… El 15-M es, ante todo, una fecha, y no me negarás que hay un antes y un después de esa fecha: se va generalizando la desobediencia civil; se han organizado contra los desahucios; se ocupan casas, centros sociales y hasta ambulatorios; se “asaltan” supermercados… en la otra cara (acción-reacción), como con Franco, recuperan la “ley de pillaje”; en poco tiempo nos traen de nuevo la “Ley de vagos y maleantes”. Además, con todas esas multas que se están dando por todo el Estado, ponen al descubierto la existencia de ilegales ficheros ideológicos (como con la Gestapo, todos controlados), esto, como lo de las detenciones preventivas, tiene un doble propósito, por un lado el control y por otro el aviso a navegantes, mostrar una apariencia de invulnerabilidad, de que en cualquier momento pueden sobrepasar el límite de sus propias leyes, y si es necesario cambiarlas. En definitiva, crear el miedo y favorecer la delación… No lo digo yo, lo dicen sus propios manuales… El miedo desmoviliza, paraliza, pero si te acorralan contra la miseria, tarde o temprano el miedo se vence, por necesidad, con el ejemplo de los valientes, comprendiendo entonces el verdadero carácter de su sistema social. Carrillo, además, nos ha dejado su ejemplo y ya vemos lo “acertado” de su “lucha”… ¡Enorme mierda nos ha legado! ¿Quién en su sano juicio puede depositar su confianza en cualquiera que hoy lo elogie…?
En resumen, se están dando un cúmulo de situaciones en las que las iusporque ya no les alcanza para los recauchutados…), se suceden un montón de hechos simbólicos que hace dos años apenas se veían… Pero lo más importante es que a nivel de percepción de las masas hacia la necesidad de organizarse y luchar, aunque sea en su concepto más ambiguo, se ha avanzado casi más en este último año que en los 10 anteriores, y digo casi porque otra cosa es el nivel político e ideológico alcanzado por el Partido; éste no ha dejado de evolucionar en las situaciones más jodidas, será que como dice Lenin: «Los amigos se conocen en la desgracia. Los ejércitos derrotados pasan por una buena escuela»; será por eso que, ahora, a la vista de los acontecimientos, puede verse claramente lo acertado de nuestra Línea Política; será por eso que el nivel ideológico alcanzado se va poniendo hoy de manifiesto.
En definitiva, creo que se va comprendiendo mejor la necesidad de organizarse para Resistir, como el derecho que nos asiste a ejercerla; y hasta se habla de “política”, aunque sea en su forma de andar por casa, aunque las masas no terminen de entenderla. ¿Quiere esto decir que se trate de un movimiento revolucionario? Por supuesto que no, pero es un trecho por el que la sociedad o, mejor dicho, los “movimientos sociales” tienen que pasar inevitablemente, por mucho que otros, los más avanzados, lo tengamos meridianamente más claro y no nos importaría ahorrarnos la “incertidumbre” de este trozo del camino, y ya sabes lo que dice Lenin sobre el paso de lo espontáneo a lo consciente con todos sus pasos intermedios o grados de espontaneidad y organización.
Ya antes del 15M, se fueron acumulando una serie de saltos cuantitativos (de cantidad); el 15-M (fecha) se dio un gran salto cualitativo (calidad) y vuelta a empezar, sólo que ahora sobre otra base, un escalón superior… ahora se están acumulando otra serie de saltos cuantitativos, aunque éstos son más difíciles de apreciar, pues se prolongan en el tiempo… Pero no dudes que más temprano que tarde llegará un momento en que la acumulación de una serie de saltos cuantitativos propiciarán otro salto cualitativo, entonces el 15-M será visto desde una perspectiva más amplia como ¡agua de borrajas” y vuelta a empezar, cada vez en períodos más cortos hasta que como decía Lenin “20 años se convierten en unas horas” o algo así, no recuerdo bien.
Todo esto también lo explica Lenin de una forma muy ilustrativa con el ejemplo del agua pero, como tampoco lo recuerdo exactamente, me lo invento a mi manera que, evidentemente, es mucho más torpe y me faltarán un montón de matices… pero valga de momento para entendernos.
Tomemos un trozo de hielo y démosle calor; a nivel microscópico, sus partículas internas comenzarán a moverse (“movimiento”) a una velocidad cada vez mayor y así el hielo subirá de temperatura, es decir, se habrán dado una serie de saltos cuantitativos (cantidad de calor acumulado); llegará un momento que, acumulada cierta cantidad de estos saltos, el hielo se fundirá convirtiéndose en agua; se habrá dado un salto cualitativo, su cualidad ahora es distinta; pero seguimos dando calor al agua, seguimos acumulando temperatura; el movimiento de sus partículas se irá progresivamente acelerando; por eso hierve. Se han seguido acumulando otra serie de saltos cuantitativos (aceleración de sus partículas y, por tanto, calor) pero sigue siendo agua; no se producirá un cambio cualitativo hasta que se evapore y se convierta en vapor cambiando, entonces sí, de cualidad…
Lo que quiero decirte es que a los marxistas no nos interesan tanto las cualidades concretas del hielo, ni las propiedades particulares del agua; tampoco nos hacemos preguntas del tipo “¿A qué huelen las nubes?” como los fumaos de la Puerta del Sol… a nosotros lo que de verdad nos interesa es dar con las leyes que intervienen en ese proceso de transformación, porque del nivel de comprensión de esas leyes y, sobre todo, de su devenir y los factores que pueden condicionarlo dependerá, en última instancia, que la línea política que se aplique sea o no la acertada.
Claro está que todo ese movimiento ha ido siendo encauzado por la burguesía a través de sus múltiples medios hacia las ascuas de la confusión, de lo ambiguo y cuyas más altas aspiraciones, en el mejor de los casos, no pasan del simple reformismo. Son muchos los ejemplos de cómo el sistema fagocita los movimientos espontáneos, lo mismo sea a través de “La Sexta” o por medio del manual “La dictadura de la democracia” (198 tácticas para iniciar una revolución con medios no violentos) del agente de la CIA “Gene Sharp” (él lo niega, claro está), o como quiera que sea con el montón de ejemplos que podríamos poner…
Los resultados de esa fagotización podemos verlos en lo rápido que empezaron a salir partidos de hasta debajo de las piedras y, lo que en principio apunta a deslegitimar sus instituciones (su “democracia”) parece que, aprovechando la situación, quisiera dirigirse ahora a, mediante unos retoques, volver a rehabilitarlos, algo parecido a lo que pasó en la mal llamada “transición española”, sólo que ahora tenemos sobre la mesa y a la vista de cualquiera el resultado inherente de aquella y, poco a poco, en la medida en que la situación se vaya agravando, todo esto se irá percibiendo de una forma más clara.
No obstante, son muchos los que, desde una mentalidad pequeño-burguesa y arribista, han visto que sus aspiraciones han sido frustradas y por lo que realmente pelean es por su cacho de pastel, vamos como el tango que cantaba Diescepolo: “vivimos revolcaos en un merengue y en el mismo lado todos manosean…”.
Otro tanto podríamos decir de esas otras “plataformas horizontales” que aglutinan a lo más atrasado de ese movimiento. Son tan “horizontales” y tan “sin dirigentes” que cualquier oportunista (o provocador) se convierte con demasiada facilidad en portavoz, en busca de su cacho de pastel contando para ello con el altavoz de todos los medios que le facilita la burguesía. Solo que este tipo concreto de oportunistas no depende tanto de movilizar una base social lo suficientemente amplia como para asegurarse una poltrona; pues lo específico de este espécimen es, precisamente que, independientemente de si tienen o no conciencia de ello, su abastecimiento de merengue depende en gran medida de su capacidad “desmovilizadora”… y si les va bien acaban de tertulianos.. Uno de los grandes logros de la contrarrevolución en el 68 fue precisamente atomizar los “movimientos revolucionarios”; con tanto postmodernismo no me extraña que la “extrema izquierda” se identifique tanto ora con Michael Foucault, ora con Trotski, ora con el fascista de Nietzsche.
Como decía un amigo y preso político vasco hablando de todos esos juegos de siglas y partidos abertzales o pseudo-comunistas: “Es el juego de la silla; todos bailan alrededor con la esperanza de que cuando pare la música no se queden sin la suya…”. No pretenden cambiar el sistema, tan sólo reformarlo lo suficiente para caber en él.
Pero ¿es que acaso podíamos esperar otra cosa en esta etapa concreta de desarrollo…?
Lo que no podemos hacer es despreciar por ello la situación que se está dando. Además de todas esas “plataformas” y “asambleas” de fumaos, se están viendo otro tipo de movimientos con aspiraciones organizativas, en principio más serias y que también han salido de algún modo del “ambiente 15-M”, aunque en cuanto vieron el panorama se han desligado de ese “Movimiento”. No en vano los viejos revisionistas (pienso en Anguita, por ejemplo) ya les han echado el anzuelo… Aquí es donde el hierro está al rojo y muestra la existencia de una base muy interesante, aunque se exponga peligrosamente al vapuleo seguro de los “Anguita”.
En cualquier caso, nuestra labor como comunistas es educar mediante la práctica a la clase obrera, prevenirles de esa nefasta influencia del revisionismo, esos viejos demonios con trajes de santo.
No se trata de menospreciar sin más las diversas iniciativas en sí, sobre todo, aquellas que en líneas generales identifiquen el problema y tiendan por ello a la desobediencia civil, sobre todo, cuando parten de una tímida identificación con el proletariado (aunque no acierten siempre a definirlo o les suene de momento a palabrería desfasada).
De lo que se trata es de saber utilizar hábilmente la crítica como herramienta, eso sí, con un cierto tacto cuando corresponda, para no espantarla antes de ganarnos su confianza; de lo más general a lo más concreto; una crítica que establezca los límites objetivos de las más diversas iniciativas; una crítica que ponga sobre la mesa los caminos ya trillados y que hoy son fácilmente reconocibles. De este modo toda la canalla oportunista podrá ser vista tal como es, así como sus verdaderas aspiraciones…
… La razón de mi “optimismo” nada tiene que ver (al menos directamente) con el 15-M como movimiento en sí, sino que más bien se corresponde con las condiciones objetivas que lo determinan; es decir, con el momento de desarrollo concreto en que nos encontramos, concretamente en ese “último” gran salto que se está gestando; el que inevitablemente ha de darse y que va de “… la muerte de un organismo social dado” (el capitalismo) a “… su sustitución por otro superior” (inevitablemente el socialismo); que éste termine de darse o la rapidez en que se desarrolle depende principalmente del grado de organización y conciencia de la clase obrera y éste irá siendo más elevado en la medida en que la agonía del capitalismo se vaya tornando más dolorosa, pues si algo está claro es quiénes sufren en sus carnes cada recaída de este enfermo terminal; todo lo demás sólo son cuidados paliativos…
Resumiendo. No es tanto mi “optimismo” como la reafirmación en una teoría científicamente contrastada; es decir, no es tanto una actitud de “palmaditas en la espalda” como la certeza en una apuesta segura por la trainera de vanguardia…
Aunque no es menos cierto que, si me asomase a la ventana para hacer una simple y fría cuantificación estadística sobre el nivel medio de conciencia en el conjunto de la clase obrera sobre la situación real y sus necesidades verdaderamente objetivas, entonces tampoco yo, como dices tú “… soy tan optimista”. Por ser más concreto, si para poder hacer inventario sobre el estado actual del Movimiento de Resistencia Antifascista pudiera detener el tiempo, me temo que tampoco encontraría demasiadas razones para ser muy “optimista”, salvo por el pequeño detalle de que el tiempo nunca para…
No dudo que con el tiempo se vayan reconociendo “a las cosas por su nombre” (canción de Habeas Corpus; para una “definición” más coloquial escucha “Basado en un hecho real”, ambas cancones dan título a sus respectivos CD’s), ya se reconoce que no hay democracia, pero ¿si no hay democracia, entonces qué es lo que hay…?
Así definía Jorge Dimitrov el fascismo. Jorge Dimitrov, al que llamaban el “Stalin búlgaro”, y que fue uno de los dirigentes más importantes en la Internacional Comunista y artífice del Frente Único y los Frentes Populares contra el fascismo:
«El fascismo en el poder, camaradas, es, como lo caracterizó con acierto el XIII Plenario del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, la dictadura terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, más chovinistas y más imperialistas del capital financiero».
Te recomiendo que leas el “Informe ante el VII Congreso Mundial de la Internacional Comunista, 2 de agosto de 1935, en el que se hace una exposición brillante sobre el fascismo.
Y no me enrollo más por ésta.
Un abrazo,