. En 1972, en la Universidad comienza a militar en los Comités de Lucha Estudiantil, de carácter antifascista y clandestino. Comenzó a interesarse por el marxismo y entró en contacto con la OMLE, organización que tenía como objetivo prioritario la reconstrucción del Partido Comunista. En el año 75 nace el PCE(r), en el que continua su militancia.
En 1977 se incorpora a los GRAPO y es detenida en octubre de 1979, siendo torturada salvajemente por Billy el niño. Pasa en prisión 8 años y en 1988 sale en libertad, incorporándose a la lucha clandestina, en el Aparato Central de Propaganda del Partido. Fueron 19 años en la clandestinidad, la mayoría de las veces en situaciones de gran dureza, luchando contra una de las mayores campañas represivas que el Estado fascista desencadenó, sin reparar en medios, para exterminar su Partido mediante detenciones, asesinatos, torturas…
En junio de 2007 fue detenida junto a otros militantes del Partido mientras elaboraban el órgano Resistencia. Le fue aplicada la Ley de Partidos y condenada a 11 años y 11 de meses de prisión. Su delito pertenecer a un Partido Comunista.
En prisión, su salud fue empeorando a pasos agigantados. En una enumeración sumaria se podrían exponer las siguientes enfermedades y problemas físicos que padeció Isabel:
-Extirpación de ovarios y otras partes del aparato reproductor sin necesidad y sin su permiso en 2008, mediante una intervención quirúrgica realizada en el hospital general de Ávila, alegando que “a su edad ya no los necesita”. Esta la trajo aparejada graves trastornos y desequilibrios fisiológicos. -Sinusitis crónica la impedía dormir más de 4 horas nocturnas, debido a la tos que le provocaba; y esto sucedió todos los días durante años. En la cárcel de Ávila, no la permitieron ni tan siquiera un producto tan sencillo como el agua de mar, que se adquiere en farmacias sin receta médica. Nunca la operaron a pesar de su insistencia. Sabíamos ya desde la calle que solo se atajaría este problema con una operación. -Dos hernias discales y un estrechamiento en el conducto medular. Tuvo dolores constantes y a veces muy elevados, aparte de que su movilidad se reducía más y más como consecuencias de estas dolencias. No la operaron en 7 años, aunque se diagnosticó al segundo año de su estancia en prisión que la única solución eran las intervenciones quirúrgicas. Lo máximo que se la hizo fueron unas 15 sesiones de fisioterapia , consistente en las clásicas “corrientes” como toda solución. Algunos médicos la recetaban morfina para sus dolores. -Insuficiencia pulmonar severa y asma. Lo que la provocaba una situación real de asfixia y una respiración acelerada. Era tratada con oxígeno con frecuencia. Llegó a vivir en la cárcel de Ávila situaciones de no poder absorber oxígeno durante más de un minuto, estando sola en la celda y por la noche. -Lesiones en las vértebras cervicales. Ante las cuales solo recibió 7 sesiones de fisioterapia de 10 minutos cada una. -Flebitis. Lo que la provocaba con frecuencia grandes dolores e hinchazones de piernas. -Artritis avanzada en las manos y los pies. -Los tratamientos con inhaladores la producían temblores constantes de cabeza y manos. Su capacidad de moverse se fue reduciendo cada año, andaba muy despacio y apenas podía cargar pesos por muy pequeños que fuesen. -Muy tardía intervención quirúrgica de cataratas, y encima la quedaron constantes secuelas.
En 2010 empezó a denunciarse públicamente su situación de presa política gravemente enferma.
El 1 de abril de 2014 fallece en la cárcel de Zuera (Zaragoza).
60 años de edad, 42 de militancia política organizada, 22 años de clandestinidad, 15 años de cárcel y brutales torturas a sus espaldas. Y estando tan grave de salud la dejaron morirse en la cárcel.
El 9 de abril se celebra un homenaje en Baiona (Euskal Herria Norte) con una concentración ante el Consulado de España protestando por la muerte de Isabel. El 13 se celebra otro homenaje en la macrocárcel de Zuera y el sábado 26 de abril tuvo lugar en el Cementerio Sur de Carabanchel (Madrid) otro sencillo y emotivo homenaje a Isabel. Miles de carteles, pintadas, octavillas, decenas de pancartas, huelgas de hambre y sed en prisión, edición de cuadernillo y otros actos se realizan en decenas de ciudades y pueblos en su homenaje.
-15º aniversario José Ortín Martínez
21 marzo 2009
José Ortín Martínez nació en septiembre de 1945 en el madrileño barrio de Ventas, en el seno de una numerosa familia. A los 14 años comenzó a trabajar de electricista -profesión de su padre- en la empresa ARIJA. Posteriormente trabajó durante varios años en la fábrica de componentes eléctricos DEMAG.
Los años 68-69 serán decisivos para José Ortín. Son los años en que su conciencia de clase -y su fino olfato político, habría que añadir- le llevan a apartarse de las luchas sindicales promovidas por los traidores carrillistas y a buscar otro camino en el que poder iniciar lo que sería su larga andadura de militante comunista. Hacia 1970 se incorpora a la OMLE (Organización Marxista-Leninista de España) y participa activamente en las tareas de reconstrucción del partido. Una vez celebrado el congreso que daría nacimiento al PCE(r), Ortín se ocupó siempre de tareas de organización, primero desde el Comité Local de Madrid y posteriormente desde el Comité Central.
Detenido y torturado salvajemente en 1978, pasó por las cárceles de Carabanchel, Zamora, Puerto de Santa María, Herrera de la Mancha, donde se sumó a la larga huelga de hambre en la que perdió la vida el militante del PCE(r) Crespo Galende y tras la que todos los militantes del PCE(r) y de los GRAPO fueron trasladados a la cárcel de Soria, de donde saldría en libertad en 1989, justo en el momento en que todos ellos llevaban a cabo otra larga huelga de hambre contra la dispersión.
Una vez en la calle, Ortín se incorpora inmediatamente al trabajo activo, a las tareas de organización del partido. Al principio lo hace de una forma más o menos abierta, hasta que, acosado día y noche por los esbirros de la policía y la guardia civil, se ve obligado a pasar a la clandestinidad. En junio de 1994 participa como miembro del Comité Central del PCE(r) en el III Congreso del partido. Su enorme compromiso con la causa obrera y popular le llevaría meses después a incorporarse a los GRAPO.
Detenido nuevamente a finales de 1995, fue encarcelado primero en Meco, luego en Valdemoro y finalmente en Foncalent, donde falleció el 21 de marzo de 2009, a los 63 años de edad y por un infarto mientras desarrollaba un vis a vis con su familia.
La biografía de un militante comunista que como Ortín ha pasado toda su vida en la cárcel o en la clandestinidad, se puede resumir en unas pocas líneas. A esas pocas líneas se podrían añadir muchas más en las que se relataran esos miles y un «detalles» que dan fe de una vida entregada por completo a la causa del proletariado. Se podría hablar de la febril actividad que José desplegó durante los últimos años del franquismo, cuando, madrugada tras madrugada, regaba literalmente las puertas de las grandes fábricas de Madrid con octavillas en las que se denunciaba el régimen fascista. Se podría contar que en 1977 al ser detenido el Comité Central del PCE(r) mientras celebraba una reunión plenaria, Ortín fue de los primeros en dar un paso adelante para ocupar uno de los puestos vacíos de mayor responsabilidad. Tampoco habrá nunca espacio suficiente para recoger los testimonios de todos los que le conocieron, de todos los que recordarán siempre la fuerza con la que defendía sus convicciones, su seguridad en el triunfo de la revolución socialista, la firmeza con la que encajaba los golpes, la sonrisa que no perdía ni en los momentos más difíciles.
-45º aniversario Goio Fernandez Riaño
9 marzo 1979
Conocido entre sus camaradas como Aitor, Goio nació en León el 6 de diciembre de 1958 en una familia de procedencia comunista. Eran 11 hermanos.
En 1939 su abuelo logró huir a Francia vestido de mujer para eludir los paseos y fusilamientos con los que las hordas de Franco pacificaban España. Huía de una tierra donde tan sólo crecía la hierba de los cementerios. Cuando Goio contaba tan sólo 8 años emigraron a Portugalete (Bizkaia). Estudió en las escuelas de Zubeldia y luego la carrera de Ingeniero Técnico Industrial en Barakaldo.
Pero él no era un buen chico, un chico callado, sumiso, un chico dispuesto a comulgar con la reaccionaria y oscurantista educación del fascismo. Goio protesta, reivindica, moviliza a sus compañeros y por rojo, la Dirección del Centro le impide matricularse en el segundo curso.
Empezó a trabajar en los Astilleros de La Naval, de Sestao. Se especializó en soldadura y pasó a trabajar en la empresa Herrerías.
Su espíritu rebelde e inquieto choca con la disciplina cuartelera impuesta por el Sindicato Vertical falangista, con los sueldos de hambre, con las degradantes condiciones de trabajo, con la estela interminable de los accidentes de trabajo que tantas y tantas vidas obreras siegan. Así se fue haciendo, Goio, soldador de oficio y zurdo de ideas.
En continuo contacto con la vanguardia obrera, entró a militar en el PCE(r) en 1975. Enfrentando la política claudicadora y rastrera de CC.OO y UGT que propugnaba trabajar en el interior del Sindicato Vertical, fomenta e impulsa los Círculos Obreros, los métodos de organización independientes, asamblearios, los métodos de lucha radicales, que los obreros tomen en sus manos la riendas de su emancipación. La libertad no se mendiga, se conquista luchando, era una de las frases preferidas de Goio para arrojársela a los revisionistas a la cara. Por eso, sus palabras eran el espejo donde fielmente se reflejaban las huellas de sus pasos. Sus palabras, sus huellas y sus actos se unían en la clara dialéctica de ser comunista de una sola pieza.
Goio se sumergió de lleno en una Euskadi batida por vientos de insurrección. Lucha de clases y lucha nacional caminaban, codo con codo, como dos afluentes de un sólo torrente revolucionario. Los sucesos de Vitoria, el 76, donde cinco obreros en huelga son asesinados por la policía, el oleaje que crecía y crecía exigiendo la Amnistía, los sucesos de los Sanfermines en Pamplona, en el 78, con un muerto y más de 150 heridos, la reciente actividad del Batallón Vasco Español contra militantes de ETA, contra Etxabe que resultó herido y muerta su mujer, contra Argala que, en el sur de Francia, vuela por los aires, hicieron que muchos se planteasen que la lucha armada resultaba imprescindible para combatir al Estado fascista español y para conquistar las verdaderas libertades democráticas y nacionales.
El PCE(r), y cómo no en Euskal Herria, lanza la consigna de impulsar la lucha armada y su práctica en diversas organizaciones. Así lo entiende Goio y pide su ingreso en los GRAPO. Pero el Partido le hace ver la necesidad de que se una, como comunista, a la lucha armada del pueblo de Euskadi. Y Goio se integra en 1978 en el comando Txabi Etxebarrieta, perteneciente a los Comandos Autónomos.
Goio sostenía que era necesario sobrevivir sin que se te apague el alma. Que no se puede sobrevivir sin luchar, sin resistir, sin pelear de frente y de espalda, sudando hielo, respirando fuego, venciendo el miedo con el amartillar de los sueños. Luchar y resistir para que no nos conviertan en ellos, en muertos vivientes que caminan y respiran con su corazón repartido entre los gusanos y el estiércol.
Realizó varias expropiaciones y siguió militando activamente en el PCE(r). En Muskiz, Bizkaia, un 9 de marzo de 1979, con 20 años tan sólo, ya responsable del comando, dirige un operativo militar destinado a recuperar armas del enemigo. Un policía municipal es el objetivo. Un objetivo que, sin embargo, se complicó endiabladamente. Un descuido, un pequeño fallo de previsión, le permitió al policía municipal revolverse. Se produjo un forcejeo, se escuchó el estampido de una bala y el cuerpo de Goio se desplomó inerte sobre el asfalto.
Goio, comunista, joven sonido en el que el torbellino de la lucha de clases conjugó el sonido revolución. Su vida fue un deslizarse por el canto leve de la luz que niega la oscuridad, de la mañana que a la noche no teme y cantando se fue a sembrar sueños en el palpitante amanecer.
Pero que nadie vaya a buscar a Goio al oscuro manto de la tierra porque él es el arco donde se tensan las notas que ponen música a los versos de Telesforo Monzón: Lepoan hartu ta segi aurrera (Coge al caído y sigue adelante).
-45º aniversario Juan Carlos Delgado de Codes
20 abril 1979
Asesinado en Madrid el 20 de abril de 1979. Conocido entre sus camaradas como Herrera, Juan Carlos nació en Segovia, el 5 de febrero de 1949. Con 18 años marchó a estudiar Náutica a Cádiz, estudios que cambió por los de Magisterio que abandonó definitivamente, entrando a trabajar como conserje en el Colegio de Médicos de Cádiz. Durante su estancia en la Escuela de Náutica intervino en las huelgas estudiantiles de entonces, interesándose por la lectura de los marxistas y del movimiento obrero. Por entonces conoció a José María Sánchez Casas y su grupo de teatro “Quimera, Teatro Popular” que aglutinó en la bahía a la izquierda más radical de la época, siendo el embrión de la OMLE más tarde. Entrando a militar en la misma en 1969. Durante años les unió además de la militancia una estrecha amistad.
Era entonces un joven decidido y desde el primer momento dio muestras de una capacidad de análisis poco común.
Durante tres años se dedicó a impulsar la OMLE en Andalucía, consiguiendo extenderse a Sevilla y Córdoba y, dentro de la provincia de Cádiz, a otros pueblos como Puerto de Santa María, Puerto Real y Jerez. Siendo el máximo responsable de la organización en Andalucía y consiguiendo incorporar a la misma a numerosos cuadros comunistas que posteriormente fueron dirigentes del PCE(r).
En junio de 1973 fue enviado como delegado a la I Conferencia Nacional de la OMLE. De dicha Conferencia salió elegido miembro del Comité de Dirección, junto a Manuel Pérez, Abelardo Collazo y Enrique Cerdán. Para entonces ya tenía orden de busca y captura por “desertor” del servicio militar, situación ésta que asumió sin dudar y que motivó su paso a la clandestinidad desde muy joven.
Fue elegido máximo responsable de la organización de Andalucía, y durante dos años incorporó a la misma a numerosos cuadros comunistas que posteriormente fueron dirigentes del PCE(r).
En junio de 1975 participó en el Congreso fundacional del PCE(r), resultando elegido miembro del Comité Central.
El 26 de septiembre de 1976 fue detenido en Galicia, siendo salvajemente torturado, a resultas de lo cual le rompieron dos costillas y permaneciendo en la cárcel de La Coruña hasta diciembre de ese año cuando fue trasladado a Madrid, a la cárcel de Carabanchel, días después del secuestro por parte de los GRAPO del presidente del Consejo de Estado Oriol y Urquijo y, supuestamente, para intentar negociar la liberación de éste, sin éxito. Allí permaneció hasta octubre de 1977, en que salió en libertad por aplicación de la Ley de Amnistía.
Al salir de la cárcel, dado que el Comité Central del PCE(r) en pleno había sido detenido y encarcelado, en unas condiciones de clandestinidad verdaderamente difíciles, fue elegido Secretario General en funciones del Partido.
Era el máximo responsable de la organización cuando fue asesinado en Madrid, en la plaza de Lavapiés cuando iba a tomar un taxi, siendo alcanzado por un disparo por la espalda que, entrando a nivel de la octava costilla, le desgarró la aorta y quedó alojado en la base del cuello. Fue una operación policial premeditada ya que declaraciones de testigos indicaron la presencia de una ambulancia en la misma calle que, posteriormente le trasladaría ya cadáver al hospital Francisco Franco, hoy Gregorio Marañón. Desde luego fue una emboscada y nunca se encontró el arma que supuestamente había empuñado.
La familia presentó denuncia y se abrieron diligencias previas ante el Juzgado de Instrucción nº 8 y tras más de tres años de trámites, los magistrados Bienvenido Guevara, Alberto Amunategui y Virgilio Martin, de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial resolvieron el sobreseimiento del caso.
Los policías que le asesinaron fueron identificados como Juan Carlos Salgado Sánchez, José María García González y Juan Luis Abuin Sayo.
En el momento de su asesinato, su hijo Juan, nacido en la clandestinidad, tenía cuatro meses de edad. Fue enterrado en el cementerio de Segovia en medio de fuertes medidas de seguridad. Uno de los solidarios asistentes declaró a la prensa ¡Qué pena, le han matado cuando estaba madurando y podía haber sido uno de los mejores dirigentes políticos obreros! Por eso precisamente le asesinaron.