Internacional:
RASD
-Graves violaciones de Derechos Humanos en el Sáhara Occidental durante 2023 por parte de Marruecos.
Informe de Amnistía Internacional.
El Sáhara Occidental, una región marcada por décadas de conflicto y disputa territorial, ha sido escenario de graves violaciones de derechos humanos durante el año 2023, según revela un informe exhaustivo de Amnistía Internacional. Las autoridades marroquíes han perpetuado una serie de abusos contra la población saharaui, desde la represión de la libertad de expresión hasta la brutalidad contra la disidencia, lo que destaca la urgente necesidad de acción para proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos en la región.
Represión de la Libertad de Expresión:
En el Sáhara Occidental, la libertad de expresión ha sido sistemáticamente reprimida por las autoridades marroquíes. Activistas, periodistas y defensores de derechos humanos han sido objeto de detenciones arbitrarias y condenas penales por expresar pacíficamente sus opiniones. Estas medidas represivas han creado un clima de miedo y silencio en la región, donde la disidencia es castigada con dureza.
Persecución de la Disidencia:
La disidencia política y social en el Sáhara Occidental ha sido objeto de una violenta represión por parte de las autoridades de ocupación marroquíes. Se han documentado casos de vigilancia, agresiones y detenciones arbitrarias de activistas saharauis que luchan por los derechos de su pueblo. Esta persecución ha generado un ambiente de intimidación y hostigamiento que dificulta el ejercicio de los derechos fundamentales en la región.
Tortura y Malos Tratos:
La tortura y los malos tratos son prácticas generalizadas contra aquellos considerados críticos con las autoridades de ocupación marroquíes en el Sáhara Occidental. Se han documentado numerosos casos de abusos físicos y psicológicos contra activistas y disidentes, con el objetivo de silenciar cualquier forma de oposición al régimen establecido.
Impunidad en Casos de Violencia Estatal:
La impunidad prevalece en el Sáhara Occidental, especialmente en casos de violencia estatal contra la población saharaui. Las autoridades no rinden cuentas por las muertes, desapariciones y abusos cometidos contra civiles, lo que perpetúa un ciclo de injusticia y violencia en la región.
El informe de Amnistía Internacional pone de relieve la grave situación de derechos humanos en el Sáhara Occidental y la urgente necesidad de acción para abordar estas violaciones. Insta a las autoridades marroquíes a respetar los derechos fundamentales de la población saharaui y a poner fin a la represión y la persecución en la región.
Además, hace un llamado a la comunidad internacional para que preste atención a esta crisis y brinde apoyo a los esfuerzos para proteger los derechos humanos en el Sáhara Occidental. Solo a través de la presión internacional y el compromiso con los principios de justicia y dignidad humana se podrá lograr un cambio significativo en la situación de derechos humanos en la región.
Donbass
-Entrevista a Ricardo Sánchez Serra, periodista peruano que ha visitado el Donbass.
Ricardo Sánchez Serra se arriesgó a ir a la zona de conflicto entre Rusia y Ucrania. Estuvo en Donetsk, Lugansk y Mariupol. Él es columnista de La Razón, presidente del Centro Federado de Periodistas de Lima. Recibió premios nacionales periodísticos de la iglesia Católica, Comunidad Judía y recientemente obtuvo el premio mundial de periodismo “Visión Honesta 2023”.
Le entrevista la Revista Mariategui (mariategui.info)
Extractos:
-¿Estuvo en peligro?
No. Se sentían ruidos de bombardeos, aviones. El patriotismo de la gente te daba más adrenalina. Ellos al salir de sus casas, no sabía si volverían o encontrarían sus casas destruidas. Los ataques ucranianos a población civil son criminales. Son gente de mucha fe y esperanza que vendrá la paz.
-¿Se contactó con los soldados?
Estaban en la retaguardia a unos 15 kilómetros del frente. Muy optimistas y a la vez preocupados que en año y medio no había recambio y no veían a sus familias. Decían que estaban allí para que la guerra no llegue a sus casas. Que estaban en el lado correcto. Que si llegaban las tropas francesas los derrotarían al igual que al ejército formidable de Napoleón. Y que Rusia no empieza las guerras, las finaliza.
Igualmente, me reuní con dirigentes universitarios de diversas carreras, de la Universidad de Donetsk. Me mostraron fotos, con tristeza, que su universidad había sido atacada varias veces por los ucranianos. El dormitorio de ellos estaba bombardeado, inservible. Tomaban clases a distancia, pero había cortes de luz y agua. Estaban muy frustrados. Pero les pregunté si querían irse, me dijeron unánimemente que no. Que terminarían como sea y que ayudarían a la reconstrucción del Donbass. Les pregunté sobre su origen étnico, eran de etnia rusa o ucraniana, griegos, georgianos, pero todos con parientes, abuelos, bisabuelos, tíos, padres rusos, ucranianos, bielorrusos. Se sentían, otra vez, más rusos que otros y protegidos y seguros con el ejército ruso en su región. Dijeron que querían la victoria para lograr la paz. ¡Qué ricos chicos! Muy patriotas.
-Me contó que estuvo en un hospital ¿Pudo hablar con los pacientes?
Fui al hospital de Traumatología de Donetsk. Me embargó la tristeza. Unos pacientes quisieron hablar otros, no. Estuve con tres niños. Estaban vendados, habían perdido dos dedos, algunos con ojos tapados y con esquirlas en el cuerpo. Muy desgarrador. Contaron que sufrieron las heridas por las minas o explosivos que lanzan los drones ucranianos. Igual dialogué con personas de mayor edad, muy heridos, una madre que tenía cinco hijos, herida por un explosivo lanzado por los ucranianos en un mercado, ella fue una de las pocas sobrevivientes y el señor contó que el dron le lanzó el explosivo al pie.
Cómo me explicó un oficial, el dron es manejado por los soldados ucranianos, tienen una cámara y saben a qué objetivo se dirigen. Mi pregunta ¿es por qué atacan a civiles? La respuesta es, según mencionan, para desmoralizar a la población. Pero el efecto es contrario. En el Donbass hubo el mayor porcentaje de asistencia -el voto es voluntario- de toda Rusia, para las elecciones presidenciales rusas y Putin ganó con el porcentaje más alto.
-En el puerto de Mariupol se realizaron fuertes combates. ¿Cómo se encuentra ahora?
A Mariupol la he bautizado como la “Hiroshima del mar Azov”. Recuérdese como una bomba atómica causó un efecto devastador en la ciudad de Hiroshima. Así de destruida está Mariupol, al igual que la Hiroshima del Cáucaso, la ciudad azerbaiyana de Agdam, desaparecida por los armenios.
Lo que vi en Mariupol, me causó profunda tristeza y más cuando hablé con los pobladores, lloraban mientras me contaban. Ahí estuvo el batallón nazi Azov, que cometieron crímenes contra la población civil, les cortaban el agua, los fusilaban, les ponían granadas en las puertas. Se supone que el ejército ucraniano defendería la ciudad ante la cercanía del ejército ruso, pero también sabían que el 90 por ciento de los pobladores eran rusoparlantes.
El batallón Azov cañoneaba edificios, la sinagoga, etc. y después llamaba a la prensa extranjera para decirle que lo habían hecho los rusos, cuando ellos ni siquiera habían llegado aún. Mariupol hoy está siendo reconstruida poco a poco y demorará porque hay muchas minas. Otras regiones rusas apoyan a los ciudadanos, quienes en su gran mayoría se han dedicado a la recuperación de la ciudad. Poco a poco iré publicando estas conversaciones con personas de a pie y autoridades.
-¿Qué reflexiones haría sobre su viaje?
Tengo claro que Rusia no empezó la guerra, esta se inició en el 2014, con el golpe de estado al presidente…, la limpieza étnica de los ucranianos contra las regiones del Donbass, que causaron 14 mil muertos y el incumplimiento de los tratados internacionales por parte de Ucrania de Minsk I y Minsk II con Rusia, que fueron “casos belli”.
En segundo lugar, debo incidir que la población del Donbass apoya al ejército ruso y que no quieren volver a ser parte del territorio ucraniano. En tercer lugar, la ONU y sus organismos no deben ser indolentes con las violaciones a los derechos humanos por parte de los ucranianos que atacan a la población civil. En cuarto lugar, está demostrado, con estadísticas, que contra más armas de la OTAN a las FF. AA. ucranianas, más civiles mueren.
En quinto lugar, el ejército ucraniano debe enfrentarse al ruso y no al verlos, correr o rendirse, y, en cambio, lo que hacen es atacar ciudades rusas para matar civiles.
En sexto lugar, no debe ser la política de Ucrania de que “muera hasta el último ucraniano”. Como dijo el Papa Francisco “deben izar la bandera blanca. Es valiente también rendirse”. Es la gran oportunidad de Zelenski, que no creo que el juicio de la historia sea benevolente con él.
En séptimo lugar, la OTAN está peleando en una guerra equivocada y en un lugar equivocado. No debe suministrar más armamento, para lograr la paz. Que no piensen que hay vencedores y vencidos. En una guerra todos pierden. Aquí más pierden los civiles.
En octavo lugar, hay una fiebre bélica en Europa, y deducen que después de Ucrania seguirían otros países. No es así. No saben lo que piensan los rusos. Como decía Kissinger: “Occidente no conoce Rusia y Rusia no conoce Occidente”.
Por eso, no se debe escalar la guerra. Rusia no perderá y si ve amenazada su existencia, utilizará el botón nuclear. La OTAN tiene la llave de la paz y Rusia el candado.
En noveno lugar, tal vez estas declaraciones, lo que digo, no sean políticamente correctas o que signifiquen que estoy nadando contra el mar, pero es un punto de vista que debe ser respetado y no minimizado. La desinformación y los “fake news”, han hecho mucho daño lavando cerebros, que ya creen que la luna está hecha de queso o es cuadrada y lo repiten tantas veces que creen que es verdad.
En décimo lugar, he estado en el lugar de los hechos, in situ, a diferencia de otros respetables personajes que ya tienen opinión formada -a lo lejos- por las informaciones de parte, que les llegan. En consecuencia, opino desde lo que he visto, con testimonios de personas, analizado y estudiado antecedentes y realidades y no juzgo desde cómodos cafés, sofás y camas. En fin, como decía San Agustín “tengo mil pruebas para el que quiera creer y ninguna para el que no quiera creer”.
Espero que esta entrevista sirva para comparar posiciones. He tratado de ser lo más objetivo posible y que los lectores formen su propia opinión.