Muro de denuncias:
–Juancar, otro policía infiltrado en los movimientos sociales de Madrid.
El Salto desvela la identidad del agente policial Carlos P.M., que pasó dos años infiltrado en movimientos sociales de Madrid bajo la falsa identidad de un joven estudiante.
Juancar era aparentemente un estudiante malagueño que se había trasladado a la capital para realizar un grado de técnico de reparaciones de aire acondicionado en el Centro de Formación en Frío y Climatización. Se había mudado a un piso de su tío que estaba situado en el mismo barrio madrileño en el que centralizaba su actividad el colectivo Distrito 14, en Moratalaz.
Esta es la historia que les contó a quienes llegaron a ser sus compañeros en este colectivo, aunque en realidad, tal y como ha podido comprobar este medio tras diferentes pesquisas, la verdadera identidad de Juancar es Carlos P.M., licenciado en la promoción XXXIV de la Policía Nacional desde junio de 2020. Otro egresado de la Escuela Nacional de Policía de Ávila, un centro del que ya han salido varios casos de agentes infiltrados en los movimientos justo tras su jura como policías de escala básica, tal y como han destapado investigaciones anteriores publicadas en El Salto y La Directa.
Carlos P.M. es el octavo agente que, tras formarse en el citado centro, ha desarrollado una identidad ficticia para tratar de integrarse en movimientos sociales políticos que operan y hacen activismo a cara descubierta. De carácter agradable y fácil, según describen quiénes compartieron actividad con él, poco a poco, y a través de la socialización en entornos festivos, Carlos P.M. trató de ganarse la confianza de los militantes de Distrito 14.
“Era algo tímido, pero si le dabas conversación se le iba esa timidez y era alguien graciosete, que no se mojaba mucho en nada, quería agradar a todo el mundo, le gustaba hacer planes de fiesta y se apuntaba a todos, incluso siempre ofrecía su casa para que la gente fuese allí a beber”, relata un militante de Distrito 14.
Su primer contacto con un entorno politizado le sitúa en noviembre de 2020, en el gimnasio popular La Fábrika, de Vallecas (Madrid), donde entrenaba MMA (Mixed Martial Arts), apenas unos meses después de haber terminado su formación en el citado centro de Ávila. Uno de los activistas de Distrito 14 relata que “empezó frecuentando ese espacio con el fin de allanarse el camino, tal y como ha sucedido en otros casos de infiltraciones policiales ya destapados”.
Unas semanas más tarde aparece por primera vez en una asamblea de Distrito 14. Les comunicó que estaba muy interesado en colaborar con este colectivo, y de formar parte del espacio CPK La Bankarrota, su sitio habitual de reunión, que fue desalojado el pasado mes de marzo de 2024. Ahí fue cuando les contó que vivía en el barrio, en un piso cedido por su tío.
“Cuando nos cortaron el agua, se ofreció para que fuéramos a llenar bidones a su supuesto piso, nos llamó la atención que el agua del grifo saliera marrón, como si llevase mucho tiempo sin ser utilizada, algo extraño si alguien hubiera estado viviendo allí”, explica una de las personas que compartió este espacio con él. Empezó a ser un habitual de las actividades de Distrito 14 y del centro social. “Siempre tenía disponibilidad para todo”, relata otro militante de La Bankarrota.
El activista explica que Carlos P.M. “nunca tuvo ningún enfrentamiento con nadie”. Les llamaba la atención su escasa formación política, aunque aseguraba que había tenido militancias previas en su ciudad natal. El agente llegó a estar completamente integrado en las dinámicas de Distrito 14, “acudía a todas las asambleas y quedadas, acciones, movilizaciones, da igual en que horario fueran o que día de la semana, siempre estaba allí”, expone un activista de Distrito 14.
La historia que suponía su coartada la fue desarrollando a través del tiempo. Supuestamente cuando terminó su formación profesional, empezó a trabajar en una empresa de instalación de aires acondicionados. Llegó a subir a su Instagram falso fotos de la supuesta “furgo” de trabajo, aunque su presencia constante en acciones hacía sospechar al resto de componentes del colectivo por ser algunas en horario laboral. Este perfil falso, así como el verdadero, que fue descubierto por las personas que forman parte de Distrito 14, está actualmente en modo privado y está ahora bloqueado para quiénes le seguían desde estos entornos.
La relación de confianza que fue estableciendo con los participantes del colectivo no implicó en este caso relaciones sexo-afectivas. “No nos consta que tuviese ninguna relación sexual con nadie, aunque sí que lo intentó con varias compañeras”, cuenta un militante. Al ser una persona joven, de unos 22 o 23 años, se acercó sobre todo a un grupo dentro del colectivo formado por militantes de su edad en el que él podía encajar más, por edad principalmente.
En septiembre de 2023, El Salto destapó la infiltración del agente policial Sergio G.A., que también estuvo integrado en el colectivo Distrito 14, así como en el Movimiento Anti Represivo (MAR). Cuando se hizo pública esa investigación, los componentes de Distrito 14 sospechan que la labor de espionaje policial en estos espacios también estaba siendo realizada por otros agentes encubiertos. Los seis prolíficos años que pasó Sergio G.A. infiltrado le llevaron a participar en numerosos colectivos, pero especialmente en el citado grupo de Moratalaz y en el Movimiento Anti Represivo.
“Sergio G.A. probablemente guía el camino y la infiltración de Juancar, llegando incluso a coincidir los dos policías brevemente en Distrito 14, tanto en asambleas como en acciones”, explica un militante de Distrito 14. Este hecho es el que fundamenta las sospechas del colectivo de que su “trabajo” en estos espacios tras su abrupta salida habría sido continuado por dos compañeros que se repartieron los colectivos a espiar. El pasado 1 de mayo, eldiario.es destapaba el caso de María Peres, que se integró en las dinámicas del MAR. La parte del espionaje en Moratalaz, sin embargo, la habría realizado Juancar, según sospechan los militantes de Distrito 14.
A lo largo del tiempo que estuvo integrado en Distrito 14, Carlos P.M participó en diversas acciones y movilizaciones. En una de ellas, una acción nocturna contra una casas de apuestas del barrio, estuvieron tanto Sergio G.A. como él. Casualmente, Sergio se marchó justo antes de que llegase la policía, la cual identificó a los participantes. También participó en varias movilizaciones contra la presencia de puestos informativos de Vox, así como en una serie de piquetes contra el dueño de una pescadería que le debía dinero a un trabajador. El Salto ha accedido a un audio en el que el propio Carlos P.M. relata esta acción, ya que les recibieron a palos y puñetazos tanto el pescadero como otros integrantes del mercado. Su perfil, no obstante, nunca fue el de buscar el conflicto, ni de inducirlo, en las acciones en las que participó. También formó parte de uno de los equipos de fútbol sala del Mundialito Antirracista de 2021 que organizaba todos los años Distrito 14, y era un habitual en las convocatorias para parar desahucios.
-Las primeras sospechas
Tras destaparse el caso anteriormente citado de Sergio G.A., en Distrito 14 empezaron a preocuparse por si existía algún agente más infiltrado entre sus filas. Comenzaron una investigación interna y a través de ciertas pesquisas, han comprobado que, bajo la identidad de Juancar se esconde el agente Carlos P.M., infiltrado entre sus filas durante aproximadamente dos años. Cuando Juancar fue consciente de las sospechas que generaba, abandonó abruptamente el espacio. Este medio ha tratado de ponerse en contacto con él a través del número de teléfono que utilizaba en aquella época sin resultado.
Desde el colectivo en el que principalmente desarrolló su actividad Carlos P.M., y por el que también había pasado anteriormente Sergio G.A., cuentan que “tras certificar la identidad del policía infiltrado, lo primero que sentimos fue sorpresa, rabia e impotencia. Una vez que lo procesamos y lo analizamos fríamente, empezamos a preguntarnos ‘¿de que nos sorprendemos?’”. El colectivo, actualmente inactivo, emitió una reflexión pública cuando se descubrió al primero de los agentes tras una investigación de El Salto en la que además de mostrar su solidaridad y apoyo hacia todas las organizaciones y colectivos que también han sido infiltrados, animaban a “tomarse muy en serio este problema desde los ángulos que hoy podemos señalar como más peligrosos: la falta de conciencia de las implicaciones que tiene la lucha política y las medidas de protección de las organizaciones para paliar este tipo de daños”.
“La represión es intrínseca a la actividad política, y el Estado tiene claro que debe preparar a su gente, controlar a su disidencia y sacar el bastón a pasear cuando no queda más remedio. La escala e intensidad de la represión dependerán en tal caso de la escala e intensidad de la rebelión, pero de nada más. Y como la represión es intrínseca a la lucha política ésta se aplicará tengamos conciencia o no de ello”, apuntaban en el comunicado.
-Precedentes de infiltraciones policiales en movimientos sociales
Desde el departamento de prensa de la Jefatura Provincial de Policía de Madrid afirman a El Salto que no tienen constancia de ningún agente infiltrado en estos colectivos, y advierten de que, en el caso de que se haya ordenado una actuación policial sería en el marco de una investigación judicial. Por su parte, fuentes del ministerio del Interior han señalado únicamente que “las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado garantizan la seguridad y el libre ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos, en el marco del artículo 104 de la Constitución Española, como corresponde a su función en Estado de Derecho y con estricto sometimiento al ordenamiento jurídico”.
No obstante, es prácticamente el mismo formato de comunicación que han empleado en los ocho casos anteriormente destapados tanto por este medio como por La Directa, al que habría que añadir el caso expuesto el pasado 2 de mayo por eldiario.es. El primer “topo” revelado por La Directa en junio de 2022 se hacía llamar Marc Hernàndez Pon, pero en realidad su verdadera identidad responde a las iniciales I.J.E.G. Durante dos años, se infiltró en el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC), en el colectivo por el derecho a la vivienda Resistim al Gòtic y en el Casal Popular Lina Òdena, ambos de Barcelona.
El medio catalán destapó otro segundo infiltrado unos meses más tarde. En este caso, Dani, el policía infiltrado, encadenó relaciones con varias mujeres participantes en los movimientos sociales de la ciudad, una de ellas durante un año, y que le sirvieron de puente para introducirse en los colectivos del barrio. Su caso fue llevado a la justicia por parte de seis mujeres que le acusan de varios delitos de abusos sexuales, contra la integridad moral, de revelación de secretos y de impedimento del ejercicio de derechos cívicos, pero fue desestimado.
El tercer caso destapado por La Directa fue el de Ramón, en este caso infiltrado durante dos años en el movimiento popular y antifascista de Valencia a través de Cuidem Benimaclet y el centro social okupado anarquista L’Horta. La información se hizo pública en febrero de 2023. Un mes más tarde, El Salto revelaba la infiltración de Mavi en diferentes movimientos sociales de Madrid del entorno del ecologismo y los centros sociales.
El quinto caso de infiltración policial desvelado por La Directa fue el de María I.T., quién durante los tres años que duró su período de infiltración, mantuvo una relación sentimental estable con uno de los encausados por el corte de las vías del AVE en el primer aniversario del 1 de octubre. Además, se infiltró en movimientos antirracistas y por el derecho a la vivienda.
El sexto caso fue el de Sergio G.A., citado en este artículo y que salió a la luz en esta información de El Salto. El séptimo ha sido hace escasas dos semanas, destapado por eldiario.es, y que está relacionado tanto con el caso de Sergio G.A. como por el octavo caso, que es el que se destapa en este texto.
–https://www.elsaltodiario.com/policia/policia-infiltrado-movimientos-sociales-madrid-juancar?