Querido kolego:
Acabo de leer en El otro País (no 70, pág.30) que los enteradillos de Podemos se han pasado de rosca con nosotros, los presos políticos del PCE(r), en un programa de La Tuerka. No sé en qué se han basado esos héroes para abalanzarse sobre nosotros (pues el mencionado periódico tan solo se refiere de pasada a ese hecho). No obstante, te puedo asegurar que a mí no me ha sorprendido, habida cuenta que hoy día, como es sabido, para medrar y hacer carrera política en España es obligatorio, no sólo cumplir al pie de la letra la famosa Ley fascista de Partidos, sino mostrar ante los poderes oligárquicos-financieros realmente dominantes, una fluida verborrea y un decidido anti-comunismo.
Por eso hay que resaltar que ese ataque a los presos del PCE(r), llevado a cabo por unos sujetos que aparecen todos los días en los medios de propaganda de la burguesía haciendo la pose del ultrademocratismo, supone, a no dudarlo, una toma de posición en toda regla contra el movimiento obrero revolucionario.
¿Qué sabemos nosotros de esos elementos? Desde luego, no mucho más que el resto de los mortales. Pero basta en reparar en sus primeros pasos y pronunciamientos públicos para comprobar de qué pie cojean. Y si te digo todita la verdad, koleguilla, a mí no me gusta nada esa gente, pues el “olfato” (ese instinto de clase que pocas veces falla), me dice que nada bueno, ni bonito, ni (iba a poner “barato”) honrado “podemos” esperar de esos profesores de politiquería pequeño-burguesa.
En cuanto a sus ideas y concepciones políticas, qué te puedo decir… en fin, son tan ambiguas que resulta realmente difícil “cazarlas”. No reconocen la realidad de las clases sociales y sus luchas, refiriéndose siempre a ellas con términos abstractos sobre la “ciudadanía”, “la casta”, y la “democracia” en general. Su discurso me recuerda la palabrería de los “instrumentalistas”, que, basados en la “teorías del progreso instrumental” (de ahí su nombre), aseguraban que el progreso social no consiste en el logro por los trabajadores de unos fines determinados, sino en el “proceso mismo del movimiento”… En el fondo (y en la forma) esta “nueva” teoría no es más que una repetición de la vieja consigna oportunista: “el objetivo final no es nada, el movimiento lo es todo”, que hiciera célebre Bernstein.
Bueno, también es verdad que encuentro entre ellos un poquito de todo (como en botica), pero ningún principio. De ahí que predomine la tendencia pragmatista, “tacticista”. Una tendencia sin objetivos ni metas definidas, que se vale de la ambigüedad y la anestesia bien dosificadas y de algunas medias verdades para engatusar al personal –escamoteándole siempre lo más esencial- a fin de poder conducirlo de nuevo al redil de la política oficial. En realidad, es esto lo que están intentando ocultar con todo ese ruido de latón sobre “la casta” y el “secuestro de la democracia”.
¿Qué tiene de novedoso y democrático el reformismo estrafalario del que están haciendo gala los profesores de la Complutense de Madrid que, aprovechando la oportunidad de la crisis económica y la bancarrota política del régimen, así como la confusión y desorganización predominante entre las masas, se han decidido a salir a la calle para hacer su política? Tomemos un ejemplo del arsenal de ideas de estos oportunistas: la idea super-original de lo que denominan sin sonrojarse, “guerra de posiciones dentro del Estado”; una idea que han copiado con aire doctoral del teórico revisionista italiano A. Gramsci. Pues bien , como es bien sabido , esa idea genial fue sometida a prueba y ridiculizada, hace ya tiempo, en la “guerra de movimientos” contra el Estado fascista italiano que llevaron a cabo los destacamentos guerrilleros ; guerra de movimientos que culminaría con el ahorcamiento por las patas del mismísimo B. Mussolini después de que fuera pasado por las armas.
Claro que los oportunistas no podían renunciar a un descubrimiento teórico “marxista” tan innovador y de tanta trascendencia ¿no ha sido, precisamente, esa idea de la “guerra de posiciones dentro del Estado” capitalista la que ha inspirado en las últimas décadas a toda la canalla euro-oportunista en su política de conciliación, engaño, “pactos”, “alianzas” y “compromisos históricos” con la burguesía monopolista?
Por lo demás, habría que preguntar a esos arribistas: ¿cuál es la democracia que aseguran han “secuestrado” los de la “casta”? ¿Se refieren a la República Popular o a la “democracia” que tan generosamente nos ha regalado el monarca designado por Franco? Y si, como sospechamos, se trata de esta última ¿podrían decirnos en qué momento la echaron de menos? ¿Fue coincidiendo con la gran estafa política que supuso la llamada “transición”; con el inicio de la guerra sucia y el terrorismo de Estado; o fue a partir del momento en que los líderes de Podemos decidieron aprovechar la oportunidad que les ha ofrecido la debacle de esa misma “democracia”, que tanto echan de menos, para salir a la plaza pública a realizar sus espectaculares cabriolas y contorsiones de titiriteros?
¿No hubo durante muchos años otros partidos y movimientos sociales y políticos que hicieron notar de mil maneras una ausencia tan notoria; que se opusieron a la mascarada “democrática” del régimen y le obligaron a mostrarse en su verdadero carácter fascista? ¿no se han producido por todos estos motivos detenciones en masa, asesinatos, torturas y encarcelamientos?
… francamente, kolego, me he perdido y ya no sé en qué mundo hemos vivido. Pero si se parte de que, hasta el día de ayer teníamos en este país de Jauja una democracia representativa (¿cuándo nos han representado los PePeros y los GALosos?) que velaba y hacía valer los derechos y libertades de los trabajadores; una democracia que hoy mismo ha sido “secuestrada por la casta”, es fácil deducir las respuestas que habrán de dar a todas esas preguntas (y a otras muchas que dejamos en el tintero) esos señores profesores de Podemos. Vamos, que puedes ahorrarte la molestia de preguntarles.
Un fuerte abrazo.
Manuel Pérez Martínez