«De mi situación … la verdad es que se mantiene invariable en estos ya casi tres años que llevo por aquí. Claro que luego de tantos años de cárcel, a las condiciones de vida y encarcelamiento, la verdad, le doy poca importancia. Tal vez por eso no me dí mucha prisa en responderos. En cualquier caso, más vale tarde que nunca …
Aquí, en esta cárcel, los presos políticos (en Primer Grado), estamos distribuidos por los diferentes Módulos: un compañero de ETA en el Módulo 4, otros dos en el Módulo 2 y yo en el 1. Evidentemente, estamos en régimen cerrado. Por las mañanas, permanecemos dentro de las celdas hasta las 15:00 horas, cuando me bajan al patio general aprovechando que los demás presos están en las celdas haciendo la siesta.
Así que de 15:00 a 17:00 corro media hora, otra de ejercicios de calentamiento, la ducha y un pequeño paseo porque a las cinco, al bajar de las celdas a los presos sociales, me cambian al patio que hay detrás del Módulo, que en realidad es poco más que un pequeño corredor. Y ahí estoy recluido hasta las siete que vuelven a subirme a la celda.
Otra de las características de esta prisión es que los presos políticos en Primer Grado tenemos prohibido el acceso a cualquier tipo de actividades. No podemos salir al polideportivo ni a la biblioteca ni participar en ningún tipo de actividad que programe el Centro. En realidad, no salimos del Módulo no siendo para ir a la enfermería.
También tengo problemas con las llamadas telefónicas con mi hermano Suso, que está en la cárcel de Badajoz. Por una parte, sólo nos conceden dos llamadas al mes cuando en realidad nos corresponderían cuatro. Por la otra, mientras llama, lo cogen en la central, la central pasan la llamada al Módulo y van a buscarnos al patio, la llamada de cinco minutos se nos acorta a tres o dos e incluso a un minuto. En ocasiones mismo Suso tiene que gastar dos y hasta tres llamadas del total de ocho que tiene para toda la semana.
Hasta septiembre del año pasado compartía Módulo con otro compa de ETA, Txabi, pero al salir en libertad quedé sólo y así sigo. Así que al mío otro yo y sus circunstancias, pobre, lo he quemado del todo con las chapas que le doy frente al espejo. Eso sí, aun está por ver la primera vez que no me da la razón …
Por lo demás la política de Dispersión sigue intensificándose y recrudeciéndose, al igual que ocurre en la calle con la barrida de las libertades políticas y sindicales y los derechos sociales y laborales y el consiguiente aumento de la represión. A la intervención y censura en las comunicaciones y correspondencia, a la prohibición de comunicar vis la vis con amigos/as, a las trabas y restricciones crecientes del número de amigos que pueden venir vernos, al aislamiento de extendernos cada vez por un mayor número de cárceles y dentro de ellas, etc, etc, se le vino a añadir ahora la canallada de querer imponer registros humillantes a nuestros familiares en las comunicaciones familiares o íntimas.
Fracasadas todas y cada una de las políticas de arrepentimiento, recurren a lo único que les queda: a la represión pura y dura y sin ningún tipo de disimulo … Pero, después de cerca de 35 años combatiendo en las peores condiciones inimaginables, modestia aparte, somos unos expertos y, como se suele decir, «pican en duro» …