“(…) Paso a contestarte a lo de Ucrania que me planteas. En mi opinión el enfrentamiento allí tiene un carácter de guerra (o preguerra) imperialista, injusta y de rapiña por ambas partes. Tanto el Estado ruso y sus aliados oligárquicos ucranianos, como sus antagonistas igualmente oligárquicos pro occidentales (y hasta neonazis) son profundamente reaccionarios y anticomunistas. Los comunistas auténticos son perseguidos de manera implacable tanto por el Estado de la Federación Rusa como por el de Ucrania, independientemente que gobierne uno u otro bloque oligárquico. Bajo Yanunovich, tanto como bajo Timoshenko los comunistas son asesinados, torturados, encarcelados, sus organizaciones juveniles ilegalizadas y perseguidas en tanto tales. La continuada presencia de presos políticos allí así lo atestigua.
Así que no hay que apoyar ni a Putin ni a los neonazis de Kiev. Putin no está “atacando a los nazis”, sino presionando a los sectores oligárquicos ucranianos que se oponen a sus intereses geoestratégicos y económicos, apoyándose en sus aliados locales igualmente oligárquicos y anti populares. El golpe de Estado de los neonazis del Maidan, con apoyo Otanista y los mercenarios encubiertos movió a Putin a aplicar planes de contingencia que tenían previstos para un escenario parecido. Siguió la respuesta en Crimea y ahora en el Este de Ucrania.
Se trata de un conflicto interimperialista, entre dos bandos que son igualmente enemigos jurados de la clase obrera y del movimiento comunista internacional. Por ello, los comunistas debemos de tener muy claro para mantener una línea política independiente y no hacer una política seguidista respecto a la burguesía. La única posición consecuente, verdaderamente internacionalista, es declararse derrotista, favorecer la derrota de la “propia” burguesía y transformar la guerra imperialista en guerra civil revolucionaria. Esta es la táctica leninista cuya justeza ha quedado demostrada en la historia.
Ahora bien, pienso que puede haber algunas diferencias en cuanto a la forma de aplicación de esa táctica por el movimiento comunista en Rusia y en Ucrania. Para los comunistas rusos está claro que no deben prestar ningún apoyo a “su” Estado. El Estado ruso es tan fascista y anticomunista como sus adversarios de Kiev. Su intervención en Ucrania sería una agresión imperialista, aunque pretendan enmascararla con la ayuda de los neorevisionistas del PCFR y similares.
En cuanto a los comunistas ucranianos la situación allí es algo más compleja, ya que lo que se da es una preguerra civil entre dos fracciones de la burguesía monopolista y oligárquica apoyada cada una por fuertes sostenes exteriores (Rusia por un lado y EEUU y la OTAN por el otro). El país puede acabar dividido en función de la lengua y el origen de sus habitantes.
Mientras que los neonazis de Kiev persiguen rabiosamente a los comunistas sin importarles cuál es su lengua materna, los oligarcas del Este les toleran aparentemente, siempre que se subordinen a ellos y adopten en la práctica una política seguidista frente a “su” burguesía cayendo en el chovinismo gran-ruso. Resulta paradójico ver a cosacos y a nostálgicos junto a comunistas de distintas tendencias en las barricadas de los llamados “prorrusos”.
Creo que la línea divisoria entre los verdaderos comunistas ucranianos y los neobreznianos gran-rusos es con qué fin se alinean y se mueven en esa compleja situación de caos. No es lo mismo aceptar ayuda logística y militar rusa para subordinarse a los putinistas que buscando el propio fortalecimiento, para ganar posiciones de cara a la evolución posterior siguiendo una línea política y militar independiente. Si estalla una guerra abierta los “prorrusos” seguirán tolerando ciertos desarrollos allí porque necesitarán aliados. Si los diversos grupos oligárquicos llegan, por el contrario, a un acuerdo estable que garantice la unidad del país, no tardarán ambos en volverse contra los comunistas auténticos que amenacen sus intereses de clase. Tampoco hay que olvidar que entre los llamados “prorrusos” también hay fascistas nostálgicos del zarismo.
Bueno, creo que he logrado resumir mi opinión a ese respecto. Puedes utilizarla para clarificar posiciones si tú lo ves conveniente. Habría que matizar algo más, pero ya habrá tiempo. En todo caso, allí se puede abrir una crisis auténticamente revolucionaria, no es casual que los oligarcas se envuelvan en la bandera de la URSS para atraerse y manipular a los mineros del Donbass y de la cuenca del Donetsz. La memoria antifascista está reciente.
Por el comunismo¡¡¡
Venceremos”