Santiago, desde Huelva, a 04-2014
20/04/2014
Hola: ¿Cómo va esa vida? Supongo que capeando el temporal, igual que los currelas de todas las latitudes. Recibí tus dos cartas, con la valiosa información de la web. Aprovecho para advertirte de que los problemas con el correo persisten, por lo que hay muchas posibilidades de que te devuelvan correo.
La novedad es que a mi regreso me han cambiado de la Galería FIES a la otra zona del aislamiento, de manera que ahora tengo contacto directo con los presos políticos vascos.
La paradoja, o quizá no lo sea tanto, es que en este otro lado vengo sufriendo varias provocaciones seguidas, montadas por algunos carceleros ultras. Ya los tenía identificados de antes, se les distingue rápidamente por su matonismo y actitud chulesca. La diferencia ahora estaba en que no se limitan a la típica perrería ocasional, lo que indica algún tipo de respaldo. A un par de compas vascos y a mí nos han puesto la celda patas arriba, llegando incluso a deteriorar libros y periódicos, además de abrirme dos expedientes disciplinarios ridículos, en los que mienten como bellacos. Ya veremos hasta donde llegan con sus bromas, para ir denunciándolo en las redes de solidaridad.
Como sabes, pasé tres meses en la prisión de Jaén debido a un auto judicial ganado por mi compañera, relativo a nuestra vinculación familiar. Ya puedes imaginar la enorme alegría que supuso nuestro reencuentro físico (el vínculo espiritual no pueden romperlo), tras dos años de separación forzosa.
Por si ello no fuera poco, tuve ocasión de ver una puesta de sol completa durante un tránsito de un día en la cárcel de Badajoz. Voy para once años preso y en todo este tiempo es la primera oportunidad que he tenido de contemplar un ocaso (con un cielo limpísimo y una visión de gran profundidad del medio circundante), debido a las condiciones de mi encierro. Toda una experiencia.
El placer de las pequeñas cosas, como un buen paseo por el campo, que tanto echo de menos. Espero, pues, que disfrutéis de la primavera, también un poco por mí.