Memoria histórica imprescindible:
Criminales orgullosos:
-Bruno Ruiz de Apodaca Juarrero.
Bruno Ruiz de Apodaca Juarrero fue un militante carlista que durante la Guerra Civil de España dirigió un escuadrón de la muerte autor de numerosas ejecuciones extrajudiciales en la provincia de Álava.
Ruiz de Apodaca llegó a ser muy conocido por haber dirigido la mayor parte de los «paseos» durante los que se fusilaron numerosos presos extraídos de las cárceles en manos del bando fascista.
Zapatero de profesión, fue el presidente de la Juventud Obrera Católica local. Durante los últimos años de la IIª República Española destacó como propagandista de la Casa Social Católica, encontrándose envuelto en varios disturbios callejeros. En las algaradas posteriores al intento de golpe de Estado de 1932 (la «sanjurjada»), fue herido de bala por la policía. Debido a ello, no fue movilizado a raíz del golpe de 1936; no obstante, se alistó como voluntario del Requeté Auxiliar, milicia carlista en la retaguardia. En esta organización llegó a ser teniente y responsable de las acciones represivas parapoliciales más brutales.
Durante la noche del 18 de julio de 1936, Apodaca se apostó delante del Gobierno Civil de Álava, donde fue tomando nota de los movimientos de los posibles opositores al golpe de Estado. Después, actuó principalmente en ejecuciones extrajudiciales.
El procedimiento siempre era parecido: a medianoche, la Delegación de Gobierno de Álava emitía órdenes de libertad para algunos presos. En cumplimiento de dichas órdenes, los presos eran llevados a la puerta de la prisión; donde un escuadrón de la muerte se apoderaba de ellos. A pesar de que teóricamente estos pelotones actuaban de forma «incontrolada», en la práctica lo hacían de forma coordinada con las autoridades. Por eso, en los archivos, el último dato que suele constar sobre las víctimas es la orden de libertad firmada por el preso.
Bruno Ruiz de Apodaca era el responsable de las patrullas que recibían a estos presos «liberados», y actuaba bajo las órdenes de Alfonso Sanz Gómez, jefe provincial de la policía. Los «paseos» duraron desde agosto de 1936 hasta diciembre del mismo año; entre los crímenes que realizaron los escuadrones de Apodaca se cuenta la llamada masacre de Azazeta.
Además de los asesinatos de presos sacados de las prisiones, las patrullas de Apodaca también recorrieron los pueblos de la provincia, unas veces con una lista ya confeccionada de personas a detener, y otras veces improvisándola en el lugar. En algunas localidades, no obstante (Salvatierra, Berantevilla, San Román de San Millán) se encontró con la oposición de algunos alcaldes carlistas, quienes impidieron que se llevaran a sus convecinos. En algunos casos, los hombres de Apodaca torturaron a sus víctimas antes de fusilarlas.
Se conocen algunas referencias de otras personas que participaron en los escuadrones de Bruno Ruiz de Apodaca: Anuntzibai (guardia vitoriano); Del Pujo, «Turuta», «El Bizco».
En noviembre de 1936, coincidiendo con la ofensiva de los sublevados contra Madrid, Apodaca fue destinado a este frente; donde actuó durante un par de meses realizando ejecuciones, antes de volver a Álava.
Cuando las condenas quedaron en manos de Tribunales Militares, las ejecuciones extrajudiciales cesaron y Apodaca se encargó de otras labores, tales como la realización de informes sobre funcionarios desafectos al Régimen.
Posguerra
Ruiz de Apodaca fue nombrado jefe de la Policía Municipal de Vitoria, labor que desempeñó durante más de 20 años. Se caracterizó por los malos tratos ejercidos sobre los detenidos, llegando a estar relacionado incluso con la muerte de alguno de ellos. En esta etapa tuvo como colaborador en el mismo cuerpo a Anuntzibai, compañero de los escuadrones de la muerte antes mencionados. En 1967 ambos seguían en servicio. Durante esta etapa, una de las labores de Apodaca fue realizar informes sobre los exiliados que solicitaban permiso para volver a España.
Bruno Ruiz de Apodaca nunca mostró arrepentimiento por sus actos represivos, al contrario: solía jactarse de haber matado a 108 personas él solo. En sus últimos años, no obstante, algunas víctimas le recriminaron su actitud y llegó a tener agrias discusiones por este asunto.
Víctimas de Apodaca
Se conocen las identidades de algunas víctimas de Bruno Ruiz de Apodaca:
- Modesto Manuel Azkona Goikoetxea.
- Esteban Iñíguez de Heredia.
- Julián Alarcia.
- Isaac Puente Ameztoi.
- Primitivo Herrero.
- Teodoro Olarte Aizpuru.
- Daniel Palacios.
- Casto Guzmán de Castro.
- Ricardo Ibáñez Hidalgo.
- Benedicto Luna López.
- Columba Fernández Doyague.
- Guillermo Bauza.
- Fiel Uribe.
- Adrián Uribe.
- Pablo Cañas.
- Germán Cornes.
- Miguel Sáez.
- Pedro Osés.
- Jesús Estrada Abalos.
- José Luis Abaitua Pérez.
- Teodoro González de Zarate Sáez.
- Víctor Alejandre Angulo.
- Eduardo Cobo González.
- Jaime Conca Amorós.
- Manuel José Collel Aguilá.
- Francisco Diaz de Arkaia López de Aberasturi.
- Constantino González Santamaria.
- Daniel García de Albeniz Azazeta.
- Antonio García Bengoetxea.
- Francisco Garrido Sáez de Ugarte.
- Manuel Hernández Ibáñez de Garaio.
- José Domingo San Vicente.
- Casimiro Cerrajería Izurrain.
- Prisco Hernáez Arejola.
- Teodoro Bazán.
–https://cronicasapiedefosa.wordpress.com/2016/10/29/bruno-ruiz-de-apodaca-asesino-franquista-alaves/
Fosas y más fosas:
-Comienzan las excavaciones para localizar fosas comunes del franquismo en Tarifa.
Más de un centenar de víctimas podrían yacer en el cementerio municipal.
El 27 de mayo comenzaron los trabajos para localizar fosas comunes en el cementerio municipal de Tarifa, donde se estima que podrían yacer los restos de más de un centenar de víctimas del franquismo. Esta intervención, financiada por la Diputación de Cádiz y coordinada por el arqueólogo Jesús Román Román, se enmarca en un proyecto municipal para la recuperación de la memoria histórica.
Según las investigaciones del historiador Fernando Sígler Silvera, en Tarifa fueron fusiladas al menos 109 personas durante la Guerra Civil y la represión franquista. La localización y exhumación de estas fosas comunes permitirá arrojar luz sobre este capítulo oscuro de la historia y ofrecer un merecido homenaje a las víctimas.
Desde el Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar se ha hecho un llamamiento a los vecinos de Tarifa que tengan familiares represaliados para que se pongan en contacto con ellos o con las autoridades municipales. El objetivo es mantenerlos informados sobre los avances en los trabajos y, en caso de que se localicen las fosas y se lleven a cabo las exhumaciones, poder realizar tomas de muestras de ADN para su posterior comparación con las de los familiares.
-Exhumación en Mojados (Valladolid)
Pedro de la Calle Esteban, asesinado el 25 de agosto de 1936.
A petición familiar se intentaba localizar el cuerpo de Pedro de la Calle Esteban. Nacido en Alcazarén, Valladolid, el 23 de febrero de 1888. Estaba casado con Romana Burgos y tenían dos hijas: Ángela y Lucía. Era pastor, socialista y miembro de la Casa del Pueblo de Mojados, donde residía.
Su hija Ángela recordaba que la primera vez que fue detenido lo trasladaron al calabozo del Ayuntamiento, lugar en donde recibió una paliza. La segunda detención se produjo cuando estaba en su domicilio escogiendo garbanzos junto a sus dos hijas. En esa ocasión fue trasladado caminando desde el terreno de labranza hasta el pinar, lugar en donde fue colgado de un pino después de sufrir vejaciones y mofas por parte de sus ejecutores.
Fue asesinado el 25 de agosto de 1936. En su certificado de defunción figura como causa de la muerte: Detención ilegal con ejecución extrajudicial. Congestión – ilegible – y asfixia.
De la Calle fue asesinado por falangistas de Alaejos, Ataquines y Mojados. Fuerzas paramilitares fascistas que operaban con total impunidad en la comarca y que llevaban a cabo ese tipo de crímenes.
-En busca de los restos de Celestino González, el panadero republicano de Pola de Gordón.
La Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica comienza la búsqueda junto a la estación de tren de Matallana de Torío, León, del vecino que fue ejecutado el 7 de octubre de 1937.
Celestino González Bayón nació en Rioforco de Torío. Hijo de Rosalía y Santiago, residía en Pola de Gordón. Había nacido en 1873, y en 1937, con 64 años, fue asesinado durante la Guerra Civil. Estaba casado con María Sabugal Arias y tenían seis hijos: Gerardo, Amparo, Manuel, Josefa, Aurelia y Hortensia. Era panadero y había emigrado a Argentina a finales del siglo XIX.
Los golpistas que lo asesinaron lo acusaron de simpatías de izquierdas. Fue ejecutado extrajudicialmente el 7 de octubre de 1937, aunque en su certificado de defunción, registrado cuatro años después, no figura la causa de la muerte.
El día de su muerte fue detenido junto a su hija Josefa por tres guardias civiles. Ella fue conducida a León, pero él fue visto por última vez en la estación de tren de Matallana de Torío. Según los testimonios recogidos, fue obligado a cavar su propia fosa y expoliado de sus bienes personales.
Convocatorias:
-El sábado 15 de junio estrenamos en Guadalajara el documental «Las vencidas pero no derrotadas», de Mau Cardoso.
Se trata de un relato que pone énfasis en la represión que sufrieron las mujeres en Andalucía, con varios testimonios recogidos de supervivientes.
Tras la proyección habrá un coloquio con la directora y la portavoz de la Agrupación de Familiares de Víctimas de la Fosa Común de Guadalajara.
Para complementar, estas semanas iremos publicando diferentes casos de mujeres represaliadas en la provincia de Guadalajara cuyos expedientes hemos podido encontrar en el Archivo histórico de la ciudad.
¡Os esperamos!. 19 h.
Centro Social Octubre.