Movimiento obrero. Su brutal situación:
Terrorismo patronal:
-Empresarios agrícolas incendian una nave con 25 trabajadores dentro.
9 empresarios agrícolas ultraderechistas han sido detenidos por incendiar una nave con 25 trabajadores dentro, la mayoría inmigrantes, en El Ejido (Almería). Terrorismo patronal. (Fonsi Loaiza)
Vídeo del terror patronal:
-Cierran cuatro restaurantes en Torredembarra, Tarragona, por explotación laboral.
Los trabajadores migrantes laboraban hasta 15 horas al día y en algunos casos solo llegaban a cobrar 20 euros al mes.
Se ha ordenado la clausura de los cuatro locales de restauración de los que se valía la organización criminal para llevar a cabo la explotación.
Desarticulada una organización criminal dedicada a la trata de seres humanos con fines de explotación laboral. En total han sido detenidas 12 personas en Torredembarra, Reus, Tarragona e Italia por los delitos de pertenencia a organización criminal, trata de seres humanos con fines de explotación laboral, favorecimiento de la inmigración, detención ilegal y falsedad documental.
Se han realizado 10 entradas y registros, donde los investigadores han aprehendido dos armas detonadoras, más de 22.000 euros en metálico, numerosa documentación de interés y material informático.
La investigación comenzó en octubre del 2023 tras recibir información de la existencia de personas de origen colombiano que trabajaban en unas condiciones laborales pésimas, sin contrato ni documentación de estancia legal y con horarios abusivos. La organización controlaba las viviendas donde eran alojadas las víctimas con cámaras de vigilancia donde vivían hacinadas en habitaciones.
–https://timis.es/cierran-cuatro-restaurantes-en-torredembarra-por-explotacion-laboral/
Represión:
-Raquel Rodríguez, condenada a pagar 5.000 euros por enfrentarse a la tanqueta: «Es una lucha de clases»
La trabajadora ha sido sentenciada por revelación de datos y por injurias al pago de una sanción económica, que tiene dificultades para afrontar y para lo cual han abierto una caja de solidaridad.
El 22 de noviembre de 2021, una tanqueta de los antidisturbios entró en la barriada del Río San Pedro, en Puerto Real, para disuadir a los trabajadores que se movilizaban en la huelga del metal. Raquel Rodríguez se encontraba en ese momento desayunando en un bar cerca de su casa. «Lo recuerdo como una desproporción tremenda», rememora.
La gaditana se acercó a pedirles a los antidisturbios que pararan. Más de dos años después, Raquel ha sido condenada por un delito de revelación de datos y de injurias, por compartir en redes sociales imágenes de lo sucedido en esos días. «¿Injurias? ¿Qué pasa, que toda España no ha visto como entró la policía dentro de los barrios? Para eso está todo documentado con vídeos y fotos, cómo se cebaron contra un barrio obrero y contra unos trabajadores del metal que lo único que pedían era que se cumpliera el convenio», recalca.
Se le ha impuesto una sanción económica de diez euros al día durante doce meses, más unos 300 euros de las costas del juicio, más los costes que tiene que afrontar por su abogado. En total, casi 5.000 euros. «Yo, como trabajadora mileurista que no llego ni a final de mes, no puedo hacer frente a esto», se sincera Raquel.
En su momento, le propusieron un acuerdo, por una menor cuantía económica, pero tendría que declararse culpable. Se negó rotundamente, y no se arrepiente. «Aquí tendrían que haber pagado los mandatarios, los que mandaron a los antidisturbios a agredir a la vecindad y a un barrio obrero militarizándolo. Y eso ha quedado impune, y eso sí es un delito, no que yo haya compartido los vídeos o que lo haya denunciado en redes», expresa.
Por eso, tiene claro que recurrirá la sentencia, porque no puede afrontarla. Y también por una cuestión de conciencia de clase: ya no por ella, sino «por todo el movimiento obrero», según relata. «¿Dónde se ha visto eso? ¿Que se ataque a los trabajadores y no a los explotadores, que son los que nos llevan a desencadenar una huelga, una huelga que era totalmente legal?», apunta.
«Se les iba de las manos. Así lo veo ahora: se les iba de las manos, y quisieron reprimir las protestas. Ahí entran también unos intereses de clase, de la patronal», explica Raquel Rodríguez, que actualmente trabaja en el sector de la limpieza y trabaja, dice, «más horas que Cascorro». «Para mí es un lujo pagar esta multa. Me podía haber agarrado a lo menos malo, que era aceptar el acuerdo. Pero entonces la dignidad te la pisotean», recalca.
Ante la imposibilidad de afrontar el pago de esta sanción económica, utilizará, afirma, todas las herramientas que tenga a su alcance. Ha abierto una caja de solidaridad para que todo aquel que quiera contribuir pueda hacerlo y, de momento, se está encontrando con la solidaridad y el apoyo «de la clase trabajadora», apunta.
Si el recurso no prospera, y si finalmente puede afrontar el pago de la sanción en su totalidad, lo hará; si no, espera que le permitan fraccionarlo, o alguna otra medida de flexibilidad. Porque, según le ha informado su abogado, si no paga la multa, es probable que tenga que cumplir unos meses de cárcel, en proporción a la sanción económica.
«Sería el colmo, porque entonces que lo digan claro: que estoy condenada. Porque esto es como si me condenaran a prisión, pero sin hacerlo, porque saben que no puedo pagarlo», detalla la gaditana.
Si nada resulta, asumirá «lo que tenga que asumir», pero con pesar por ser castigada «por hacer frente a un conflicto que había generado la misma patronal, porque yo no he generado el conflicto, entraron en mi barrio», se sincera.
Pero lo sucedido no ha hecho que se arrepienta, ni mucho menos, de no haber aceptado el acuerdo en su momento. «De hecho, cuando salí del juzgado, lo último que le dije al juez es: me reafirmo en todo lo que he dicho, no voy a dar ni un paso atrás. Estamos hablando de una lucha de clases, una lucha de la clase trabajadora», expresa emocionada.
El caso de Raquel se ha convertido en un símbolo de la lucha del movimiento obrero, y ella, en una voz que se alza contra la represión. Y recalca: «Sé cómo funciona el Estado y cómo reprime, y cómo utiliza sus herramientas de represión contra la clase trabajadora cuando esta se levanta; esto es una lucha de clases», concluye.
-Al Escudo Social lo atropelló una tanqueta.
Se acordarán de Raquel, @RaquelRp39 (acceso a caja de resistencia en su perfil), la limpiadora de Puerto Real (Cádiz) que en noviembre de 2021 vio cómo una tanqueta atravesaba las calles en plena huelga de metal, para amedrentar a los trabajadores, y tuvo la mala suerte de que su discurso, el que hubiera manifestado cualquier trabajador con sangre en las venas, fuera grabado y emitido por RTVE.
Meses más tarde fue citada a declarar por injurias y ahora, años después, la Fiscalía pide una multa de 8 euros diarios durante 12 meses y 300 euros de daños. No se cita, en cambio, la denuncia que Raquel efectuó por ser apaleada y gaseada, esa denuncia se habrá traspapelado.
Pues ya podemos confirmarlo. El famoso Escudo Social era el escudo del Capitán América, aquel supersoldado de la Marvel que luchaba por EEUU. Es por eso que dedicamos miles de millones a las guerras de la OTAN. Da igual que nos hundamos en la miseria, seamos los líderes europeos en pobreza infantil o tengamos listas de esperas sanitarias más largas que el currículum de un preparado.
El escudo era para defendernos de la amenaza rusa, de ahí que España haya aumentado su gasto militar cinco veces más que los malvados rusos a partir del estallido del conflicto ucraniano, alzando el gasto para el «frente oriental» a cantidades obscenas. La seguridad ante todo.
Raquel se saltó varias normas del Jardín Europeo. Primero, tener conciencia de clase. Segundo, saber que las fuerzas de seguridad están para asegurar los intereses del Estado, con la violencia que haga falta.
Tercero, creer que una televisión del Estado está para dar voz a la clase obrera. No, por favor. Está para decir que la economía va como una moto o que Israel tiene derecho a defenderse o para entretenernos con la polémica de turno.
Sobre todo no sean malpensados, no caigan en la maledicencia que insinuaba que la promesa de «hacer cosas para la gente» consistía en pillar algún cargo o liberarse en sindicatos afines.
Si al Escudo Social lo atropelló una tanqueta, ellos no podían hacer nada, apenas contaban con ser Gobierno y manejar ministerios.
No sean tontos y ni se les ocurra relacionar el gasto millonario en armas del Gobierno con el deterioro de las condiciones de la clase trabajadora. No sean tocapelotas ahora que las empresas del IBEX están obteniendo más beneficios que nunca. Ahora que los especuladores de la vivienda y el turismo están ganando lo más grande.
Hagan el favor de regresar a sus habitaciones compartidas y celebren que vivimos en el lado del mundo en el que prima el «orden basado en reglas».
–https://elcomun.es/2024/04/24/al-escudo-social-lo-atropello-una-tanqueta/